LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

domingo, 26 de abril de 2015

“LA PEOR PRESIDENTA DE LA HISTORIA DE PARADORES… O EL TEJADO BOCA ABAJO”

“He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas; 
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto 
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan,
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra..."
(Antonio Machado)





Para algunas personas que nos preocupaba el claro deterioro de la vida madrileña en todos sus aspectos, y entre ellos el del turismo, y que amamos la Red pública de Paradores de Turismo de España, la mañana del mes de febrero de 2012 cuando nos enteramos de que la directora general de Turismo, entonces, de la Comunidad de Madrid, Ángeles Alarcó Canosa había sido empujada a la presidencia de la institución pública, fue una mañana aciaga.
Las administraciones públicas suelen ser mastodónticas, no pocas veces sobredimensionadas, y la de Madrid enorme. Tal es así que no es muy difícil que una directora general pueda sobrevivir en el más silencioso de los anonimatos para la ciudadanía, y que, se disponga del talento y el conocimiento de que se disponga, o de los que no se dispongan, pueda quedar “salvada” por terceros, desde el consejero hasta el vigilante de la puerta, sin que nunca le suceda nada adverso. No digamos ya si se es una o uno de esos asesores de a muchísimos miles de euros al mes, que, generalmente, ya sabemos por qué conductos llegan a sentarse en las poltronas pagadas con dinero público.
Por otra parte a la mayoría de los funcionarios, a la base, a los que no llegan por el dedazo de la eufemísticamente llamada “confianza”, a pesar de que en no pocas ocasiones sufran persecuciones o agravios por expresar su criterio sobre algún o alguna paniaguada del régimen que toque en el poder, suelen tener el puesto de trabajo asegurado, y los caballeros o las damas beneficiadas digitalmente, saben que es mejor no mostrarse demasiado con insolencias, impertinencias y soberbias, y que es preferible rodearse de afines, palmeros, pelotas, no elegidos por aquellos principios tan denostados actualmente del mérito, la capacidad, la formación, la valía, la ética, etc. y aguantar el tirón pero recibir fácilmente cuantiosos estipendios.
Pero “la bombonera” de la Calle de Requena, sede, que fue, de Paradores era más expuesta. Los trabajadores, las trabajadoras, muchísimo menos numerosos que los de la Comunidad de Madrid aunque les intenten homologar a la función pública (casi siempre para lo peor) no son funcionarios, no tienen su fijeza, todo queda más a la vista, tanto la valía, como la falta de formación, la falta de talento, la falta de vergüenza, y hasta el exceso de afines y palmeros. Y no digamos ya si te venden el chiringuito, y te meten todo el material en algunas plantas de un edifico de oficinas en la calle José Abascal. Ahí o das la talla, o das el cante. Y si es la talla no pasa nada malo, al contrario, pero si es el cante, enseguida, supongo, hay que tirar de Recursos Humanos sabuesos para que el personal este calladito.
Evidentemente cuando Doña María Ángeles Alarcó Canosa llegó al precioso, y después vendido, edificio de la calle de Requena, casi todo el mundo que debía saberlo, o le importaba (la mayoría de la ciudadanía desafortunadamente hasta estas últimas semanas, ha permanecido bastante de espaldas a esta señora) sabía por qué llegaba ella y no ninguna de las otras personas que habían estado en la terna y que disponían de mucho mejor currículo, de mucha más experiencia, y de mucha mejor formación. Sabían que era la ex mujer del “brillante” ex vicepresidente del Gobierno de España D. Rodrigo Rato. Y aunque este famoso personaje ya había dado algunas muestras para que nos preocupáramos bastante de él, y por precaución de sus más allegados, pues ¡punto en boca! Y hasta podía parecer prestigioso que tan distinguida diva, de amistades tan ilustres, se convirtiera en la cabeza visible de la marca Paradores ¡El pueblo somos así, no sé si tendremos remedio, ya lo veremos pronto!
Yo que nací cuando Franco mandaba mucho y de una forma que no debemos olvidar jamás, y que en los tiempos modernos ya había observado lo que los neo liberales amigos de la nueva presidentade Paradores, también conocida por “Gela”, estaban haciendo con mi país, preferí tirar de una bisoñez voluntaria que todavía me queda desde aquella mañana lejana que sin haber entrado aún en la adolescencia, me dejara pasmado ante la puerta del Parador de Ávila, “Raimundo de Borgoña”. Y de una afinidad, afecto, amor, que nació del empeño de conocer lo que había detrás de aquella puerta, de aquella armadura, y de encontrar con el tiempo, además de mucha belleza, a una singular y gran familia que era quien la creaba, quien se la trabajaba, y que con el paso del tiempo he llegado a sentir como mía.
