he abierto muchas
veredas;
he navegado en cien
mares,
y atracado en cien
riberas.
En todas partes he
visto
caravanas de tristeza,
soberbios y
melancólicos
borrachos de sombra
negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y
piensan,
que saben, porque no
beben
el vino de las
tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la
tierra..."
(Antonio Machado)
Para algunas personas que nos
preocupaba el claro deterioro de la vida madrileña en todos sus aspectos, y
entre ellos el del turismo, y que amamos la Red pública de Paradores de Turismo
de España, la mañana del mes de febrero de 2012 cuando nos enteramos de que la
directora general de Turismo, entonces, de la Comunidad de Madrid, Ángeles
Alarcó Canosa había sido empujada a la presidencia de la institución pública,
fue una mañana aciaga.
Las administraciones públicas suelen
ser mastodónticas, no pocas veces sobredimensionadas, y la de Madrid enorme.
Tal es así que no es muy difícil que una directora general pueda sobrevivir en
el más silencioso de los anonimatos para la ciudadanía, y que, se disponga del
talento y el conocimiento de que se disponga, o de los que no se dispongan, pueda
quedar “salvada” por terceros, desde el consejero hasta el vigilante de la puerta,
sin que nunca le suceda nada adverso. No digamos ya si se es una o uno de esos
asesores de a muchísimos miles de euros al mes, que, generalmente, ya sabemos
por qué conductos llegan a sentarse en las poltronas pagadas con dinero público.
Por otra parte a la mayoría de los
funcionarios, a la base, a los que no llegan por el dedazo de la
eufemísticamente llamada “confianza”, a pesar de que en no pocas ocasiones
sufran persecuciones o agravios por expresar su criterio sobre algún o alguna
paniaguada del régimen que toque en el poder, suelen tener el puesto de trabajo
asegurado, y los caballeros o las damas beneficiadas digitalmente, saben que es
mejor no mostrarse demasiado con insolencias, impertinencias y soberbias, y que
es preferible rodearse de afines, palmeros, pelotas, no elegidos por aquellos
principios tan denostados actualmente del mérito, la capacidad, la formación,
la valía, la ética, etc. y aguantar el tirón pero recibir fácilmente cuantiosos
estipendios.
Pero “la bombonera” de la Calle de Requena,
sede, que fue, de Paradores era más expuesta. Los trabajadores, las
trabajadoras, muchísimo menos numerosos que los de la Comunidad de Madrid
aunque les intenten homologar a la función pública (casi siempre para lo peor)
no son funcionarios, no tienen su fijeza, todo queda más a la vista, tanto la
valía, como la falta de formación, la falta de talento, la falta de vergüenza, y
hasta el exceso de afines y palmeros. Y no digamos ya si te venden el
chiringuito, y te meten todo el material en algunas plantas de un edifico de
oficinas en la calle José Abascal. Ahí o das la talla, o das el cante. Y si es
la talla no pasa nada malo, al contrario, pero si es el cante, enseguida,
supongo, hay que tirar de Recursos Humanos sabuesos para que el personal este
calladito.
Evidentemente cuando Doña María
Ángeles Alarcó Canosa llegó al precioso, y después vendido, edificio de la
calle de Requena, casi todo el mundo que debía saberlo, o le importaba (la
mayoría de la ciudadanía desafortunadamente hasta estas últimas semanas, ha
permanecido bastante de espaldas a esta señora) sabía por qué llegaba ella y no
ninguna de las otras personas que habían estado en la terna y que disponían de
mucho mejor currículo, de mucha más experiencia, y de mucha mejor formación. Sabían
que era la ex mujer del “brillante” ex vicepresidente del Gobierno de España D.
Rodrigo Rato. Y aunque este famoso personaje ya había dado algunas muestras para
que nos preocupáramos bastante de él, y por precaución de sus más allegados,
pues ¡punto en boca! Y hasta podía parecer prestigioso que tan distinguida diva,
de amistades tan ilustres, se convirtiera en la cabeza visible de la marca
Paradores ¡El pueblo somos así, no sé si tendremos remedio, ya lo veremos
pronto!
