LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

domingo, 6 de diciembre de 2020

PARADORES... OLA DE SUELDOS DE MISERIA (Pesadilla antes de Navidad) Segunda parte.

 " conozco casos de compañeros con 21 años en la empresa que , a jornada completa, han cobrado menos de 750€. Los que tenemos las pagas prorrateadas hemos cobrado algo más....pero que alguien me diga si una nómina de 750€ a 40 horas semanales (trabajando festivos , fines de semana , tardes , noches ...) es un sueldo digno ?"

"Respondo por privado para no tener problemas con la empresa. Yo soy un nivel 3 y este mes me han pagado 783,11€, no quiero saber la ridiculez que habrán cobrado los que son nivel 5".

"Buenas tardes, pues  yo soy empleada del parador (...) y cobré 625 euros y soy fregadora 8 horas ahi contesto, y mas en estas fechas y con hijos y sola pagando hipoteca agua y luz y lo que venga, y 17 años en la empresa y nunca cobramos esto".

"Ayudanta de Recepción con casi 30 años, en parador puntero, a tope, y he conrado 812 euros..."

"700€!!!!! Separada con dos menores y custodia compartida (no vivo más que mi sueldo) y 20 años de antigüedad en Paradores..."

"... yo de nivel 1 no he cobrado ni el sueldo base es decir 1000€ y con eso a tirar. Una pena..." 

(Estos son tan solo algunos de los comentarios de trabajadoras y trabajadores de Paradores, a los que he suprimido el nombre por haberlo pedido expresamente ante el temor de represalías de la empresa. Debo aclarar también que estas acciones en las nóminas no han sido practicadas al personal fuera de Convenio; es decir a la cúpula diractiva, asesores, etc. y directores y directoras de Paradores que, además de cobrar sus sueldos dce forma normal, pueden haber percibido la "prima por objetivos"; si bien esto está pendiente confirmación; pues , sinceramente, sería lacerante leído lo leído). 

-0-0-0-0-0-0-

(Vamos pues con la 2º Parte de "PARADORES...NO HAGAN OLAS, POR FAVOR (Pesadilla antes de Navidad)

 

...Pero no pocos políticos y políticas suelen ser casi tan contumaces como una pandemia. Y de repente se rodean de banderas, se respaldan hasta de 22 quienes antes no se hablaban ni por teléfono, para hacernos ver que ahora sí, e inventan nuevas fórmulas de extraños y confusos “toques de queda”, según con quien quedas y donde, de “cierres perimetrales” que según qué días no te permiten cruzar a la acera de enfrente de tu casa, pero sí a coger el Metro para ir a trabajar, o para cruzar a la acera de enfrente de tu casa pero por debajo saliendo por la otra boca de Metro, fomentar el uso, y por consiguiente los contagios, de la hostelería local y… aquí de nuevo volvemos a PARADORES, a alojarnos en los que estén dentro de nuestra provincia.

Un caso muy sintomático (en este caso podríamos llamar antes de las consecuencias asintomático) se ha dado en mi Comunidad; esta que está bastante desgobernada por la que fuera antes “comunity manager” de Doña Esperanza Aguirre –volvemos al neoliberalismo-.


Haciendo honor a su ex profesión “diseña” unos confinamientos “light” que permiten perfectamente ese extraño “estado de alarma” del Gobierno hasta marzo pero revisable, y que cuando una autonomía le pide un confinamiento drástico lo deniega por falta de una legislación adecuada. Pero con la de Madrid no tiene problema, casi siempre le pide abrir. Incluso hasta el famoso Rastro, o los puestos de la Plaza Mayor por la que se perduón "Chencho" el de "La gran familia", espectaculares, e incluso rojigualdas luces navidelas evidentemente puestas para ser visitadas, el Autobús de la Navidad, el Belén del Ayuntamiento de Madrid, el Belén de la  sede de la Presidencia... en fin muchos belenes. Naturalmente como "cebo" para que la gente nos echemos a la calle.

El caso es que a unos pocos más de 20 kilómetros de mi localidad está la de Chinchón, como es sabido ciudad con Parador, y con Plaza con muchos restaurantes. Ciudad de la que ya sabíamos que estaba altamente infectada. Pero por esas incomprensiones que yo (y no sé si también D. Fernando Simón) tengo con las estadísticas, no llegaban al tope fatal como para cerrar perimetralmente la localidad como en el caso de otras madrileñas –aquí no se puede hablar de confinamientos, pues no existen-.

Y llegó el Puente de los Difuntos, y Madrid fue un revuelo de uso y abuso en la hostelería para el gozo de la ex comunity manager, y Chinchón ocupado a tope todo el Puente Parador y Restaurante incluido, y correspondiente invasión de la Plaza y bares.