Por ello cuando un miembro destacado e informado, de esa gran familia, me dijo que habíamos tenido suerte con el nombramiento “porque la presidenta era usuaria de Paradores”, me extrañó enormemente, pero como siento confianza por el amigo que me lo dijo (más joven, y bisoño al parecer, que yo), y porque uno siempre piensa que cuando a una le caen del cielo presupuestario los cientos de miles de euros sin hacer mayor esfuerzo, le dotan de teléfonos, coches, conductores, palmeros rientes, comidas, etc., a coste cero, ¿por qué no va a entender que se puede ejercer de “florero de pretendido prestigio”, mientras quienes realmente saben y quieren hacerlo, trabajan por el pasado, el presente y el futuro; por la amabilidad, la calidad y la leyenda de la más singular y preciosa cadena hotelera del mundo?
Pero no ha sido así desgraciadamente. La dama se presentó rodeada de lo que era esperable en su corte, algún hermano de diputada de su afín partido, alguna nieta de algún ministro del régimen de Franco, y un largo etcétera de personas que previsiblemente harían sido tan poco usuarios de Paradores como ella en los tiempos en que tuvieran que pagar, y a los que, visto lo visto, Paradores les importaba tan poco como a la presidenta.
Mi alarma fue grande el día que leí en el blog “El Foro de la Ruina Habitada” del periodista y escritor Fernando Gallardo, entre otras cosas creador del concepto de Hoteles con Encanto, el artículo “Las mil y una noche de Paradores”, en recuerdo del inolvidable cliente-amante de Paradores Carlos Matz. No llegué a comprender del todo por qué lo finalizaba de esta manera, pero me temía lo peor:
“En múltiples ocasiones, desde este y otros foros, hemos clamado contra el descuartizamiento de la red y la supervivencia de un modelo hotelero que hoy es admirado en el mundo entero. Porque con empleados arremangados que aseguran la cena a sus huéspedes y con clientes que celebran sus mil y una noches bajo las almenas hay futuro en esta casa de todos… Basta con que los profesionales de la política abran paso a los profesionales del turismo.
Quitad, por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.”
(Siento una gran paz espiritual, un tremendo “alivio” cada vez que pienso que debido a su fallecimiento, Carlos Matz ya nunca tendrá que enfrentarse con el triste espectáculo, el indignante horror, de lo que esta señora y los suyos han hecho con el Parador de Zafra, al que Gallardo se refería en su artículo, en tan solo dos años y medio desde que lo escribió).
El partido que sustenta a la señora Alarcó resulta a todas vistas muy exigente en lo suyo, y enseguida empezó esta a aplicar el manual. Lo primero tratar de ensuciar desde el rencor y la venganza a los dirigentes anteriores, y por supuesto, prometer de la misma forma que su jefe de filas Rajoy prometía salvar España mientras la destrozaba, salvar ella PARADORES, que después destrozaría. Para ello no dudó en hablar de tarjetas de crédito (tiene gracia la cosa, ella hablando de tarjetas pagadas), de coches, de veleros, y hasta de globos aerostáticos supuestamente de otros. También las habituales “cazas de brujas” contra los diferenrespensantes, o los que suponen que fueron queridos por "el enemigo", en las que tantos errores se cometen, por eso, por rencor, y por no parase a pensar que en no pocas ocasiones "enterrándo" a esos profesionales seplultan sus propias posibilidades de éxto. Es la política del o te considero a favor o te considero en contra ¡no hay netrulidades que puedan valer, no importa la profesión! Desde ese momento, por ejemplo, las propuestas gastronómicas de Paradores, entre otras cosas, empezó a empeorar de forma vertiginosa hasta nuestroa días.
Y no seré yo ni mucho menos, quien defienda la gestión anterior de Paradores, ni la anterior a la anterior, la de su compañera de filas la señora Mariño, pero cada cosa en su lugar, la primera convirtiéndose en “constructora” y dejando herencias terribles, y el segundo gestionando como si la crisis no fuera a llegar nunca, de puertas para adentro y alfombras para abajo habrán originado problemas muy graves no lo pongo en duda, pero de puertas para afuera, la marca Paradores no fue vilipendiada, los trabajadores no fueron fustigados, y a los clientes, lejos de intentar echarnos, nos trataron bien y nos llenaros de propuestas ilusionantes. El problema fue el mismo de siempre: la politización hastiosa de la Red. Pero la imagen ¡ni color!