Yo que nací cuando Franco mandaba
mucho y de una forma que no debemos olvidar jamás, y que en los tiempos
modernos ya había observado lo que los neo liberales amigos de la nueva presidentade Paradores, también conocida por “Gela”, estaban haciendo con mi país, preferí
tirar de una bisoñez voluntaria que todavía me queda desde aquella mañana
lejana que sin haber entrado aún en la adolescencia, me dejara pasmado ante la
puerta del Parador de Ávila, “Raimundo de Borgoña”. Y de una afinidad, afecto,
amor, que nació del empeño de conocer lo que había detrás de aquella puerta, de
aquella armadura, y de encontrar con el tiempo, además de mucha belleza, a una
singular y gran familia que era quien la creaba, quien se la trabajaba, y que con
el paso del tiempo he llegado a sentir como mía.
Por ello cuando un miembro destacado e
informado, de esa gran familia, me dijo que habíamos tenido suerte con el
nombramiento “porque la presidenta era usuaria de Paradores”, me extrañó
enormemente, pero como siento confianza por el amigo que me lo dijo (más joven,
y bisoño al parecer, que yo), y porque uno siempre piensa que cuando a una le
caen del cielo presupuestario los cientos de miles de euros sin hacer mayor
esfuerzo, le dotan de teléfonos, coches, conductores, palmeros rientes,
comidas, etc., a coste cero, ¿por qué no va a entender que se puede ejercer de
“florero de pretendido prestigio”, mientras quienes realmente saben y quieren
hacerlo, trabajan por el pasado, el presente y el futuro; por la amabilidad, la
calidad y la leyenda de la más singular y preciosa cadena hotelera del mundo?
Pero no ha sido así desgraciadamente.
La dama se presentó rodeada de lo que era esperable en su corte, algún hermano
de diputada de su afín partido, alguna nieta de algún ministro del régimen de
Franco, y un largo etcétera de personas que previsiblemente harían sido tan
poco usuarios de Paradores como ella en los tiempos en que tuvieran que pagar, y a
los que, visto lo visto, Paradores les importaba tan poco como a la presidenta.
Mi alarma fue grande el día que leí en
el blog “El Foro de la Ruina Habitada” del periodista y escritor Fernando
Gallardo, entre otras cosas creador del concepto de Hoteles con Encanto, el artículo
“Las mil y una noche de Paradores”, en recuerdo del inolvidable cliente-amante
de Paradores Carlos Matz. No llegué a comprender del todo por qué lo finalizaba
de esta manera, pero me temía lo peor:
“En
múltiples ocasiones, desde este y otros foros, hemos clamado contra el
descuartizamiento de la red y la supervivencia de un modelo hotelero que hoy es
admirado en el mundo entero. Porque con empleados arremangados que aseguran la
cena a sus huéspedes y con clientes que celebran sus mil y una noches bajo las
almenas hay futuro en esta casa de todos… Basta con que los profesionales de la
política abran paso a los profesionales del turismo.
Quitad,
por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.”
(Siento una gran paz espiritual, un
tremendo “alivio” cada vez que pienso que debido a su fallecimiento, Carlos
Matz ya nunca tendrá que enfrentarse con el triste espectáculo, el indignante
horror, de lo que esta señora y los suyos han hecho con el Parador de Zafra, al
que Gallardo se refería en su artículo, en tan solo dos años y medio desde que
lo escribió).