Lo esperable; nada más terminar el Puente más difuntos (que digo yo que al haber un Parador, nacional, en la localidad podía haber previsto algo el Estado…).


Y ya sí, entonces la contumaz presidenta supongo que ante la indolente mirada del presidente más importante, decide ante la avalancha de contagios en el Puente de Todos los Santos cerrar perimetralmente Chinchón para el siguiente: el de la Almudena, con el supuesto fin de que solo los chinchonenses pudieran ir a restaurantes, bares, cafetería… y Parador.

Pero ah, quien hace la ley… En Madrid el Puente tenía un día más que en el resto de España, y este día era el lunes 9 Día de la Almudena. Pues bien, la normativa creada una semana antes, curiosamente no entraba en vigor hasta las 00:00 horas del mismo día 9. Es decir, viernes sábado y domingo todo aquel de Madrid y alrededores, y de fuera que pudiera y quisiera venir, pudo hacerlo, y lo hiciedron, pues volvieron al tope de ocupación hasta el domingo. La infectada localidad, que lógicamente quedó mucho más y que, supongo que a la espera del Puente de la Constitución en que ya inventarán algo nuevo probablemente, sigue cerrada perimetralmente el día que esto escribo.

Todo esto, claro, con el aumento de contagios en las localidades que estamos al lado, motivo por el que conozco perfectamente lo que expongo.Y yo vuelvo a preguntarme, y si me permiten a preguntarles ¿a ustedes les parece esto serio y digno?

Pero no contentos con "la hazaña", ha llegado el de la Constitución, y han vuelto a hacer la misma "jugada".

A todo esto cada vez son menos los trabajadores y trabajadoras en Paradores, pues los contratados para la avalancha han caído. Y además de escasos, y después de tanto cacareo de ganancia, “sugiriendo” a los fijos que se aprieten más el cinturón, que se pongan las pilas y que de primas... lejanas.

Como una vez hecho el negocio se impone la realidad a base de cifras –en este caso, de contagios y muertes- y ya no es verano, los colores son oscuros, y como no hay puente hasta primeros de diciembre, comienza la "etapa Jeremías", y donde dije digo digo diego, y la emprfesa pública de opulentas ganacias según su presidente, "sorprende" a trabajadores y trabajadoras con unas nóminas de miseria en noviembre. Eso sí, mientras siguen llenando los Paradores para las Fiestas del 24 de diciembre y la Nochebieja. Además del Puente de la Constitución... pero con menos personal aún.


Opino que quizá sería hora de que el Gobierno se solidarizase  de una forma sólida (perdón por la redundancia) con la pequeña hostelería en pandemia, dejando de hacer competencia, sin duda con más ayudas, en vez de "tirar precios" de su empresa pública. Y, por supuesto, tomando medidas eficaces como en Austria y otras localidades extranjeras no pensando en el turrón, decretando un confinamiento de verdad y generalizado, para que en vez de ir “surfeando” macabramente, haciendo olas, y no llenando huchas en definitiva, y facilitando, esas sí, oportunidades de negocio a las constructoras de “macrohospitales hangares”, etc., pudiera llegar cuanto antes el momento en que, realmente, se pudiera abrir a las claras, y se pueda estar realmente seguro en PARADORES más allá del “marketing”, y en otras hostelerías. Y que desde luego, no esperara a que pasaran las Navidades para cerrar en enero la Red, pudiendo dar ocasión a otra oleada de contagios, máxime con celebraciones, que por supuesto no son “botellones”, pero en las que también se bebe alcohol.


Pero la realidad de momento es bien distinta. Resulta que ahora, con algunos Paradores cerrados, y preguntando a los trabajadores sobre su opinión de cerrar el suyo ¡a las trabajadoras y los trabajadores! Con el Hostal de los Reyes Católicos, Parador de Santiago de Compostela cerrado (eso sí, hasta el 3 de diciembre), y con el anuncio a bombo y platillo de la reapertura ese mismo día 3 de diciembre del ahora irreconocible Hostal San Marcos, Parador de León, y animándonos a que seamos los primeros en reservar.

Y cuando, más allá de estrategias como el "macro hangar hospital semivacío e inconcluso" de  y estadísticas políticas, no se sabe hasta cuanto y cuando van a aguantar las UCIS ni los sanitarios (que, sinceramente no comprendo cómo no se plantan de verdad en vez de seguir aprovechando -los que lo hagan- las minitarifas de relleno de Paradores, que duran hasta el día 31 de diciembre), en lugar de cerrar dignamente la Red de Paradores ya, cuidando a sus trabajadores y trabajadoras, que para ello son una empresa pública. Ella puede. Pagamos todos. Y más con las espectaculares ganancias que, según el presidente de Paradores han tenido hace unos meses. Y no nos olvidemos, cuidando de verdad, más allá de las mascarillas quirúrgicas y el gel hidroalcohólico, a los clientes, los Paradores se mantienen abiertos y prácticamente vacíos, supongo que para ver qué pueden rascar aún en el Puente de la Constitución, y aguantando hasta llegar al turrón.


