LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

miércoles, 16 de agosto de 2017

“¡DE PARADORES SEÑOR!... LA COCINA GENEROSA (QUIEN DICE SEÑOR, DICE SEÑORA"

(Reedición, publicado en febrero de 2015...)

“La ASOCIACIÓN DE COCINER@S DE PARADORES (ACP), es una organización sociocultural formada por profesionales de los fogones.
Fundada en 1989 por trabajadores de la empresa Paradores, su objetivo principal se basa en el trabajo por el fomento y el desarrollo de todas las actividades relacionadas con la gastronomía, teniendo como prioridad el impulso de las tradiciones culinarias, así como el de la innovación que aporta la cocina moderna. Para tal fin, unimos esfuerzos, profesionales, investigadores y todas aquellas personas que se identifican y trabajan con tesón para llevar adelante nuestra cultura culinaria, representante de los establecimientos de la empresa a la que pertenecemos.”…
Esta es la presentación que en su página web, que os invito a visitar (http://www.asociacioncocinerosdeparadores.com/?lg=Es) hace la Asociación de Cocineros de Paradores.
Entre sus actividades publican una revista: “Revista Digital ACP, Asociación de Cocineros de Paradores”, que pueden descargarse en formato PDF accediendo a la página web de la Asociación.

Pues bien, en el último número publicado, correspondiente al mes de febrero de 2015, han tenido la deferencia, el afecto, de dedicar un espacio a la publicación de un artículo mío, escrito especialmente para la revista, en el que trato de exponer, humildemente, mi sentimiento por los cocineros y cocineras de PARADORES desde que, muy pequeño, tuviera la suerte de poder acercarme a la Red pública hostelera.

Es imaginable la ilusión y el agradecimiento que siento porque tan fundamental profesión en Paradores, uno de sus más importantes pilares sin duda, me distinga con su cariño que puedo asegurar es ampliamente correspondido por mi parte.

Agradezco muy especialmente las palabras de presentación de su Vicepresidente, el excelente Jefe de Cocina Timoteo Gutiérrez; son estas:

“Hablar del amor a Paradores es hacerlo en la persona de Enrique Vales Villa, su vida, al igual que la mayoría de nosotros, está ligada a esta nuestra empresa, y nadie mejor que él ha vivido los avatares gastron6micos que se han ido sucediendo a troves de este tiempo. Es un texto precioso, cargado de cariño y afecto hacia una profesi6n y unas personas, la mayoría de las veces desconocidas, que cada día más, y gracias a gente como Enrique se nos respeta y se valora nuestro trabajo. Por lo tanto amigo Enrique, gracias por tu afecto y tu fidelidad con esta nuestra casa que también es la tuya. Sabes que en esta revista tienes a tu disposición un apartado para hablar de nuestra pasión, el amor a la cocina de tus vivencias seguro que aprenderemos”.

A continuación, y aunque aconsejo leer la Revista completa, para facilitaros la lectura del artículo, lo transcribo aquí, y dada la coincidencia en las fechas, aprovecho para deciros que precisamente hoy día 8 de marzo (día de la mujer trabajadora), y el 9 y 10 la Asociación de Cociner@s de Paradores celebrará su XXVI ASAMBLEA, esta vez en Mora de Toledo, y por vez primera vez fuera de un establecimiento de Paradores.

“¡DE PARADORES SEÑOR!... LA COCINA GENEROSA


Admiro profundamente la profesión de cocinero, de cocinera.

Seguramente ya desde aquellos finales de los años 50 en los que en el seno de mi humilde familia perseguía a mi madre para que me hiciera croquetas, (quizá el manjar que me lleve más directamente y más rápido a lo más profundo de mi ser). Mi madre, harta de trabajar pero condescendiente y cómplice con la humildad de la harina y la leche, y la generosidad y el talento de hacerlas a cualquier hora, de dejarlas, ya pasados los años encima del fogón, frías como las prefiero, para cuando llegara, tarde, adolescente, de ir conociendo la vida, o envueltas para el campamento de Getafe donde hacía la instrucción militar, o después… o siempre.

Quizá esos principios fueran definitivos para poder valorar, enamorarme, de esa disposición de albergar, de cocina siempre abierta, de comedor de familia que encontrara en Paradores hace más de cuarenta años.