En principio pensé que esta señora de “familia bien” no entendía el concepto de Paradores, de casi 90 años pasándose de padres a hijos, de hijas a nietas la sabiduría y el arte de acoger en la excelencia, y representar lo mejor de la cocina del país, así como difundir la cultura de sus lugares al mundo; que todos estos valores le resultaban demasiado “casposos”, demasiado inaprensibles. Se me aparecía en sueños en sus tiempos jóvenes sentada en las terrazas de los bulevares de la Calle Juan Bravo, en aquello que en mi pandilla (porque esta señora y yo debemos ser coetáneos) conocíamos como “tontilandia”, con sus Castellanos relucientes, rodeada de chicos engominados y con el Lacoste bien apretado. Pero enseguida me di cuenta de que no podía ser ese el problema, que precisamente de formar equipos familiares muy unidos para hacer dinero ella sabía desde hacía mucho, e incluso de guardarlo (digámoslo así de momento, y esperemos que no tengamos que decirlo de otras formas).
Así que, tristemente enseguida supuse que lo que quería hacer era lo que la derechona siempre ha hecho en España: arrebatar a los trabajadores y las trabajadoras lo que, a duras penas, habían ido consiguiendo, para quizá dárselo barato a algunos de aquellos amigos con los que yo ensoñaba que compartía sus cócteles en el Barrio de Salamanca.
Seguidamente arrasó con la “P” ¡nada mejor para dividir trabajadores y perder clientes que desidentificarlos de sus emblemas queridos y respetados! Y como ni la inteligencia ni el talento propios son algo  que pueda comprarse con el dinero, no se le ocurrió otra cosa que como nuevo símbolo de la Casa poner el mítico tejado de la misma boca abajo, al revés ¡Dónde se ha visto que una casa con el tejado hundido pueda salir adelante! O quizá fuera una advertencia, vaya usted a saber, de lo que iba a hacer después.
Suspendió “por decreto” las celebraciones navideñas en los Restaurantes Comedores de Paradores, devolvió reservas a clientes de toda la vida, y anuló las de los que podrían haberlo sido en el futuro. Todo ello con el desde mi punto de vista farisaico argumento de que no tenía la seguridad de poder contar con el número suficiente de trabajadores como merecíamos los clientes de Paradores, debido a las huelgas con las que anunciaban defenderse ante lo que se les venía encima.
Y para eso, para que pudiéramos contar con el número suficiente de trabajadores, nos amenazó a toda España con el cierre de siete Paradores, y presentó por primera vez en la Historia de la Red pública un ERE y un ERTE, con el que amenazaba con echar a la calle a más de 600 trabajadores y trabajadoras, dejar a otros cientos de ellos como fijos discontinuos, y echar el cierre temporal a una gran parte de los establecimientos de la Red en toda España. Y cerró el Parador de Puerto Lumbreras.
Para que contásemos con la atención que imagino ella pensaba que nos merecíamos los clientes, arrasó un buen número de Cocinas, y echó el cierre a no pocos Comedores. Nada mejor para destruir una casa, para dejarla vacía, que cerrar la cocina y el comedor, y nada mejor para acabar con un Parador como hacer lo mismo. Entonces ya más que un Parador queda convertido en una Pensión bonita.
Para los clientes que nos empeñamos en seguir yendo a Paradores a pesar de ella, y viajar por Galicia por ejemplo, “adoptó” la propuesta “Enxebre” de éxito en el Hostal de los Reyes Católicos, Parador de Santiago de Compostela desde hacía muchos años, ahí como alternativa o complemento a su excelente y reconocido Comedor Restaurante. Pero en estos otros “paradores pobres” (empobrecidos por ella y su gestión) los convirtió en pulpo a toda hora, y en poner a calentar empanada a profesionales brillantes de la mejor cocina española, dando un golpe mortal en la línea de flotación de la Historia de Paradores: su gastronomía. Y propiciando que los clientes que seguíamos empeñados en ocupar las Casas más de dos días a pesar de sus “escobazos”, tuviésemos que pactar "clandestinamente" que nos hicieran algún lenguado, paella etc. a pesar de lo ordenado “desde Madrid”, pues el pulpo nos gusta, pero como todo, en su justa medida. No digo ya nada de los pobres extranjeros que, de una parte decía querer volver a acercar a Paradores, y de otra los trataba a “pulpazos” dia y noche.