Y nos vuelven a “empujar” en la Red pública en la que tantos momentos buenos he pasado en mi vida gracias a su “gran familia”, y en la que tanto confié en otro tiempo.

Eso sí esta vez con una campaña muy discreta, sin nombre, con unas ardillitas desvaídas y unas casitas con iglesia y pocos “Colores”, a que reservemos nuestros “packs” en los Paradores¡¡:

“Este año la navidad va a ser distinta, pero eso no significa que tenga que ser peor. En Paradores hemos preparado para ti packs de 1 y 2 noches para que vuelvas a disfrutar estas fiestas como lo has hecho en años anteriores: de manera original, divertida y MÁS SEGURA QUE NUNCA (la mayúscula la he puesto yo). ¡Ven a disfrutarlas con nosotros! (Cuando dicen nosotros, es de suponer que se refieren a las pocas y pocos trabajadores que esta Navidad 2020 sufrirán mucho más que las anteriores no poder estar en sus casas, pues supongo que ni el presidente del Gobierno, ni la ministra del Ramo, ni el de Paradores, ni….. van a estar “disfrutando” ahí de tanta diversión).

 

-Nochebuena: “Vive una de las noches más especiales y entrañables del año en un escenario inigualable. Un castillo, un monasterio, un paraje natural irrepetible...”. (Evidentemente a los que hemos pasado Nochebuenas, y también muchas noches buenas en Paradores, y conocemos y amamos los castillos, los monasterios, etc. y sobre todo a quienes los atienden, no tendrían que convencernos, ni ponernos los “dientes largos” ahora con ello… si no fuese porque este año sí que podría, desgraciadamente, hacerse verdad la palabra “irrepetible”. Pues como dicen D. Simón y el señor Illa, “no salgan de casa más que para lo estrictamente necesario”. Quizá tendría que poner el señor Illa su silla en el Consejo de Ministros, entre la señora Maroto y la señora Montero (guardando las debidas distancias, y ponerse de acuerdo sobre dónde debemos estar los españoles estas Navidades de pandemia cuando no hay que ir a trabajar.

-Nochevieja: “Con la calidad y la SEGURIDAD QUE SOLO PARADORES te puede ofrecer. Recibe EL NUEVO AÑO MÁS ILUSIONANTE DE NUESTRAS VIDAS en un lugar especial. Empezar el año en un Parador es una experiencia inolvidable”. Tampoco lo hemos dudado nunca, hasta este año. Este año realmente puede ser inolvidable pero tristemente de verdad y por otra cosa.

Una vez expuesto con todo respeto lo que pienso y siento, tristemente siento, quería exponer no sin menos respeto mi opinión de que toda esta conducta, para mí, no es compatible con lo digna ni con lo profesional; podría decirlo de otra forma, pero no lo deseo, igual que no debo, ni deseo pasar estas Navidades en PARADORES.

Opino que todo este sin sentido, que no sea el económico, para mí podría resultar obsceno en cuanto a que ofende a los sentidos. Lo encuentro de una ética dudosa. No me resulta noble. Esto, para mí, no tiene nada que ver con lo que yo llamo PARADORES desde hace más de sesenta años. Y lo que más siento es que si sobrevivo a esta pandemia, lo que me va a resultar inolvidable es esto, y el sufrimiento de todos esos miembros de una “gran familia” que fue, y que supo hacer feliz a medio mundo, y difundir por él la marca España casi como si fuera un “virus bueno”.

Yo me siento personalmente agraviado y engañado cuando tengo que escuchar y leer vez tras vez “PARADORES MÁS SEGUROS QUE NUNCA” (*). Eso, sencilla y deplorablemente, no es verdad, es incierto. Hoy en el mundo, más seguro que nunca no hay nada. Pero menos lo son aún quienes intenten convencernos con “postverdades”, quienes no lo asuman, quienes utilicen el “marketing” frente a la dura y cruda realidad. Esos, desde mi punto de vista, son los menos seguros. No en vano, una gran parte del mundo estaba y está deseando el cambio del presidente de los EE.UU.