El partido que sustenta a la señora
Alarcó resulta a todas vistas muy exigente en lo suyo, y enseguida empezó esta
a aplicar el manual. Lo primero tratar de ensuciar desde el rencor y la
venganza a los dirigentes anteriores, y por supuesto, prometer de la misma
forma que su jefe de filas Rajoy prometía salvar España mientras la destrozaba,
salvar ella PARADORES, que después destrozaría. Para ello no dudó en hablar de
tarjetas de crédito (tiene gracia la cosa, ella hablando de tarjetas pagadas),
de coches, de veleros, y hasta de globos aerostáticos supuestamente de otros. También
las habituales “cazas de brujas” contra los diferenrespensantes, o los que suponen que fueron queridos por "el enemigo", en las que tantos errores se cometen, por eso,
por rencor, y por no parase a pensar que en no pocas ocasiones "enterrándo" a esos profesionales seplultan sus propias posibilidades de éxto. Es la política del o te considero a favor o te considero en contra ¡no hay netrulidades que puedan valer, no importa la profesión! Desde ese momento, por ejemplo, las propuestas gastronómicas de
Paradores, entre otras cosas, empezó a empeorar de forma vertiginosa hasta nuestroa días.
Y no seré yo ni mucho menos, quien
defienda la gestión anterior de Paradores, ni la anterior a la anterior, la de
su compañera de filas la señora Mariño, pero cada cosa en su lugar, la primera
convirtiéndose en “constructora” y dejando herencias terribles, y el segundo
gestionando como si la crisis no fuera a llegar nunca, de puertas para adentro
y alfombras para abajo habrán originado problemas muy graves no lo pongo en
duda, pero de puertas para afuera, la marca Paradores no fue vilipendiada, los
trabajadores no fueron fustigados, y a los clientes, lejos de intentar
echarnos, nos trataron bien y nos llenaros de propuestas ilusionantes. El
problema fue el mismo de siempre: la politización hastiosa de la Red. Pero la
imagen ¡ni color!
En principio pensé que esta señora de
“familia bien” no entendía el concepto de Paradores, de casi 90 años pasándose
de padres a hijos, de hijas a nietas la sabiduría y el arte de acoger en la
excelencia, y representar lo mejor de la cocina del país, así como difundir la
cultura de sus lugares al mundo; que todos estos valores le resultaban
demasiado “casposos”, demasiado inaprensibles. Se me aparecía en sueños en sus
tiempos jóvenes sentada en las terrazas de los bulevares de la Calle Juan
Bravo, en aquello que en mi pandilla (porque esta señora y yo debemos ser
coetáneos) conocíamos como “tontilandia”, con sus Castellanos relucientes,
rodeada de chicos engominados y con el Lacoste bien apretado. Pero enseguida me
di cuenta de que no podía ser ese el problema, que precisamente de formar
equipos familiares muy unidos para hacer dinero ella sabía desde hacía mucho, e
incluso de guardarlo (digámoslo así de momento, y esperemos que no tengamos que
decirlo de otras formas).
Así que, tristemente enseguida supuse
que lo que quería hacer era lo que la derechona siempre ha hecho en España:
arrebatar a los trabajadores y las trabajadoras lo que, a duras penas, habían
ido consiguiendo, para quizá dárselo barato a algunos de aquellos amigos con
los que yo ensoñaba que compartía sus cócteles en el Barrio de Salamanca.
Seguidamente arrasó con la “P” ¡nada mejor
para dividir trabajadores y perder clientes que desidentificarlos de sus
emblemas queridos y respetados! Y como ni la inteligencia ni el talento propios
son algo que pueda comprarse con el dinero,
no se le ocurrió otra cosa que como nuevo símbolo de la Casa poner el mítico
tejado de la misma boca abajo, al revés ¡Dónde se ha visto que una casa con el
tejado hundido pueda salir adelante! O quizá fuera una advertencia, vaya usted
a saber, de lo que iba a hacer después.
Suspendió “por decreto” las
celebraciones navideñas en los Restaurantes Comedores de Paradores, devolvió
reservas a clientes de toda la vida, y anuló las de los que podrían haberlo
sido en el futuro. Todo ello con el desde mi punto de vista farisaico argumento
de que no tenía la seguridad de poder contar con el número suficiente de trabajadores
como merecíamos los clientes de Paradores, debido a las huelgas con las que
anunciaban defenderse ante lo que se les venía encima.