Difícil encontrar una profesión más generosa que la de dejarse las pestañas en los fogones para algo tan perecedero pero tan imprescindible, tan de supervivencia y de disfrute a la vez. Para que los demás seamos felices en la mesa.  Admiro profundamente la profesión de cocinero, de cocinera. Y de no haber ido mi vida por otros derroteros, circunstanciales, hubiera podido ser una maravillosa profesión elegida.

No participo sin embargo de esta fiebre de última hora, casi en cualquier parte, de intentar convertir a cualquiera que se ponga delante de un fogón en una estrella al estilo hollywodense. De hacernos creer que cualquier cosa vale por aquello de que lleve delante un “by” de… Quizá porque mi concepto de la cocina, como escribía antes, nació totalmente alejado del esnobismo, del glamour y de lo mediático, quizá porque encuentre mucha trampa, mucho oropel, mucha ambición y por tanto poca generosidad, en esa cocina bajo las mentirosas luces de los focos, quizá porque piense que no tenga que ver nada con aquellas croquetas del Madrid de mi infancia.

Sin embargo en Paradores encontré pronto, en su esencia, la extensión de la cocina de mi casa. Un inmenso grupo entonces, de grandísimos profesionales que ponían a disposición de España, y de quienes quisieran venir a visitarlo lo mejor de la mesa del país, lo más cercano, lo mejor de cada tierra y con la más genuina puesta en escena  ¡Cocina de Paradores!

Lógicamente sabíamos, sabemos, que detrás de esas puertas mágicas oscilantes en cada Comedor de Paradores se hallan personas con nombres y apellidos, cuadrillas dirigidas por los más grandes cocineros, los más grandes formadores de la historia de la gastronomía española durante más de ochenta años; podría poner aquí unos cuantos como ejemplo, pero iría contra la esencia del artículo, contra la tremenda generosidad de todas estas personas que, históricamente, se han sentido orgullosas de hacer  ¡Cocina de Paradores!

Hace mucho tiempo que deseaba escribir este humilde artículo pero las circunstancias de la vida han colaborado a que lo fuera dejando. Esta madrugada, afectado por un gran resfriado, me he pasado la lista de cosas pendientes y en primer lugar estaba esta expresión, este agradecimiento que deseaba hacer a la generosidad de la cocina.

Quizá por ello, cuando me he medio dormido entre paracetamoles y codeínas, he tenido un sueño en el que juntaba el teatro, otra de mis grandes pasiones como la Cocina de Paradores, la cocina y el teatro que tan juntos están siempre, mise en scene, mise en plat…

En mi sueño veía a un alto mandatario, quizá un presidente o una presidenta (no lo distinguía bien, los presidentes en mis sueños siempre son confusos, y siempre muy alejados de los presidentes de mis sueños) de mi querida Red pública hostelera, que visitaba una espléndida cocina, toda repleta de profesionales de blanco inmaculado y verde en algún lugar, con esa “P” que amo desde niño en los gorros en las mangas, y les daba una vacua charla sobre las supuestas excelencias de la cocina de autor, con nombre y apellido. Ellos, ellas, con los brazos cruzados escruchana pacientes y al terminar le ofrecían un plato para que se deleitase con lo que contenía, el directivo, maravillado, relamiéndose (si es que los presidentes se relamen) exclamaba al finalizar: ¡Maravilloso! Y preguntaba ¿Quién es el autor?, y ellos, ellas, los cocineros de mi infancia, se miraban complices, y todos a una, respondían “!Es Paradores señor!”. Insistía, “ya pero ¿Quién es el autor?!, “¡Es Paradores señor!”.

Entonces el mandatario comenzaba una gira por preciosas cocinas en casas rodeadas de montañas, de mares, de bosques, de monumentos y siempre hacía la misma pregunta. “¿Quién es el autor?” Y todos, como en una asociación por la generosidad por la tradición, por la calidad, por la leyenda, por el esfuerzo, siempre respondían de igual manera “!Es Paradores, señor!”.

Entonces, a duras penas, comprendió que debía promocionar aquello, que tenía que fomentar, favorecer, reabrir comedores, escuelas de hostelería, cocinas en la mítica red pública española para que aquellas estrellas anónimas por voluntad, por generosidad, ya en la madurez de sus vidas, pasaran lo mejor de sus fogones a toda esa juventud de gorros menos almidonados, para que Paradores siguiera brillando con luz propia, con la luz generosa que le aportaban todos.