Qué vaya a Paradores quien lo desee, asumiendo libremente las posibles consecuencias, que muy a la vista están tras el verano, pero no insistan por favor. Y si no, hagan una comprobación rápida (como un test de antígenos), si es sincera claro, si no, no les molesten: “pregunten a sus trabajadoras y trabajadores si Paradores son “más seguros que nunca”. Y claro, sin castigo si responden la verdad.

Y mientras todo esto pasa, nos informan en la prensa entre otras cosas de que han licitado y adjudicado por 203.500,00 € la “Creatividad y producción creativa para campañas de comunicación de Paradores”. Pero ¿no tienen personal en los Servicios Centrales para asesorarles sobre esto? ¿Pero en qué quedamos, no tienen ustedes dinero para tratar un poco mejor a sus trabajadores y contratar algunos para tratar mejor a los clientes, y sí para esto para lo que otros muchos y yo ya suponíamos que tenían empleados, y que está lejos de la pandemia?

Pero ¿no sería mejor que contrataran trabajadores de esos pueblos que lo están pasando tan tremendamente mal?¿Que pudieran atender un poco mejor a la clientela que se atreve a ir, ofreciendo un servicio un poco mejor? ¿Qué pagaran un poquito mejor a los trabajadores para incentivarles este terrible año que están pasando en lugar de la indignidad que acaban de cometer?

 Sinceramente esperaba otra cosa de un Gobierno que se dice progresista y Obrero, ayudado por otros que se proclaman más a la izquierda. ¿Cómo es posible que el propio Estado tenga en su plantilla a personas trabajando por un sueldo precario y no les dé vergüenza? Si se auto denominan el Gobierno más progresista de la historia de este país, cómo se permiten estos sueldos de miseria que llevan a sus trabajadores a la pobreza? Será que sólo les importan los beneficios, como a los neoliberales que en teoría tienen enfrente… Y encima nos dan consignas para la solidaridad.

En fin, dejaré esto para otro momento pues también hay que cuidar la presión arterial.

Han sido muchas las palabras escritas propias y sinceras. Pero en honor a la sinceridad, y guardando el debido anonimato, creo que debo ir terminando con la sinceridad de dos muestras (elegidas entre otras muchas en la redes sociales) de quienes están, o han estado “a pie de trinchera”. Yo, al fin y al cabo, siempre que he ido a PARADORES, he sido cuidado infinitamente por todos ellos y ellas:

  “Que somos casi 4500 empleados (creo que algunos menos), y juegan con nuestras familias como si les importáramos una m….. el 95% de la plantilla somos los que levantamos y peleamos por esta empresa, y un 5% son presidencia y altos directivos, que son los que se la p… lo que pase en la red, pues ellos no son de nuestra familia de Paradores”. (Los puntos suspensivos y el entre paréntesis lo he puesto yo).

“Nos estamos equivocando todos poniendo como plazo las navidades, empezando por los políticos y esperemos, como dice (…), que no vuelva a suceder por lo que ya hemos pasado y nos sirva de experiencia. Aunque, sinceramente, es difícil gestionar esta pandemia. Mi solidaridad con la hostelería y con todos mis compañeros de Paradores”.

Para terminar: señor presidente del Gobierno, señora ministra del Ramo, señor presidente de Paradores, ustedes que tienen esos sueldazos y complementos, y se autoproclaman progresistas, señoras y señores altos mandatarios de la Red también con unos abultadísimos sueldos, ¿por qué en vez de alargar esta agonía de trabajadoras y trabajadores hasta enero, no les dejan ustedes por un año, por unas navidades en más de 90 de Historia que las pasen en sus casas con sus familias como, probablemente van a hacer ustedes que cobran muchísimo más; y que no se arriesguen de nuevo al estres, contagios, bajas, etc. del verano?

No van a tener ustedes la necesidad de hacer nada adverso por ello con ellos y ellas si no quieren, Lo que hizo la ex señora Rato, era por puro neoliberalismo, y lo hizo porque le convenía a su Gobierno y a ella. Pero a ustedes no les van a tener que inyectar cinco veces capital del Estado, seguro que bastaría con menos, y lo pagamos todos.  Desde luego nada comparable con rescate de Bankia. No les tarten así, por favor.

Y a los clientes, me permito sugerirles que, además de seguir yendo a Paradores, si es lo que les gusta, quizá deberíamos tomar cartas en el asunto. Implicarnos un poco más. A nosotros no nos atiende el presidente del Gobierno, ni el de Paradores, ni sus acólitos, nos atienden los trabajadores y trabajadoras de la red pública, que son los que nos reciven con una mamparita, hacen la comida, nos sirven la mesa, nos limpian el wc y tocan nuestras sábanas y toallas, por ejemplo. Y que deben ser para nosotros tan patrimonio histórico, respetable y defendible como los edidicios.