Y encima, con amenaza a las plantillas de los “paradores pobres” en el sentido de que si aún con el “enxebre” no tiraban para adelante, ¡cierre del Parador al canto!
Mientras, en lugar de tratar por ejemplo de que lugares tan bellos (y tan vendibles) como el Restaurante “Mar y vent” del Parador de Aigüablava fuese explotado por y en beneficio de Paradores, y atendido por personal de la Casa, lo ofreció gentil y externalizada/privatizadamente al, desde mi punto de vista, vulgar coctelero De las Muelas, que monta en el buen tiempo una especie de “chillout” con unas telas blancas tipo “ad lib” al viento, y eso sí, utilizando también personal de Paradores, y cuando el tiempo ya no acompaña, hace lo mismo pero con la nieve y la chimenea en el Parador de Arties. Supongo que las horas de la Calle de Juan Bravo hacen mella en el carácter y en los amigos, y ya es sabido que en verano la Costa Brava y en invierno Baqueira son totales. O como dice otra egregia de los de la gaviota "el fred de l'hiver, y el caloret…”
Como la derechona en este país, desgraciadamente, no ha venido contando con grandes dificultades para conseguir sus propósitos, pues la ciudadanía, justo es decirlo, les ha venido votando mayoritariamente a pesar de todo, no deben haber aprendido que antes de empobrecer la más importante red hostelera del mundo de Castillos, Conventos, Palacios, etc. y echar a la gente, clientes  trabajadores, a cientos a la calle para poder venderlos, resulta conveniente averiguar antes si se puede, y en el caso de que se pueda, si hay compradores dispuestos. Como esto tampoco lo hizo bien (afortunadamente) la presidenta, luego empezaron toda una serie de proyectos fallidos en forma de supuestas franquicias, o intentar llevar hasta el desierto lo que no consigue mantener con dignidad aquí.
Y ahora que ya se acercaba la hora final y hay que dejar obligadamente Memoria hecha y cifras para la posteridad, segmenta de nuevo lo que ya lo estaba, arrasa con el mítico menú de Paradores (de esto hablaremos otro día), y eso sí, dentro de esa campaña constante de vulgarizar Paradores, y destrozar la diferencia, añade “alia patatalia” a casi cualquier propuesta gastronómica para convertirlo todo en otra cosa “moderna”, “guay”, “in”, que sea como todo, pero sobre todo que no sea Paradores: Esencia, Marmitia, Tamizia ¡qué horror y qué error!
Cualquier cosa que ha tocado esta “rey midas de paradores” pero al revés, ha quedado empeorada, la revista, las tarjetas de Amigos, la imagen corporativa, un “directorio fantasma” editado que apareció y desapareció con el que pretendía sustituir el espléndidamente, y con mucho gusto editado anteriormente, y en el que entre otros errores garrafales y su afeamiento, habían cambiado la posición de los signos de las prestaciones que tenían los Paradores que quedaban en las hojas de la izquierda del libro, y quedaban enterrados en la encuadernación sin que pudieran verse… ¡En fin!