Y entonces inventó un logo “blindado” con el tejadillo (boca arriba) y la “P”, brillante, que pusieron sobre cada puerta batiente de cada Cocina en cada Comedor Restaurante de cada localidad; decía: “COCINA DE PARADORES! LAS ESTRELLAS ESTÁN TRABAJANDO”.

(Dedicado a todas aquellas personas que desde las coicnas de Paradores hayan hecho alguna vez algo para nuestra felicidad, para nuestra vida, para nuestro crecimiento… como las croquetas de mi madre)”


domingo, 30 de julio de 2017

" ALGUNOS PARADORES DE ESPAÑA SIGUEN HOMENAJEADO EN SUS PUERTAS A RODRIGO RATO: (Carta abierta a su Presidenta)”




    «Al rey la hacienda y la vida se ha de dar,

    pero el honor es patrimonio del alma,

    y el alma sólo es de Dios...»

("El Alcalde Zalamea"; Calderón de la Barca)




Doña María Ángeles Alarcó Canosa

Presidenta de Paradores de Turismo de España

Calle José Abascal, 2 - 4

28003 Madrid


 


Distinguida señora:




En su última visita al Parador de Vilalba (Lugo), concretamente el pasado día 27 de los corrientes para conmemorar el 50 Aniversario de la Torre dos Andrade (edificación patrimonial histórica construida en la época de Fernán Pérez de Andrade, entre el 1370 y 1380), y que el día 25 de julio de 1967 fuera inaugurada como Parador de Vilalba, habrá usted podido observar, pues es muy visible, cómo en la puerta de entrada al Parador, adosada a la Torre, y junto a otra placa que la califica Como “Civia” (un paréntesis, si me permite, para expresarle mi incomprensión ante que semejante monumento histórico no haya merecido de sus extrañas segmentaciones la de “Esentia”, según usted “hoteles monumentales e históricos”…, pero no es este el asunto que deseo comunicarle, ni rogarle ahora) se halla una placa enorme, de bronce, con el escudo Constitucional de España, que conmemora la inauguración, no de la Torre como Parador, sino la del edificio anexo, que lo fue en el año 2000, por parte de D. Rodrigo de Rato y Figaredo, en aquellas fechas Vicepresidente segundo del Gobierno español, Ministro de Economía y Hacienda, y desconozco, sin que sea esto lo más significativo ni mucho menos en lo que nos ocupa, si todavía en esa fecha esposo suyo.


No deseo entrar en esta petición que le dirijo, en mi consideración de si resultaría ético ni oportuno para PARADORES o no, que la ex esposa de un político que además después ha ostentado otros puestos, como por ejemplo el de Director Gerente del Fondo Monetario Internacional o el de presidente de Cajamadrid/Bankia con toda una serie de avatares y connotaciones que cotidianamente nos han ofrecido y vienen ofreciendo en los medios informativos, venga desde 2012 siendo la máxima representante de tan noble y prestigiosa empresa pública desde 1928. Tengo mi opinión al respecto naturalmente, pero no es sobre ese aspecto de lo que deseo hacerle la petición.



Vaya por delante que siempre que me refiero y refiera las andanzas y actuaciones del señor Rodrigo Rato dentro y fuera del Gobierno de España antepongo el calificativo de SUPUESTAMENTE. No porque no conozca la actualidad, sino porque desconozco si existen, deben existir o existirán sentencias firmes al respecto de lo que nos informan, y, tengo la sensación personal de que actualmente en este país que tanto amo, es más fácil que acabe perjudicado un insignificante ciudadano por expresar su opinión, que otras personas de mucho más poder que, supuestamente, han hecho polvo la economía del país. Pero ya digo que esto es una opinión personal que, a lo mejor, no corresponde con la realidad.



En todo caso, hemos podido leer en muchos medios y noticias que el señor Rodrigo Rato, entre otras cosas estaría siendo investigado porque, supuestamente, durante el ejercicio de su cargos y valiéndose de ellos imponía a empresas como PARADORES que contrataran sus servicios y adjudicaciones con Sociedades suyas (del señor Rato quiero decir) o de su familia. Como, por tan solo poner un ejemplo, explica este artículo del Diario “El Mundo” al que le dejo enlace.