Muchas gracias si lo hacen. me ofrezco para ayudarles en lo que pueda y necesiten.

(*) Los expertos y epidemiólogos más destacados del mundo no paran de repetir que en los países donde han logrado frenar más la expansión de la pandemia -que desde luego no es España- son aquellos donde se aplican y respetan las únicas medidas que, hasta ahora han demostrado ser eficaces para ello, y son: Usar las 3 M (mascarillas. netros, manos)  y evitar las 3 C (concentraciones, lugares cerrados, cercanía). 

Ahora que cada cual sitúe a PRADORES donde considere. O mejor que se quede en su casa con unas cuantas luces. Solo así podermos volvera salir algún día de esto de una forma un poco normal.



jueves, 3 de diciembre de 2020

PARADORES... NO HAGAN OLAS, POR FAVOR (Pesadilla antes de Navidad) Primera parte...



Desde que me enamoré de la Red pública de Paradores Nacionales, y en cuanto me di cuenta de la intervención de “lo nacional” en ellos, y la forma en que se hacía y hace en ella, ha sido siempre eso lo que me ha sobrado de la Red. Pero siempre entendí que esta misma circunstancia es la que podría conseguir, si lo consiguiera, que una plantilla de más de 4.000 miembros –“una gran familia-”, más grande entonces, pudiera ejercer su profesión con la excelencia que lo hacía, y con la seguridad de que los distintos devenires no tendrían por qué mermar sus derechos ni su existencia; es decir como en el ejército, o en la función pública, por ejemplo.

 Siempre he entendido, cuantas veces lo he escuchado, que la empresa pública hostelera PARADORES suponía una “competencia desleal” para la hostelería que no podía disfrutar de, por ejemplo, cinco inyecciones de capital público (como la anterior presidenta de la red pública, ex mujer de D. Rodrigo Rato), cuando las cosas no van según desean, o cuando la gestión es nefasta, e incluso cuando suceden ambas circunstancias, que es lo más normal. Pero siempre he comprendido también, y por tanto justificado, que ninguna otra empresa privada o privatizada hubiera podido servir para salvaguardar una gran parte del patrimonio histórico monumental español, y haberlo puesto a disposición del disfrute, no gratis naturalmente, de la ciudadanía, y de un caladero de puestos de trabajo tan profesionalizados como dignos que en los establecimientos han creado la marca, y fomentando el turismo no solo de España sino de todo el mundo.


Lo que no he querido entender nunca –aunque lo entiendo ¡vaya si lo entiendo!- es por qué,  en qué formas y maniobras esta empresa pública se ha ido convirtiendo en un si es no es, cuyos gestores saben estar de maravilla a las maduras peor no a las duras, y que, reitero en mi opinión, cada día más politizada (como nació), independientemente de la supuesta ideología del Gobierno en el poder, su gestión me resulta exactamente igual de neoliberal.

No se me escapa que la Red es uno de los instrumentos de política turística del Gobierno, y que por mucha responsabilidad que en ella pueda tener el presidente de la PARADORES –ya nos advirtió que él llegaba para hacer gestión estructural política, y que serían los técnicos quienes se encargarían de camas y mesas-, aquí quien corta el bacalao es el presidente del Gobierno de España (deseo aclarar en este punto, por evitar suspicacias que el Gobierno que gobierna es el que he votado, y que jamás he votado a uno de derechas), la ministra del Ramo y un largo etc. de bien pagados cargos públicos. Y que son, en definitiva, los responsables últimos de la situación de PARADORES en este y cada momento, y de lo que las acciones acertadas o equivocadas de la Red puedan haber repercutido o estar repercutiendo en la ciudadanía, y entre ella, claro, sus trabajadores y trabajadoras, y sus clientes.

Entendí que en aquella inoportuna, descabalada y nefasta en mi criterio, desescalada veraniega de las medidas que se estaban manteniendo para tratar de atajar las consecuencias económicas de la pandemia por Covid19 en España, la premura en reabrir 100 hoteles públicos en toda la geografía nacional era imposible que no colaborara a expandir con miles y miles de portadores asintomáticos, los virus, la enfermedad y sus consecuencias, no pocas veces mortal. Además de contribuir, ahora ya de una forma determinante en las mal dadas, a que la hostelería privada se hundiera mucho más. (De ello trataba mi artículo “¿PARADORES PROPAGADORES? (sobre la nobleza, el miedo, y la sonrisa congelada en tiempo de pandemia)” que se puede leer pinchando en este enlace).