Y para eso, para que pudiéramos contar
con el número suficiente de trabajadores, nos amenazó a toda España con el
cierre de siete Paradores, y presentó por primera vez en la Historia de la Red
pública un ERE y un ERTE, con el que amenazaba con echar a la calle a más de
600 trabajadores y trabajadoras, dejar a otros cientos de ellos como fijos
discontinuos, y echar el cierre temporal a una gran parte de los
establecimientos de la Red en toda España. Y cerró el Parador de Puerto
Lumbreras.
Para que contásemos con la atención que
imagino ella pensaba que nos merecíamos los clientes, arrasó un buen número de
Cocinas, y echó el cierre a no pocos Comedores. Nada mejor para destruir una
casa, para dejarla vacía, que cerrar la cocina y el comedor, y nada mejor para
acabar con un Parador como hacer lo mismo. Entonces ya más que un Parador queda
convertido en una Pensión bonita.
Para los clientes que nos empeñamos en
seguir yendo a Paradores a pesar de ella, y viajar por Galicia por ejemplo, “adoptó”
la propuesta “Enxebre” de éxito en el Hostal de los Reyes Católicos, Parador de
Santiago de Compostela desde hacía muchos años, ahí como alternativa o
complemento a su excelente y reconocido Comedor Restaurante. Pero en estos
otros “paradores pobres” (empobrecidos por ella y su gestión) los convirtió en
pulpo a toda hora, y en poner a calentar empanada a profesionales brillantes de la
mejor cocina española, dando un golpe mortal en la línea de flotación de la
Historia de Paradores: su gastronomía. Y propiciando que los clientes que seguíamos
empeñados en ocupar las Casas más de dos días a pesar de sus “escobazos”, tuviésemos
que pactar "clandestinamente" que nos hicieran algún lenguado, paella etc. a
pesar de lo ordenado “desde Madrid”, pues el pulpo nos gusta, pero como todo,
en su justa medida. No digo ya nada de los pobres extranjeros que, de una parte
decía querer volver a acercar a Paradores, y de otra los trataba a “pulpazos”
dia y noche.
Y encima, con amenaza a las plantillas
de los “paradores pobres” en el sentido de que si aún con el “enxebre” no tiraban
para adelante, ¡cierre del Parador al canto!
Mientras, en lugar de tratar por
ejemplo de que lugares tan bellos (y tan vendibles) como el Restaurante “Mar y vent” del Parador de Aigüablava fuese explotado por y en beneficio de
Paradores, y atendido por personal de la Casa, lo ofreció gentil y
externalizada/privatizadamente al, desde mi punto de vista, vulgar coctelero De
las Muelas, que monta en el buen tiempo una especie de “chillout” con unas
telas blancas tipo “ad lib” al viento, y eso sí, utilizando también personal de
Paradores, y cuando el tiempo ya no acompaña, hace lo mismo pero con la nieve y
la chimenea en el Parador de Arties. Supongo que las horas de la Calle de Juan
Bravo hacen mella en el carácter y en los amigos, y ya es sabido que en verano
la Costa Brava y en invierno Baqueira son totales. O como dice otra egregia de
los de la gaviota "el fred de l'hiver, y el caloret…”
Como la derechona en este país,
desgraciadamente, no ha venido contando con grandes dificultades para conseguir
sus propósitos, pues la ciudadanía, justo es decirlo, les ha venido votando
mayoritariamente a pesar de todo, no deben haber aprendido que antes de
empobrecer la más importante red hostelera del mundo de Castillos, Conventos,
Palacios, etc. y echar a la gente, clientes
trabajadores, a cientos a la calle para poder venderlos, resulta
conveniente averiguar antes si se puede, y en el caso de que se pueda, si hay
compradores dispuestos. Como esto tampoco lo hizo bien (afortunadamente) la
presidenta, luego empezaron toda una serie de proyectos fallidos en forma de
supuestas franquicias, o intentar llevar hasta el desierto lo que no consigue
mantener con dignidad aquí.