No deseo profundizar más señora Alarcó, pues para lo que deseo rogarle encarecidamente creo que esta ya podría ser suficiente argumentación, pero es evidente y esperable que una señora de su categoría, tan puesta al día, y supongo que tan preocupada tanto por PARADORES como por una persona que, en definitiva, fue de su familia, las conocerá más detalladas, y más fiables, que yo, que como le decía anteriormente a todo le antepongo SUPUESTAMENTE.



La situación para la ciudadanía española, y particularmente para los clientes de PARADORES de tener que atravesar las puertas de varios de ellos, (pues la circunstancia del Parador de Vilalba no es aislada; existen placas en el mismo sentido en el Parador de Plasencia y otros), como puede comprender es muy agraviante. Resulta en mi opinión de una falta de respeto grande al cliente, y  que, desde mi punto de vista, va muchísimo más lejos que lo que le comentaba y pedía sobre los vasos de mi carta anterior. Pero sin embargo la solución es mucho más sencilla y económica. Ya que los vasos son muchos, el gasto está hecho, etc.


Pero estas agraviantes placas, estos “homenajes permanentes” que, en no pocos casos crean indignación, son facilísimas de retirar: no tiene usted más que preguntar a su equipo -desde las direcciones regionales de Paradores se lo podrían decir, por ejemplo-, en qué Paradores figuran, y ordenar al personal de mantenimiento que las retire. No lleva más de una mañana y opino que sería usted la primera que se haría un favor.



Es cierto que a veces nos duele deshacernos, a mí el primero, de recuerdos de familia, pero es que hay recuerdos que es mejor que no lo hagan.



Y para finalizar, si me permite quiero confiarle una reflexión que me hacía el otro día frente a otra placa en Vilalba: la que figura en la casa de D. Manuel Fraga Iribarne, de quien como sabe entre las cosas más conocidas y destacadas de su biografía política, además de ser el creador de los inicios del Partido Político al que pertenecía (no sé si pertenece) el señor Rodrigo Rato, y el Gobierno que la ha puesto usted al frente de PARADORES, se le recuerda como el gran “reimpulsor” de la Red de Paradores de Turismo de España, y del turismo español de aquella época.



Yo nunca he coincidido con la ideología de Alianza Popular ni la del Partido Popular, pero tuve la ocasión de conocer, por motivos que no vienen al caso, muy cercana y reiteradamente tanto al señor Fraga como a su señora, Carmen Estévez (que descansen en paz), mujer de gran discreción, y de Verín –Ourense- (le digo esto porque allí, bajó un pesudoparador pequeñísimo (casi como la Torre dos Andrade) y desde mi punto de vista insostenible, inaugurado recientemente, está ese precioso pazo-parador de “Verín Monterrei” ¡que solo abren tres meses al año¡, y que también hace unos meses cumplió su 50 Aniversario. Y no sé si tendrá usted pensado hacer lo mismo que en Vilalba, pero estoy seguro de que sería un gran homenaje para esta señora que si va a su tierra haya retirado ya las placas del señor Rato.



En el Parador de Verín no existe afortunadamente. Hay otra a la entrada que también agravia mucho a la clientela por lo que significa gastronómicamente esta etapa suya, dice: “enxebre”, pero claro no es lo mismo.



Bueno, pues frente a la casa de Fraga pensaba “¡Madre mía, si Fraga levantara la cabeza y se viera en la misma placa del Parador de Vilalba junto al nombre de Rodrigo Rato! (es preciso recordar que él por entonces era presidente de la Xunta de Galicia, y no se conocía del señor Rato lo que nos cuentan hoy). Estoy en la posibilidad de asegurarle que si hubiera vivido, no hubiera podido ir usted a celebrar el 50 Aniversario a Vilalba, pues cuando se enfadaba, y lo hacía con frecuencia, decía muy alto unas cosas muy difíciles de escuchar ¡Y me cuenta un amigo que lee en la prensa que propuso usted poner a la Torre dos Andrade el nombre de Fraga Iribarne! Yo considero que, además de con los vivos, con los muertos hay que ser muy respetuosos, y cuando no pueden decidir hay que procurar no mezclarlos en según qué asuntos. Es una opinión.



Bueno presidenta, yo creo que va a coincidir usted conmigo y con otros muchos ciudadanos y clientes, y nos va a liberar de este trago al pasar por la puerta de algunos Paradores. Se puede hacer con celeridad y discreción. No son muchas.