Resulta muy penoso también de la contradictoria gestión de esta señora, ver cómo en los últimos tiempos, mientras desde la parte comercial de la Casa se consigue vender cada día más, por supuesto con el inacabable esfuerzo y colaboración también de la gestión desde los establecimientos, las mentes “guays” del staff de la presidenta se empecinan en una reelitización prepotente del cliente-tipo de Paradores, que debería, por ejemplo, pedir (y poder pagar a lo que ellos deciden) menús degustación a toda hora (o sea, en unos cocinas y comedores “chapados”, en otros “lujo exclusivo”…), alejando a la Casa de eso que necesita tanto como el comer, y desde hace tantos años, y por lo que luchan denodadamente muchas de sus direcciones y plantillas en los establecimientos, que es que los pueblos “tomen” Paradores, que se conciencien de que “son suyos”, de que pueden y deben utilizarlos como cualquier otro establecimiento de la zona, y que no van a tener que pagar más por ello, mientras, casi seguro, están mejor atendidos.

Con todo esto, y lo que me queda por decir y no hago por no extenderme mucho más, yo opino totalmente lo contrario que este, desde mi criterio, mediocre ministro de Turismo señor Soria, que ¡faltaba más, cómo iba precisamente él a opinar otra cosa! Él o la señora Borrego, su secretaria de Estado de Turismo, por cierto también con pariente ilustre, el diputado del PP Martínez Pujalte. Vamos a ver si no nos enteramos de más cosas turísticas y asesoras que no nos gusten.

Y no solo lo opino yo, lo piensan cientos, yo diría que miles de trabajadores y trabajadoras de la Red de Paradores de Turismo de España que, precisamente por el carácter regresivo de la gestión de esta “ilustre” ex consorte y sus direcciones generales de Recursos Humanos, se cuidan muy mucho de no decirlo públicamente para que no les falte aún más pan del que les han quitado con ERE y ERTE.
Pero lo que me resulta aún más inasumible es que esos supuestos setecientos y pico mil Amigos de Paradores (¡Que vaya usted a saber con la forma de hacer números y manejar las cifras y la veracidad del gobierno de esta señora y los suyos, cuantos seremos en realidad¡) de los que muchos me consta que piensan en el mismo sentido que yo, no lo digan, e incluso nos nos demos una vueltecita por la sede de Paradores en José Abascal para recordarle a esta señora tan acomodada que no, que es absolutamente incierto que su gestión haya sido eficaz; que no ha conseguido reflotar Paradores ni con el empobrecimiento horrible que ha hecho de la atención a la clientela, ni con el sudor, las lágrimas y el esfuerzo del día a día de trabajadores y trabajadoras que han perdido gran parte de sus derechos adquiridos, de sus sueldos, de su alegría, de su salud, y en no pocos casos que han perdido sus trabajos.
Eso es algo que podíamos recordarle al ministro Soria, a ella y a los suyos, los clientes de Paradores, que estamos viviendo la etapa de peor atención de toda la historia de la Red, incluso a pesar del notorio esfuerzo de muchos de sus directivos y directivas en los establecimientos para intentar paliar a duras penas lo que les imponen “desde Madrid”.
Deberíamos decirles al señor Soria y a la señora “Gela”, que su gestión no ha sido, ni es, ni será eficaz por mucho que la lleguen a maquillar y que logren acallar a los Consejos, pues ni AÚN CON LAS CONSTANTES APORTACIONES DE CAPITAL POR PARTE DEL GOBIERNO DEL PP, CREO RECORDAR QUE HASTA EN CUATRO O CINCO OCASIONES, capital que sale de los impuestos del pueblo (o sea los trabajadores y trabajadoras de Paradores los pagan dos veces), ha conseguido esta, desde mi punto de vista, pésima profesional reflotar Paradores para nada.
Deberíamos decirles alto y claro que esta señora HA SIDO, Y ESTÁ SIENDO LA PEOR PRESIDENTA DE LA HISTORIA DE PARADORES (hombres y dos mujeres incluidas en ellos) para los de dentro y para los de fuera.
Y yo particularmente, a la vista de lo que he observado muy bien durante mucho tiempo, humanamente el calificativo de “mala” lo llevaría, con todo respeto, algo más lejos. Pues creo que no puede, o no se debe una consentir, vivir tan a la “liguí”, tan “guay”, tan rica, tan de cóctel de De las Muelas, mientras tu personal está pasando cada día más calamidades para poder hacer que sus hijos, por ejemplo, puedan estudiar, mientras los tuyos probablemente tengan la fortuna asegurada durante tropecientas generaciones.

