LA GRAN FAMILIA

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sábado, 12 de octubre de 2019

“PARADORES, 91 AÑOS DE UN ESFUERZO DE CARNE Y HUESO A TODA COSTA… Y COSTE”


«…aún recuerda vívidamente el olor de los fogones, las historias que le regalaban los viajeros y, sobre todo, el afecto de unos compañeros que, con el tiempo, fueron parte de su familia. Tenía 16 años. "Al poco tiempo de entrar a vivir allí, murió mi madre y el administrador del parador se acercó a mí y me dijo: '…, ahora que su madre ha fallecido, yo seré su tutor'. Esta empresa es parte de mi vida", relata… sonriente. Allí terminó de crecer y aprendió que lo que define la calidad de un buen hotel es el servicio. Una mezcla entre profesionalidad intachable y calor humano.”

(Julio Núñez para “El País” (“El Viajero”), 9 de octubre de 2019).

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Las palabras que confía al autor del reportaje pertenecen a una trabajadora de Paradores con cuarenta años de dedicación a la empresa, que junto a otra trabajadora y dos trabajadores más, se reunieron hace unas fechas en el Parador “Raimundo de Borgoña”, de Ávila (Parador que me ancló a la Red pública como cliente hace cincuenta años) para compartir recuerdos y experiencias que serían recogidas en el artículo “Paradores de carne y hueso.Los trabajadores que sostienen la primera red hotelera de España” (Julio Núñez para “El País” (“El Viajero”), 9 de octubre de 2019).
En esta misma fecha se cumplían 91 años de la inauguración de la Red con el Parador de Gredos, de la misma forma que el año pasado se cumplieron 90, al que viene se cumplirán 92, etc., hasta que los que podamos tener la suerte de vivir dentro de nueve años lleguemos o lleguen a ser testigos de lo que ya sí será un excepcional motivo de celebración: PARADORES cumplirá un siglo de vida. Entonces las palabras de la trabajadora tendrán el mismo valor que han tenido ahora y que ya tenían cuarenta años antes. Lo que ha ido variando es el apoyo y el respeto hacia el valor fundamental de la Red desde 1928, que fueron, son y serán los trabajadores y trabajadoras que, con una militancia sin par en la hostelería en la Amabilidad y en la forma de ejercer la profesión, han ido atrayendo y fidelizando a quienes junto a ellos sostenemos la primera Red hotelera de España sin parangón en el mundo. Y así, dentro de unos edificios también sin parangón, haber forjado la Leyenda. Y con esta ya tenemos dos de las palabras del Escudo que nos recibe en sus puertas. La tercera, que es la primera en el mismo, Calidad, ya no depende ni de los trabajadores ni de los clientes, sino de los distintos gestores al más alto nivel que han ido y van pasando por la Red pública hotelera y sus distintos modos y maneras de realizar su función.
La Leyenda está forjada (otra cosa es cómo sea tratada), y la Amabilidad es el esfuerzo a toda costa y coste de una plantilla de más de 4000 almas que conocemos como “la gran familia de Paradores”, que nos gusta llamar como ellos mismos bautizaron alrededor de unas olvidadas mesas en “los comedores de familia” y también mientras trabajaban codo con codo, poniendo al servicio de esa gran familia de Paradores y sus clientes sus principios y valores, así como el tiempo y el esfuerzo de sus propias familias que, en no pocas ocasiones, habían forjado y transmitido trabajando juntos o repartidos por los Paradores de España.
Y eso es hoy en día, junto a las edificaciones y lugares privilegiados, lo que permite usar continuamente a los departamentos de “marketing” o comunicación la palabra “singularidad”, la diferencia con cualquier otra red hostelera del mundo. Es en definitiva lo que refería la trabajadora del principio al relatar sus cuarenta años de trayectoria.
Hoy en día, si no me confundo, son 97 los establecimientos que integran la Red (uno es una franquicia en Portugal desde hace poco más de dos años a la que, naturalmente y por ello, sin demérito de lo que en ella suceda, no podemos tratar de la misma forma), por tanto para representar a Paradores no se debería, no se podría hacer con uno solo de ellos, sino con una pluralidad como plural es la Red repartida por toda la geografía española.
Este, precioso desde mi punto de vista, vídeo que pongo a continuación, y que os recomiendo encarecidamente que veáis, podría servir, sirve, para cualquier aniversario de PARADORES, ya que trata precisamente de lo que ya se trataba en 1928, y de lo  mismo que se debería poder tratar dentro de nueve años cuando la Red pública cumpla un siglo de vida. Y lo hace sencillamente, con la pluralidad del elemento humano real, con nombres e imágenes reales sin artificios, que han dado vida a la Red, solamente “adornado” por alguna intervención de otra familia, “la familia Alcántara”, ya que el vídeo sirvió para un capítulo de la serie “Cuéntame cómo pasó” cuando a PARADORES en el país, en la ficción, le correspondía celebrar su aniversario; es decir, servía para entonces, lo mismo que sirvió para hace aproximadamente dos años que se emitió, y como sirve sin duda este mismo año 2019.