Muchas gracias por su atención, y un saludo cordial.

viernes, 30 de junio de 2017

"PARADORES: ¿VASOS POR PUNTOS… O LA ENÉSIMA FALTA DE RESPETO A CLIENTES Y TRABAJADORES? (Carta abierta a su Presidenta)




"Ande yo caliente y ríase la gente..."
(Luis de Góngora)



Doña María Ángeles Alarcó Canosa

Presidenta de Paradores de Turismo de España

Calle José Abascal, 2 - 4

28003 Madrid



 


Distinguida señora:



"Cirugía estética inversa"... y fracasada

Ante la cantidad de veces que, tanto en las redes sociales como en los establecimientos de Paradores, hemos escuchado a numerosos clientes y Amigos de Paradores quejarse de usted y de lo que consideramos otra nueva falta de respeto, desde que han aparecido, a modo de setas en temporada, toda una serie de toscos, inapropiados e incluseros vasos blancos y de colores (dicho lo de “incluseros”, no porque no los considere carísimos o de marca -que ya sabemos que usted proviene de una familia bien de toda la vida para sus elecciones- sino porque no figura en ellos (afortunadamente) la de “Paradores”, he decidido escribirle yo. Y también rogar encarecidamente a los clientes que así lo deseen que le escriban ellos, exponiéndole lo que van comentando: su opinión sobre su nueva aventura, esta vez “vasera”.
!Si los italianos tuvieran las copas de Paradores en su país...!



Antes de proseguir quería transmitirle, señora Alarcó, que yo, aunque vaya con determinada frecuencia a Paradores (cada uno decide en lo que desea invertir honradamente lo que honradamente se trabaja), provengo a diferencia de usted de una familia humildísima y muy honrada (con lo de la diferencia me refiero a lo de humildísima, lo otro lo desconozco, y en cualquier caso no sería a mí a quien correspondería evaluarlo). Y que yo mismo sigo siendo exactamente igual que mi familia, con la diferencia de que, gracias a su trabajo y esfuerzo, y después al mío, he podido adquirir otros conocimientos, y, por ejemplo, tener la inmensa suerte de poder hacer lo que no pudieron hacer ellos: alojarme en mi querida Red de Paradores.



Cucaravasos...

Pues bien, en el seno de aquella familia, recuerdo, de cuando mi madre me mandaba a la compra, que me decía: “¡que no se te olviden los puntos!”, que a mí no se me hubieran olvidado por nada del mundo.



“Los puntos” eran unos sellos que se iban pegando en una especie de cartilla (similar a la de racionamiento), creo que se llamaban “clavel” o algo parecido (igual usted los recuerda también presidenta, porque somos coetáneos, no por otra cosa, por dios…), y que cuando la cartilla estaba completa, íbamos a un local de la Calle de Fuencarral, y la podíamos cambiar por una lechera (entonces la leche se vendía a granel), o cosas similares, que nos venían muy bien para la casa.

Erial en Paradores...


Yo siempre empujaba a mi madre para que eligiera vasos de colores tipo duralex, pues siempre me han gustado. Y nosotros mismos, en la actualidad (como con el neoliberalismo reinante vamos para atrás como el cangrejo, y nos dan cosas en casi cualquier sitio para incentivar el consumo que se han cargado) suelo elegir siempre que puedo vasos de colores.



Es decir, que hasta podría reconocer que cuando veo los vasos incluseros de colores en Paradores me llegan al corazón. Pero es que mi corazón no es el de PARADORES por mucho que ame la Red. Ni mi casa es PARADORES, aunque como tal la considere.



¡Ay que gracia más repajolera!