Y deberíamos decirle los Amigos y los clientes que simplemente, y nada menos, que por haber convivido quince años y haber tenido tres hijos con quien ella conocía mucho mejor que nosotros hasta ahora, no debería haber aceptado sentarse en la poltrona de una empresa pública como PARADORES por más que su ex se lo pidiese al presidente del Gobierno, porque ya es sabido que “la mujer del Cesar no solo debe ser honesta, sino parecerlo”.
Pero desde luego, visto lo visto, y sabido lo poco que todavía sabemos ¡pero ya tanto! si le queda un gramo de ética, por esto de lo de la mujer del Cesar, deberíamos pedirle a Doña Ángeles que despegue con inmediatez las posaderas de la poltrona de PARADORES, pues considero que ya ha hecho suficiente daño a la marca, a sus trabajadores y a la marca España por tanto, como para que se aferre a la silla hasta las próximas elecciones, y nos siga queriendo intentar engañar, y vender “la franquicia de la mentira”.
Fuente: ABC Gente&Estilo
Y ya sabemos con claridad lo que piden desde el PSOE e IU en cuanto al cese o a la dimisión, como quieran, de la presidenta de PARADORES por lo que es claro, notorio e indignante. Pero no sabemos aún lo que piensan, ni quieren CIUDADANOS ni PODEMOS, y sería muy importante, sino fundamental, saberlo, pues cuestiones como estas, y decisiones tras las elecciones con PARADORES como aquella que recordaba Fernando Gallardo en su artículo de “Basta con que los profesionales de la política abran paso a los profesionales del turismo”, y “Quitad, por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.” pueden decidir el voto de muchas personas, por ejemplo el mío sin duda. Así que habrá que preguntarles pronto.
Para finalizar deseo reconocer que entre mis defectos, entre mis faltas, no está ser rencoroso, incluso en distintas ocasiones en mi vida en que habría necesitado haberlo sido no lo he conseguido. Pero en este caso si alguna vez noto que voy a perdonar a esta mala presidenta, a la peor de toda la historia de Paradores, no tendré más que volver a traer a la mente a aquella camarera que una nochebuena fatal luchaba porque sus lágrimas no cayeran sobre mi plato ahogada en la injusticia, cuando me contaba que el argumento que habían utilizado para meterla en el ERE, era el absentismo que le había provocado la operación de sus cánceres en ambos pechos. Unos cánceres al parecer más agresivos que el de la mentora de la señora Alarcó, Doña Esperanza Aguirre, que sí le ha permitido volver a buscar poltrona.
Y si aún así no lo consiguiera, volveré por unos segundos a ser aquel niño que hace bastantes años, en la eterna época franquista, le llevaron a unas colonias veraniegas en Ávila para niños delgaduchos y con mal color, y que un día, volviendo con sus maestros de bañarse en el Río Adaja, pasó por la puerta de una Casa preciosa, y en ella había una armadura, que le asustó y atrajo al mismo tiempo. Que se quedó embobado mirándola, y se salió de la fila. Que al rato un pescozón le hizo volver a las murallas que estaban enfrente. Que le contó su maestro qué Palacio era ese, y quienes lo habían habitado.
Y que desde entonces se le quedó una idea grabada a piedra histórica en la cabeza, y la consiguió, aunque para ello tuviera que salirse de la fila para siempre, y llevarse muchos pescozones más.
Que desde aquella “Primera vez” se hizo amigo íntimo de la armadura de la entrada, se hace llamar "Raimundo de Borgoña", y tiene una Urbanización con 94 Casas hasta ahora, de la que vive enamorado; se llama "PARADORES", y por ella, y sus habitantes, ha pedido a su cónyuge que le transcriba esto, pues en el camino entre otras cosas importantes se ha dejado gran parte de la vista.

viernes, 17 de abril de 2015

FIN DE LOS ENCUENTROS DE AMIGOS DE PARADORES (GRACIAS A LA “GRAN FAMILIA”).