Semanas después, estaba acabando agosto, y el presidente de Paradores, ya no paraba de aportar en los medios, titulares como “Paradores cierra el verano con unaocupación superior a la media de la última década” ; “Paradores es la única gran cadena hotelera española que ha reabierto todos sus establecimientos tras la desescalada llegándose a ocupar 276.527 estancias, lo que arroja un porcentaje del 77,15%.” ;“Paradores supera con nota el peor verano de lasúltimas décadas” Paradores vende este verano más habitaciones que el año pasado”. Y ya terminado oficialmente el verano el exsenador socialista Óscar López Águeda, que lleva al frente de la empresa pública desde que en 2018 sustituyera a la ex esposa de Rodrigo Rato, sacó pecho por “encontrarse al frente de una empresasaneada, que no había tenido que llevar a cabo un Expediente de Regulación deEmpleo (ERTE) y que, eso sí, había tenido que llevar a cabo un plan de contención de gasto de aproximadamente 50 millones anuales”. En los que, naturalmente, y como es norma, han tenido que ver y sufrir mucho los trabajadores y trabajadoras.

Como era fácil prever, de aquellas lluvias estos barros.

276.527 estancias declaradas este verano (lo que arroja un porcentaje del 77,15 según el presidente) dan, algunos más algunos menos, pues es sabido que “singles” viajan muy pocos por Paradores, y menos en verano y en pandemia, y sí y en muchísimos casos –máxime en vacaciones-, niños y niñas (no hay que olvidar que es gratis hasta los 12 años), con tan solo añadir un niño o niña de promedio arrojan casi 830.000 almas que pasaron por los Paradores en verano, y que lógicamente en cuanto a asintomáticos, quienes lo fueran, pasearon el virus por el territorio nacional. Y no solo lo pasearon entre ellos que estaban de paso en los establecimientos, sino que lo pasearon entre las trabajadoras y lo trabajadores que los atienden todos los días.


Yo en este punto, me hago, y si les parece, les hago algunas preguntas: ¿No le ha sucedido nada a ningún viajero, a ninguna persona, familia, este verano en PARADORES en relación con la pandemia? ¿No han habido bajas médicas temporales, o quizá, deseo con todas mis fuerzas que no, más definitivas, por contagios en sus trabajadoras y trabajadores? ¿Han sabido oído algo al respecto por los medios de comunicación o por Paradores, a diferencia del “éxito vacacional”? ¿No ha pasado nada que les hiciera reflexionar a los gestores que ahora en Navidad la empresa pública hostelera no deba ser una hucha para el Estado?

¿Que para ello, por ejemplo, ya tienen la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado, que si te toca algo no es un virus descontrolado y letal, y que si no te toca, el dinero revierte en la Hacienda pública, y hasta le puede tocar a la Hacienda el premio de lo devuelto y no vendido; es decir, en teoría, a casi todos y todas, también a los sanitarios, a las fuerzas de orden público, a las cajeras de los supermercados, a los diputados, senadores, etc.…y así hasta al propio presidente del Gobierno, de una u otra forma. Y además se puede comprar sin salir de casa y sin arriesgarse a expandir la Covid19, ni contraer el virus en plena segunda ola de la pandemia?


Pues ya en esta lógica y macabra ola, aunque todavía no en la cresta de ella, en el momento en que se encontraba el país con la pandemia de Covid19 como una flecha tras el verano de veraneadores; con el personal exiguo, exhausto y bajo mínimos en la Red pública y en la sanitaria, PARADORES nos ofrece añadiendo a las variadas ofertas y mini-precios que ya tenía hasta el 29 de diciembre, otra vuelta de tuerca: "COLORES". Esto ya me pareció llegar muy lejos, y que lo hiciera una empresa hostelera pública más, y consideré que no podía llevar, naturaleza otoñal aparte, ya por ese camino más que a un color: el negro.

Aquí, claro, las ganancias ya no han sido las mismas, se han ido imponiendo la cruda realidad de los hospitales saturados, las UCIs insuficientes, las cifras estadísticas, más “cocinadas” o no, y los muertos. España lleva 46.038 , según las estadísicas oficiales, y a la fecha de este artículo. (Continuará...)


sábado, 31 de octubre de 2020

¿PARADORES PROPAGADORES? (sobre la nobleza, el miedo, y la sonrisa congelada en tiempo de pandemia)


“Meten gente nueva, con contratos a media jornada de 15 días, en departamentos donde se han jubilado el 75 por ciento de la plantilla, vamos que de la casa quedamos 2-3, con palizas diarias de trabajo, con gente que no sabe ni doblar una toalla, ni llevar una bandeja ni pelar un melón, todos con contratos de ayudantes por supuesto.”

"Qué pasa que tiene que suceder alguna desgracia para que alguien le meta mano a esto? Al final la responsabilidad directa va para los jefes (muchos acaban con depresiones o directamente con excedencias) y el resto comiendo cada día mierda con una pala en un ambiente de trabajo que os podéis imaginar.”