A mí, presidenta, lo de la innecesaria profusión vasera, si me permite, me parece desvergonzado. Menos mal que, por lo menos esta vez, además de los vasos, no nos han colocado ustedes desde los servicios centrales el sonsonete de que esto de los vasos lo han hecho atendiendo a las peticiones de los clientes. Como hizo ¿recuerda? con los menús esos que llevan nombres estúpidos que recuerdan a las primas de Obélix; los de la Tamizia, la Marmitia y la Especia, de los que todavía no hemos terminado de quejarnos los clientes suficientemente. Porque, en definitiva, lo que han supuesto estos menús (gastronómicamente hablando y para nosotros) es la supresión del espléndido Menú de Paradores, que habían concebido personas, (esas sí informadas y profesionales, como D. Emilio Gómez-Calcerrada Gascon en coordinación con la profesión cocinera de Paradores), un recorte de agárrate y no te menees de Cartas y Bufets, y la aparición estelar a precio de estrella sin que realmente lo esté reconocido como tal, del señor Sandoval para intentar reanimar a los supuestamente "desanimados" y "estancados"  cocineros de Paradores, según declaraciones realizadas por el cocinero y la Directora de Restauración, señora Felipe (todavía no se ha retractado esta públicamente si es que no lo ha dicho) a “Expansión”. Estas apreciaciones además de ser ofensivas son inciertas, y en cualquier caso, si usted, señora presidenta, hubiera destinado el capital económico abonado al señor Sandoval o a otros profesionales ajenos a la Red de Paradores, a incentivar y a tener en cuenta a los cocineros y a otro personal de Paradores, otro gallo nos cantaría ahora. !Me resulta tan chusco buscar fuera de la Casa y pagar carísimo lo que una puede encontrar dentro de ella a raudales si no lo desprecia¡

!Sin palabras¡


A mí, que tiendo a callar menos que otros, cuando me preguntan amigos que quiénes son esos clientes que dicen ustedes que les piden fervorosamente estos desatinos, suelo decirles que es que no saben ponerse en sus zapatos. Que usted, aunque ahora no sea política, es cuasipolítica, y sobre todo lo ha sido, y además ha estado cerquísima del más alto mando durante largo rato, y que en la política se hacen cosas muy raras.

Vergonzante...


Por ejemplo para esto del marketing y otras estrategias, pueden elegirse, unos clientes piloto (no me refiero de aeronave claro) sino próximos por cualquier circunstancia, y se les comunica lo que tienen que pedir, y van y lo piden, y luego ya tiene uno justificación para hacer lo que quería. Pongo por ejemplo, eh, que no digo que esta vez de los vasos haya sido ese el caso.



A mí esto de los vasos me parece desvergonzado y humillante tanto para clientes como para trabajadores, y no porque sean o no de “Ikea” como dicen muchos clientes con ánimo de vituperarlos más de lo que ya lo hace su propia presencia en las mesas, que ya sé que no lo son, que son de la firma italiana “Bormioli Rocco”, y concretamente de su modelo “Diamond” ¡faltaría más! (por cierto esto del “diamond” puede resultar bastante antihigiénico, pues generalmente los vasos tienen la parte interior (la que debe contener el líquido) lisa, porque de lo contrario, como en este caso, las rugosidades internas del “el diamond”, se presta a difíciles limpiezas y acumulaciones de gérmenes...), pero es que a mí me daría igual, bueno me parecería aún más desvergonzado si fueran de cristal Lalique, Baccarat, de Bohemia… o de Swarovski (que ahora se lleva tanto aunque como yo mismo pienso de sus vasos, resulte tan hortera).

Incomparables...


Y me resultaría peor porque cuanto más caros fueran más me hubiera parecido que nos (en mi colegio lo decíamos con otro flujo corporal, pero aquí voy a ser más fino como corresponde), echaban más vinagre en la herida que ya tenemos clientes y trabajadores. Estos vasos no son para PARADORES, quizá en restaurantes de pueblos madrileños, "marquetingestrellados" o no, (los restaurantes digo), como, por ejemplo, "El Coque" de Hunanes, que tanto parece impresionafrle a usted, sirven... pero para PARADORES no.



Muchos clientes tenemos esa herida muy sangrante desde que la pusieron a usted al frente de nuestra querida Red pública, porque cuando íbamos a Paradores queríamos encontrar lo que buscábamos (no lo que supuestamente podrían decirle “sus clientes piloto") y nos gustaba Paradores como estaban, eso sí los esperábamos restaurados, cuidados, innovados con respeto…(que no se cansan ustedes de señalarnos como carcas, casposos y retrógrados y antiguos a los clientes fidelizados a la tradición de Paradores), y no unas sucursales imposibles de establecimientos que siempre han sido infinitamente peores que Paradores, pretendidamente “pijos”, muy como de la vida guay, de esos que en Madrid, en calles como Juan Bravo, o cualquier otra de “la milla de oro” abren y cierran como abanicos en un tente mientras cobro sin cesar. Eso sí todos pintados de blanco roto, tapizados de gris neutro, con “camareros de gimnasio” vestidos de negro, y de tontería a raudales, pero que hasta que llegó usted a PARADORES tenían claro que eran ellos los que debían emular a PARADORES, y no al contrario.