PARADORES como Red pública nació hace 91 años de la política y politizada y dirigido a una élite durante mucho tiempo. Y también a unos objetivos en el turismo y la economía del país que fueron conseguidos. Como es lógico Paradores está llena de luces y de sombras, no podría ser de otra forma y, si lo pudiera, no lo es.
Con el paso del tiempo las puertas de Paradores se han ido abriendo al pueblo, a un público más plural con un poder adquisitivo razonable, y poco a poco se ha ido dejando de ver que estuvieran poblados en su mayoría por personas de otros países a los que el cambio de su moneda les permitía lo que a la mayoría de españoles no; ahora convivimos en sus edificios unos y otros.
Sin embargo, y esto es una opinión, una apreciación personal que nace de mi propia trayectoria laboral en otros ámbitos del país durante 48 años ininterrumpidos, de mis más de 500 pernoctaciones en Paradores desde agosto de 2009, y otra cantidad de ellas considerable que había realizado antes de septiembre de 1987, el trato, el respeto, a las condiciones de trabajo de su mayor y mejor activo, el de carne y hueso, el que lo sustenta junto a los clientes, se ha ido deteriorando de una forma creciente y determinante de forma generalizada. Y muy particularmente en esta última década, en la que, por ejemplo, han sufrido un ERE, un ERTE, una pérdida de derechos que habían ido forjándose desde la época que relata el artículo del "El Paía", y toda una serie de adversidades entre las que se encuentra el haber estado nueve años sin la firma de un convenio de personal, hasta hace algo más de un año cuando se produjo una moción de censura al Gobierno de entonces, un cambio político, y por tanto en la Presidencia de la Red hostelera.
Es decir, a mi modo de ver, en mi opinión, la gestión de los recursos humanos (los de carne y hueso que sustentan la Red de Paradores junto a nosotros los clientes), no podrían ser incluidos desde hace muchos años en las tres palabras “mágicas”: calidad, amabilidad, leyenda. Además, a mí personalmente, como cliente, me gustaría mucho que junto a la placa de sus nombres, los trabajadores llevaran la cantidad de su sueldo al mes; estoy completamente seguro de que más de uno, o de una. nos quedaríamos de piedra como los castillos que habitamos, y hasta en algunos casos tendríamos más consideración con ellos.
Y todo esto en la generalización, pues Paradores sigue siendo en lo fundamental, no entro en lo democrático, una organización “ministerializada”, politizada como nació, centralista y verticalizada, que emana unas instrucciones y criterios en todos sus órdenes hacia todos sus establecimientos, en los que un gestor máximo, un director o directora, debe hacerlos cumplir. Y claro es que a la hora de transmitir y hacer cumplir, los seres humanos aplicamos e incluimos nuestras propias y subjetivas formas y maneras.
Mi experiencia de cliente me aportaría al respecto, no deja de ser una percepción personal, que en muchos casos es un valor para la Red su tipo de gestión en el establecimiento, y, afortunadamente, en una minoría, el valor para la Red sería el necesario para invitarles hacia otros tipos de trabajo o cadenas. Mantener al elemento humano de sostén en el miedo o el descontento ni es bueno para la empresa, ni lo es para los clientes, ni desde luego es de recibo para los trabajadores. Ni favorece la calidad y la amabilidad, y desde luego empaña la leyenda.
Por todo ello, en este primer aniversario que cumple la nueva presidencia al frente de Paradores, este 91 aniversario, y en el conocimiento en principio de una voluntad de sostenibilidad en Paradores, y también más humanista y contemporizadora, más progresista como no debería ser de otra manera hacia el elemento humano, el de carne y hueso que sostiene los Paradores, me gustaría pedirle como cliente, como ciudadano al presidente actual, que se diera mucha prisa en intentar restaurar en lo posible el mal hecho, pues no admite dilaciones. La reimplantación de una escuela como la de La Bañeza u otras; ¿Cómo puede estar PARADORES sin un lugar destinado a la transmisión intensiva de sus principios y valores por parte de personas que todavía están en la Red, y antes de que se vayan? Unos cuantos jóvenes en muy poquitos Paradores ni es lo mismo, ni sirve para lo mismo.
Y dirigido a todos, a la ciudadanía, al mundo, ¿sería muy difícil o muy costoso mantener un centro de interpretación de PARADORES, como lo hace, por ejemplo, Metro, que acaba de cumplir su siglo? Pienso que es también una forma de hacer cantera, de hacer clientes, de perpetuar las tres palabras del Escudo.
Y de hacer verdad lo que en el mismo artículo donde realizaba la trabajadora al principio sus emocionantes declaraciones, que se cumplan las que hacía otro de los seis trabajadores que se reunieron en “mi Parador”, un “aspirante a aprendiz”, con casi medio siglo de servicios a PARADORES, que representaba en la reunión a los directores y directoras de los establecimientos, del que se podría decir que su vida es un “master” en Paradores:  "Somos por lo que fueron, serán por lo que somos".
¡Que así sea es mi deseo!
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