“Siempre hay que poner a los compañeros como escudo, pero muchos no podemos permitirnos el lujo de perder la fuente de ingresos, de recibir represalias... igual que hay límites, ya que antes de la pandemia estábamos mal pero ahora...”

“Espero equivocarme pero está pandemia va a ser la ruina para muchos compañer@s, en qué me baso? : A causa de la presión y el estrés, cuántos van a necesitar ayuda psicológica y psiquiátrica?, lo que vendrá acompañado de bajas por enfermedad, en éste punto a la empresa si dichas bajas son de larga duración, no le importara coger nuevo personal con contratos basura y hará todo lo posible por irse deshaciendo del personal que ha tenido que estar de baja, cuando estos se den nuevamente de alta, con astucia y artimañas sin importar los años que lleves en Paradores…”





Antes de proseguir con lo que deseo escribir quería aportar para quien pueda tener el interés en leerlo, que dado que hoy en día vivimos de “titulares” en la información, y por tanto bastante desinformados; nos han hecho “vagos” para leer, no para nuestro bien, claro, pero que muchas cuestiones necesitan ser argumentadas para ser más conocidas y respetadas, y eso no se hace con “titulares”. Por ello pido disculpas por la imprescindible extensión de mi artículo. Que, por otra parte, puede leerse en veces.

Y también que desde que cumplí 14 años hasta los 67 actuales me he identificado, manifestado, votado y comportado, como una persona progresista, como un hombre de izquierda, como no podría ser en mi de otra manera viniendo de donde vengo, y siendo quien soy.

Es decir que, en teoría, debería estar más contento ahora con la actual presidencia de PARADORES, que con la que durante siete años, anterior a esta, ocupó Doña Ángeles Alarcó Canosa, ex esposa de D. Rodrigo Rato. Pero pasados ya un año y dos meses de ese relevo y más en estos momentos que vivimos, la cuestión no me encaja.

Aclarado esto, quiero decir que si existiera para mí solo una palabra vinculada a la historia de la Red de Paradores de Turismo de España, sería “nobleza”. Y no me refiero a la acepción del término en lo que el diccionario define como “clase social formada por las personas que poseen títulos nobiliarios concedidos por el rey o heredados de sus antepasados.” (aunque pudiera considerarse así, pues Paradores fue creada destinada a estas clases, y ocupados durante muchos años de su historia casi en exclusiva por ellas, por millonarios, y después por extranjeros, cuyo cambio de su moneda con la nuestra les hacía posible alojarse con gran soltura donde los españoles “normales” no pisaban más que para trabajar y atenderles). Pero, afortunadamente, eso pasó, (ahora esa “nobleza” no frecuernta los Paradores, y solo los más "trabajadores" pasean por Paradores cuando les sacan a hacer campañas mediáticas y fotos dentro y fuera de los establecimientos). Es sabido que estas clases no son muy dadas a mezclarse con las clases medias que con el tiempo ha ido teniendo acceso a la Red pública.

Yo me refiero aquí a ese otro concepto de la palabra nobleza, que la señala como un valor que define a una persona o institución como generosa, digna de estimación, no grosera, y carente de malos sentimientos o de conductas enrevesadas, por ejemplo. 

Desgraciada pero inevitablemente, como empresa pública al uso en este país, PARADORES siempre ha estado muy politizada. También desde la llegada de la democracia ha continuado muy jerarquizada verticalmente,  y sus cargos más relevantes siempre han coincidido con el color y la cercanía y/o amistad del partido en el poder, y lamentablemente, con el paso del tiempo cada vez ha llegado esa politización más allá de las cúpulas directivas; a los propios establecimientos, y dentro de ellos incluso, a estamentos profesionales menos relevantes orgánicamente que sus direcciones.
  
     Irremediablemente, sin duda, y en mi criterio no sin intención, este concepto de nobleza al que me refiero se ha ido perdiendo en Paradores de una forma tremenda y considerable, solo comparable a la pérdida de calidad, que, igualmente antes los definía, hasta quedar convertida la Red que he amado y amo -ahora bastante a mi pesar- (hay amores que hacen daño de los que cuesta olvidar su historia), en una cadena hotelera tan normal y corriente como puede serlo cualquiera otra de España, si no fuera por sus dos grandes valores: la edificaciones y enclaves donde se hallan una gran parte de sus establecimientos, privilegio también de la política. 