Pero y esto ¿por qué?


Los clientes de Paradores cuando vamos a Paradores queremos seguir viendo y utilizando las copas de cristal transparente con el tejadillo, que se convierten en translúcidas por unos momentos cuando se las llena de agua mineral fresca. Y no queremos ver los mismos vasos que ya vemos, porque ahí sí proceden, boca abajo o boca arriba, cuando vamos a los restaurantes chinos, como al que yo suelo ir con frecuencia y del que le adjunto foto.



Ni queremos que para darle un sentido a la “profusión vasera” nos atosiguen preguntándonos si queremos agua, o incluso llenándolos sin preguntarlo (debo decirle en este punto que nosotros siempre tomamos agua, además de lo que corresponda, en nuestras comidas).


Como hongos en Paradores...

Pero aún más que para clientes, me parece más humillante y desvergonzado para los trabajadores y las trabajadoras de Paradores que deben manipularlos. Primero porque no pueden escribirle esta carta… Bueno pueden, pero ya saben que eso solo deben de hacerlo si quieren dejar de trabajar en Paradores ¡Pues menudos Recursos Humanos tiene la cosa y la Casa por lo que estamos viendo!

Restaurantes chinos inspiradores para la alta dirección de Paradores...


Después porque existe una inmensa mayoría que se han quedado tras su ERE y su ERTE con un sueldo que no llega a los 800 euros, y otros muchos, contratados, que no pasan de los 450. Y como les exigen ustedes mucho para pertenecer a tan acreditada Cadena hostelera, ellos saben multiplicar, claro, la cantidad de vasos nuevos impuestos que ven en sus Paradores dentro y fuera de los almacenes, por la cantidad de Paradores que tiene la Red. Y claro pensarán lo que algunos clientes como yo: que si en vez de licitar (o como haya hecho usted estos de los vasos; digo lo de licitar porque como hace tantas licitaciones continuamente, incluso para el pan de molde y las naranjas…) para algo que no necesitábamos, ni le hemos pedido, podría haber dedicado usted esa cantidad a mejorar un poco sus condiciones de trabajo, a devolverles alguno de los derechos que les han suprimido, e igual la señora de Felipe ya no podría decir lo de la desmotivación (si no lo ha dicho, no lo ha desmentido todavía públicamente) con tanto desahogo.


Sin palabras también...

Y además también pensarán qué hacen ahora con todos esos miles de copas que en su día también serían muy caras,  grabadas, y de las que ya no tengan probablemente ni sitio para guardarlas, porque en Paradores no solo existe la vajilla que vemos, sino la almacenada.



Y tampoco es baladí lo poco que han pensado en ellos con el modelo “Diamond” de Bormioli Rocco , pues es que como tenga uno un poco de reúma casi no puede coger más de dos vasos a la vez: ¡pesan como una mala jefa!



En fin presidenta, que esto de los vasos nos parece otro bandazo, otro agravio, otro desdoro de la marca que no sé a quiénes habrá beneficiado pero desde luego a los clientes y a los trabajadores no ¡Pero el gasto ya está hecho! Y lo peor es que es con dinero público, con dinero de los trabajadores, de los clientes, de los ciudadanos… con dinero de todos. Y resulta muy paradógico que mientras el Ministro de Hacienda y Función Públca, Cristobal Montoro, no pare de intentar fijar techos de gasto y recortes, usted como máxima mandataria de PARADORES, no pare de nombrar nuevos y numerosos cargos directivos a su alrededor incrementando de forma considerable los presupuestos de esta empresa pública. Mejor, y con más información que yo, lo pregunta recientemente en este video el Diputado Sergio Pascual a la Secretaria de Estado de Turismo...

Apocalipsis vasera...o una tarde en el campo.


Si ya teníamos bonitas copas y vasos, y con tejadillo, para el agua ¡a qué gastar en horteras vasos incluseros! No sé, igual algún día encontremos la respuesta.