En la primavera de 2011 tuve la idea de organizar un encuentro de amigos, Amigos de Paradores, entre algunas de las personas que había ido conociendo de forma virtual en el Portal creado entonces por PARADORES y hoy tristemente desaparecido, “Paradores Activo”. Me pareció una buena idea pasar al lado humano, al de carne y hueso el trato que había ido consiguiendo en aquel Portal web escribiendo, poniendo imágenes, etc. de lo que tanto me gusta y tanto amo: La Red Pública de Paradores de Turismo de España.

Y para ello, para hacer “carnal”, para “humanizar” (deben entenderse bien los sentidos en este caso de la propuesta), no podía ser sino en Paradores aquel encuentro. Para él elegí el Parador de Alcalá de Henares, del cual no tengo la necesidad de explicar motivos positivos, pues cualquiera que haya estado en él sabe que le sobran. Pero si me parece conveniente recordar la ciudad cervantina donde se halla, y su ubicación en el centro de la península para no causar agravios entre las distintas personas que tenían que llegar desde fuera de Madrid.

En el mes de mayo de 2011 fuimos recibidos por tanto por Pedro Soria y su espléndido equipo en el inolvidable Parador en lo que decidí bautizar como “Encuentro de amigos, Amigos de Paradores en Alcalá de Henares”.

Me resultaría muy difícil, prolijo, extenso, poder reflejar aquí la calidez, el afecto y la excelencia con la que fuimos acogidos por la plantilla del Parador, pero debe bastar saber que, precisamente por ello, decidí darle continuidad en un segundo Encuentro en el precioso Palacio que acoge el Parador de Lerma. Juan Serrapio y su magnífico equipo recogieron el testigo de sus compañeros y compañeras de Alcalá de Henares, e hicieron igualmente inolvidable el Encuentro en su precioso Parador.

Durante estos Encuentros disfrutamos de la amabilidad, la calidad y la leyenda como la gran familia de Paradores, y solo la gran familia de Paradores, sabe realizar, constituyendo el objetivo fundamental homenajear a la amistad en marcos tan queridos, y como acto principal una cena conjunta (todos y todas sentados a la misma mesa) en la que degustábamos el arte de la que para mí es la mejor cocina de España: el trabajo de los cocineros de Paradores.


Complementando esto, desarrollábamos un pequeño plan de actividades que organizaba el Amigo, y en mi caso consorte, Jesús Jiménez Reinaldo en coordinación con el Parador. Así hemos conocido ciudades, realizado visitas turísticas a museos, a minas, a monumentos, asistido a catas de vinos, escuchado recitales de música, visionado proyección de documentales, participado en la lectura de poemas, etc.

Según otros amigos iban sabiendo de lo atractivo de los Encuentros, mostraron su interés por irse sumando. Y aunque el carácter de los Encuentros nunca ha sido abierto, es cierto que a Jesús y a mí siempre nos ha parecido ilusionante, enriquecedor e integrador que se fueran incorporando otras personas. Pero también es cierto que el carácter endogámico y mal entendido “exclusivo” que en no pocas ocasiones suele abundar en este tipo de grupos, habitualmente me ha venido haciendo muy laboriosa (aunque desde luego conseguida) la integración de nuevos amigos.

Precisamente por este motivo ya desde el segundo Encuentro de Amigos me planteé si sería conveniente seguir realizándolos. Sinceramente eran muy trabajosos.

Pero homenajear un concepto como la amistad dejándose cuidar, acoger, mimar, por la gran familia de Paradores, no es algo a lo que para mí sea fácil renunciar, y así decidí que mientras el cuerpo aguantase (la Red Pública hostelera estoy seguro de que siempre permanecerá viva y acogedora, a pesar de los distintos presidentes y presidentas que puedan pasar por ella) organizaría cada primavera y cada otoño un nuevo Encuentro de Amigos de Paradores, hasta, si fuera posible completar todos y cada uno de la Red, pues cada uno de ellos y todos reúnen motivos más que sobrados para poder celebrar la amistad en ellos.

El criterio para elegir los distintos Paradores no era otro que, en principio, los que por proximidad a los diferentes amigos y amigas estuviesen más accesibles a su lugar de residencia, y facilitase la mayor asistencia posible, ya que, dicho queda, todos los Paradores me gustan y me faltan muy pocos, poquísimos, por conocer, pero también sé ya que me gustarán.