Y ahora que ya se acercaba la hora
final y hay que dejar obligadamente Memoria hecha y cifras para la posteridad,
segmenta de nuevo lo que ya lo estaba, arrasa con el mítico menú de Paradores
(de esto hablaremos otro día), y eso sí, dentro de esa campaña constante de
vulgarizar Paradores, y destrozar la diferencia, añade “alia patatalia” a casi
cualquier propuesta gastronómica para convertirlo todo en otra cosa “moderna”, “guay”,
“in”, que sea como todo, pero sobre todo que no sea Paradores: Esencia,
Marmitia, Tamizia ¡qué horror y qué error!
Cualquier cosa que ha tocado esta “rey
midas de paradores” pero al revés, ha quedado empeorada, la revista, las
tarjetas de Amigos, la imagen corporativa, un “directorio fantasma” editado que
apareció y desapareció con el que pretendía sustituir el espléndidamente, y con
mucho gusto editado anteriormente, y en el que entre otros errores garrafales y
su afeamiento, habían cambiado la posición de los signos de las prestaciones
que tenían los Paradores que quedaban en las hojas de la izquierda del libro, y
quedaban enterrados en la encuadernación sin que pudieran verse… ¡En fin!
Con todo esto, y lo que me queda por
decir y no hago por no extenderme mucho más, yo opino totalmente lo contrario
que este, desde mi criterio, mediocre ministro de Turismo señor Soria, que
¡faltaba más, cómo iba precisamente él a opinar otra cosa! Él o la señora
Borrego, su secretaria de Estado de Turismo, por cierto también con pariente
ilustre, el diputado del PP Martínez Pujalte. Vamos a ver si no nos enteramos
de más cosas turísticas y asesoras que no nos gusten.
Pero lo que me resulta aún más inasumible
es que esos supuestos setecientos y pico mil Amigos de Paradores (¡Que vaya
usted a saber con la forma de hacer números y manejar las cifras y la veracidad
del gobierno de esta señora y los suyos, cuantos seremos en realidad¡) de los
que muchos me consta que piensan en el mismo sentido que yo, no lo digan, e
incluso nos nos demos una vueltecita por la sede de Paradores en José Abascal
para recordarle a esta señora tan acomodada que no, que es absolutamente incierto
que su gestión haya sido eficaz; que no ha conseguido reflotar Paradores ni con
el empobrecimiento horrible que ha hecho de la atención a la clientela, ni con
el sudor, las lágrimas y el esfuerzo del día a día de trabajadores y
trabajadoras que han perdido gran parte de sus derechos adquiridos, de sus
sueldos, de su alegría, de su salud, y en no pocos casos que han perdido sus
trabajos.
Eso es algo que podíamos recordarle al
ministro Soria, a ella y a los suyos, los clientes de Paradores, que estamos
viviendo la etapa de peor atención de toda la historia de la Red, incluso a
pesar del notorio esfuerzo de muchos de sus directivos y directivas en los
establecimientos para intentar paliar a duras penas lo que les imponen “desde
Madrid”.
Deberíamos decirles al señor Soria y a
la señora “Gela”, que su gestión no ha sido, ni es, ni será eficaz por mucho
que la lleguen a maquillar y que logren acallar a los Consejos, pues ni AÚN CON
LAS CONSTANTES APORTACIONES DE CAPITAL POR PARTE DEL GOBIERNO DEL PP, CREO
RECORDAR QUE HASTA EN CUATRO O CINCO OCASIONES, capital que sale de los impuestos
del pueblo (o sea los trabajadores y trabajadoras de Paradores los pagan dos
veces), ha conseguido esta, desde mi punto de vista, pésima profesional
reflotar Paradores para nada.
Deberíamos decirles alto y claro que
esta señora HA SIDO, Y ESTÁ SIENDO LA PEOR PRESIDENTA DE LA HISTORIA DE
PARADORES (hombres y dos mujeres incluidas en ellos) para los de dentro y para
los de fuera.
Y yo particularmente, a la vista de lo
que he observado muy bien durante mucho tiempo, humanamente el calificativo de “mala”
lo llevaría, con todo respeto, algo más lejos. Pues creo que no puede, o no se
debe una consentir, vivir tan a la “liguí”, tan “guay”, tan rica, tan de cóctel
de De las Muelas, mientras tu personal está pasando cada día más calamidades
para poder hacer que sus hijos, por ejemplo, puedan estudiar, mientras los
tuyos probablemente tengan la fortuna asegurada durante tropecientas
generaciones.