Sí es cierto que, a veces, tan altas mandatarias como usted no se enteran muy bien de las cosas que les rodean, y un día ve alguien esto de los vasitos boca abajo en cualquier sitio guay y le venden la moto, y dice uno ¡voy a triunfar! Y que para eso, en vez de con palmeros, es muy importante contar con Direcciones de Restauración que le hagan ver a una que eso no es procedente. Que en vez de decir que son ideales de la muerte e imponerlos en todos los Paradores de la Red, le abra los ojos. Pero claro, eso requiere de una profesión, de una dignidad, y que ambas cosas prevalezcan al importante sueldo que proporciona estar bajo el paraguas de Paradores a esos niveles.



Páramo tabernero...

Verá presidenta, yo, sin ser, ni querer, director de restauración, no cobrando, ni queriendo, nada de Paradores, y pagando religiosamente todo lo que de mi querida Red utilizo, voy a darle un consejo que no falla:



Fíjese usted en cuando la dirección de restauración de un emblemático Parador de la Red debe montar mesas para infinidad de eventos como el Premio Cervantes, recepciones a Embajadores, comidas en Palacio, etc. Ya verá cómo en la mesa hay copas de agua de Paradores, y no vasitos blancos ni de colores, boca abajo ni boca arriba.



Pues los clientes de Paradores en ese sentido no deberíamos ser menos que Doña Leticia o Don Felipe ¿No le parece? Que además pagamos por usarlas.

Un insulto en cualquier época...


Yo le ruego encarecidamente presidenta que dé las instrucciones precisas para que retiren ese oprobio de los vasos de las mesas y los manteles de Paradores, y como soy persona constructiva –y dado por hecho que el gasto ya ha sido realizado- voy a proponerle algunos usos alternativos para los vasos incluseros por si le parecen bien:



-Una parte de ellos podría ponerlos en los cuartos de baño de las habitaciones como vasos para lavarnos los dientes. Son duros, toscos y resistentes, y ahí harían buena función.

Inasociable, inencajable, insoportable...


-Otra parte podría ofrecerlos a los clientes que les gusten, para su casa, a cambio de puntos de Paradores (así recuperan ustedes algo de lo gastado). Tantos puntos un vaso. Como cuando mi querida madre y los puntos “clavel”. Yo me comprometo con gusto a cambiar algunos de mis puntos por uno de cada color, o por dos, que para eso me está escribiendo Jesús esta carta.



-Y el resto se los podría hacer llegar al Padre Ángel, y a su Fundación Mensajeros de la Paz. Estoy seguro de que él sabría darles un uso más necesario, racional, justificado y digno.

Los vasos boca abajo de la época del Tejado boca abajo...


Y además podría usarlos por la noche en sus Restaurantes “Robin Hood” por toda España ¿Los conoce presidenta?, esos que a mediodía son restaurantes normales… no de su categoría claro, pero sí como para que vayamos muchas personas -yo mismo voy-, y por las noches con algo de lo que han ganado con los clientes del mediodía, dan de comer a personas necesitadas, a todas esas víctimas de la pobreza que esta pasada por el neoliberalismo ha originado. ¿Se imagina qué alegría cuando los necesitados se sienten a la mesa con los vasos de colores además de poder cenar?



Y hasta puede mandarles usted con los vasos de vez en cuando a uno de los generosos y estupendísimos chefs de Paradores para que alguna noche les haga cualquier maravilla de esas que saben hacer desde 1928 sin que el señor Sandoval tenga nada que enseñarles.



Este es nuestro continente para el agua en la mesa, señora...

Somos muchos los que nos quedaríamos más contentos que ahora: Ya no tendríamos que soportar los “Diamond” en las mesas (o pedir que nos los quiten como hacemos nosotros); no veríamos a los trabajadores humillados por el asunto, ni torcidos por el peso; nos lavaríamos los dientes con vasos alegres y resistentes; podríamos, si alguien los quiere, cambiarlos por puntos en las Tiendas de Paradores. Y lo mejor: sabríamos que con la mala inversión de nuestro dinero, por lo menos estarían bebiendo y comiendo personas que lo necesitan.



Muchas gracias por su atención señora Alarcó Canosa, no se olvide de hacerlo por favor. Porque como con esto de los presidentes de Paradores nunca tiene uno la seguridad de que el que llegue a “la bombonera del Estado” no va a ser peor que el que se vaya, todavía viene otro peor que usted, arrumba los vasos y compra otros más pesados y más caros. 

Un saludo muy cordial.


Aquí no hay "Diamond" ni blancos ni de colores... hay "Paradores"

 

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