Y así hemos tenido la suerte de ser acogidos por Antonio López Archilla y su inolvidable equipo en el precioso Castillo que acoge el Parador de Zafra, por Jaume Sebastián, Antonio Campos y la gran familia del impresionante Castillo donde se ubica el Parador de Cardona, por Jesús López Palomero y el espléndido equipo del Castillo que alberga el Parador de Alcañiz, por Pedro Carreño y la gran familia que cuida y atiende como solo se hace en paradores el maravilloso Convento del Siglo XVI que encierra el Parador de Almagro (con una recepción que guardaré siempre como histórica en lo que yo llamo “el último albergue”: mi querido Parador de Manzanares por parte del también “histórico” José Maeso y sus compañeros y compañeras). Y nuevamente por Antonio López Archilla, pero esta vez al frente del inolvidable y entrañable equipo de uno de los mejores miradores que puedan existir en el mundo sobre una bella ciudad, como es el Parador de Soria.

Ni desearía, ni me es posible destacar un Encuentro por encima o por debajo de otro, porque todos están homologados por lo que hizo que naciesen: una gran familia de profesionales que desde hace casi noventa años vienen albergando, acogiendo, practicando el noble oficio de la hostelería de forma singular, diferenciada, inigualable, y sin parangón el mundo: PARADORES. Una familia a la que sin ser la mía de nacencia, he querido, y quiero pertenecer, desde que saliendo de la niñez, una mañana en Ávila, en unas colonias veraniegas del franquismo, volviendo, marchando, de bañarnos en el río Adaja, me parase frente a la puerta de una bellísima Casa que tenía una subyugante armadura en su puerta: una Casa de la que luego supe que era el Parador Nacional de Ávila “Raimundo de Borgoña”.

Y precisamente en mi querido Parador tenía decidido que tuviese lugar lugar el octavo Encuentro de Amigos de Paradores. Pero dice un refrán muy utilizado en España que el hombre propone y Dios dispone, y supongo que a veces hasta la propia Santa Teresa, y sobre todo, y eso sí que lo tengo comprobado, dispone el hombre y la mujer con sus desavenencias, y otras conductas que no engrandecen la amistad ni tampoco a institución alguna que uno ame, y que desee respetar.

Y en este orden de cosas, junto a la grave intervención quirúrgica a la que hace unos meses tuvo que ser sometido Jesús, mi cónyuge, y mis tremendos problemas visuales, he pensado recientemente que muy bien está lo que muy bien acaba; y decidido que el todavía reciente recuerdo del séptimo Encuentro de Amigos de Paradores en Soria, que llamé “…se hace camino al andar”, era una forma espléndida, y también inolvidable para, homenajeando a todos los anteriores, poner punto final a los “Encuentros de amigos, Amigos de Paradores” que un día nacieran en el de Alcalá. Antonio Machado acompañó, pues, nuestro último Encuentro.

En este momento deseo agradecer a todos los encontrados su asistencia, y congratularme de que siempre hayan manifestado pasarlo muy bien. Pero muy especialmente y con todo el afecto del que soy capaz, deseo agradecer a todos y cada uno de los miembros de la “gran familia”, que nos han acogido en Alcalá de Henares, Lerma, Zafra, Cardona, Alcañiz, Almagro y Manzanares, y Soria, su trabajo, su profesionalidad y su propio afecto. Ellos y ellas han hecho y hacen PARADORES, y por tanto clientes y amigos. También a los Paradores en los que nos hubiésemos podido encontrar en caso de no haber llegado al final, en la seguridad de que la calidad y la calidez de la atención, hubiese sido igual que la de sus compañeros.


Por descontado que de no empeñarse la vida en apretar muy fuerte malas tuercas, continuaré yendo a Paradores con mi pareja (de hecho dentro de muy poco vamos a retomar nuestra ruta de forma experimental tras el revés de Jesús), y desde luego que también con amigos, pero ya de forma más íntima, e imprescindiblemente con amigos que sepan respetar a las personas, la amistad y a esa inigualable Red Pública Hostelera, irrepetible en el mundo que es PARADORES, y a la gran familia que la ha hecho grande, muy grande. Única.
Ayuda blogger