Y deberíamos decirle los Amigos y los clientes que simplemente, y nada menos, que por haber convivido quince años y haber tenido tres hijos con quien ella conocía mucho mejor que nosotros hasta ahora, no debería haber aceptado sentarse en la poltrona de una empresa pública como PARADORES por más que su ex se lo pidiese al presidente del Gobierno, porque ya es sabido que “la mujer del Cesar no solo debe ser honesta, sino parecerlo”.
Pero desde luego, visto lo visto, y
sabido lo poco que todavía sabemos ¡pero ya tanto! si le queda un gramo de
ética, por esto de lo de la mujer del Cesar, deberíamos pedirle a Doña Ángeles
que despegue con inmediatez las posaderas de la poltrona de PARADORES, pues
considero que ya ha hecho suficiente daño a la marca, a sus trabajadores y a la
marca España por tanto, como para que se aferre a la silla hasta las próximas
elecciones, y nos siga queriendo intentar engañar, y vender “la franquicia de
la mentira”.
Fuente: ABC Gente&Estilo |
Y ya sabemos con claridad lo que piden
desde el PSOE e IU en cuanto al cese o a la dimisión, como quieran, de la
presidenta de PARADORES por lo que es claro, notorio e indignante. Pero no
sabemos aún lo que piensan, ni quieren CIUDADANOS ni PODEMOS, y sería muy
importante, sino fundamental, saberlo, pues cuestiones como estas, y decisiones
tras las elecciones con PARADORES como aquella que recordaba Fernando Gallardo
en su artículo de “Basta con que los
profesionales de la política abran paso a los profesionales del turismo”, y “Quitad,
por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.” pueden
decidir el voto de muchas personas, por ejemplo el mío sin duda. Así que habrá
que preguntarles pronto.
Para finalizar deseo reconocer que
entre mis defectos, entre mis faltas, no está ser rencoroso, incluso en
distintas ocasiones en mi vida en que habría necesitado haberlo sido no lo he
conseguido. Pero en este caso si alguna vez noto que voy a perdonar a esta mala
presidenta, a la peor de toda la historia de Paradores, no tendré más que
volver a traer a la mente a aquella camarera que una nochebuena fatal luchaba
porque sus lágrimas no cayeran sobre mi plato ahogada en la injusticia, cuando
me contaba que el argumento que habían utilizado para meterla en el ERE, era el
absentismo que le había provocado la operación de sus cánceres en ambos pechos.
Unos cánceres al parecer más agresivos que el de la mentora de la señora
Alarcó, Doña Esperanza Aguirre, que sí le ha permitido volver a buscar poltrona.
Y si aún así no lo consiguiera,
volveré por unos segundos a ser aquel niño que hace bastantes años, en la eterna
época franquista, le llevaron a unas colonias veraniegas en Ávila para niños
delgaduchos y con mal color, y que un día, volviendo con sus maestros de bañarse
en el Río Adaja, pasó por la puerta de una Casa preciosa, y en ella había una
armadura, que le asustó y atrajo al mismo tiempo. Que se quedó embobado
mirándola, y se salió de la fila. Que al rato un pescozón le hizo volver a las
murallas que estaban enfrente. Que le contó su maestro qué Palacio era ese, y
quienes lo habían habitado.
Y que desde entonces se le quedó una
idea grabada a piedra histórica en la cabeza, y la consiguió, aunque para ello
tuviera que salirse de la fila para siempre, y llevarse muchos pescozones más.
Que desde aquella “Primera vez” se
hizo amigo íntimo de la armadura de la entrada, se hace llamar "Raimundo
de Borgoña", y tiene una Urbanización con 94 Casas hasta ahora, de la que
vive enamorado; se llama "PARADORES", y por ella, y sus habitantes, ha
pedido a su cónyuge que le transcriba esto, pues en el camino entre otras cosas
importantes se ha dejado gran parte de la vista.
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