      Y sobre todo y ante todo una residual forma de hacer, de un saber hacer (eso que ahora llaman “know-how”) de parte de sus trabajadores y trabajadoras (a esos que algunos llamamos “la gran familia” sin serlo), que aunque ya es muy pequeñita, son todavía capaces de traslucir la esencia que heredaron en otro tiempo, de sus mayores, y de un tipo de formación profesional ya inexistente en la Red. Naturalmente me refiero al “know-how”, al saber hacer, de esas trabajadoras y trabajadores, no al de empresa, que desde mi punto de vista y opinión, desapareció hace tiempo, quedándose en una melé, una confusión o embrollo de acciones y bandazos con muy diferentes resultados dependiendo de quiénes los políticos de turno hayan sentado en los sillones de la Red y sus establecimientos incluso. Y sobre todo mucho marketing, mucho cartel, mucho postureo caro. No hay problema, paga el pueblo.

En mi opinión, este difícil verano para todo el mundo no solo para los mandatarios de Paradores, yo tengo la sensación, y el dolor, de que La Red, más que sobrevolada por los políticos, hubiese estado “intervenida” . Quizá no sea baladí la incorporación por parte del presidente del Gobierno al jefe de sus redes sociales (pinchar sobre cada enlace para acceder a noticias al respecto), y otros miembros cercanos, al Consejo de Paradores, que pudieran ser de gran agradecimiento y ayuda para unos intereses que, en mi opinión, han estado muy bien definidos, aunque también desde mi punto de vista otra vez, y esta de forma muy severa, el fin no haya justificado los medios en tiempo de esta terrible pandemia.

A principios de junio, unos días antes de la calculada apertura de casi 100 establecimientos de PARADORES repartidos por toda España y sus islas, y la apertura de las fronteras al turismo internacional (que ya sabían que no llegaría dado nuestro índice de contagios de Covid19), el presidente del Gobierno anuncia que como los mayores no vamos a poder viajar en verano, y aún menos los que padezcamos patologías que nos hagan aún más vulnerables, y tampoco lo vamos a poder hacer en otoño (resulta una actitud visionaria esta, o quizá lógica y consecuente con la nefasta gestión política de la pandemia que habían realizado hasta entonces y que iban a continuar realizando en España en verano hasta convertirnos actualmente en el primer país europeo más afectado, noveno en la lista de contagios e inmediatamente detrás de Perú a la fecha que esto escribo¡¡), de la partida presupuestaria destinada al IMSERSO para el programa de viajes de mayores, iban a detraer más de 200 millones de euros para subvencionar “y agradecer” el esfuerzo que los sanitarios y los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado, que habían permanecido tan expuestos por la pandemia, pudieran viajar.

Unos días después el Presidente de Paradores, Oscar López, declara que el Gobierno va a reducir elcanon anual que le cobra a Paradores hasta 2025; que en 2020 solo pagará 1.000.000 de euros en vez de los 9.000.000 millones más el porcentaje de beneficios que venía pagando, y así sucesiva y ascendentemente hasta 2025, Un ahorro algo superior a los 20.000.000 millones de euros para la empresa estatal en los próximos cuatro años.

A mí me parece espléndido y deseable, como no puede ser de otra manera, que los sanitarios y las fuerzas de seguridad del estado tengan vacaciones en época de pandemia y siempre. Pero me hubiese parecido mejor, que lejos de demagogias interesadas, con esa “reorientación” de millones destinados a atender socialmente a los mayores del país, les hubieran agradecido de verdad su labor en la que les viene encima a estos colectivos, colaborando a apoyarles en sus puestos de trabajo, mejorando sus instalaciones, dotándoles del material necesario para trabajar con seguridad, contratando personal, convocando oposiciones… en definitiva creándoles una cierta seguridad de trabajo y vida; que seguro que las vacaciones ya se las hubieran resuelto ellos. Pues, si no, todo se queda en aplausos a las 20 horas. Y los “mayores encerrados” en verano y en invierno, hubiésemos considerado mejor empleado nuestro dinero público, el que sale de nuestros impuestos, pues les hubiese beneficiado a los profesionales y a nosotros en lo que ya se sabía que se iba a producir.

Pero, claro está, con eso no conseguían poner “el cebo” a una cantidad ingente de personas que habitualmente no se alojan en Paradores, que tenían necesidad de airearse como fuera, y que se iban a convertir en turismo nacional. Todo queda en Casa… como los mayores y las personas de alto riesgo.


Unos días más tardes el presidente de Paradores confirma la fecha de apertura de la Red al completo, e improvisan una nueva palabra: “VERANEADORES”, que no habían contemplado dentro de esa campaña tan simplista, y seguro que millonaria, de utilizar para cada mes del año un calificativo añadiéndoles el sufijo “-ores” para adjudicárselo a PARADORES y relacionarlo con ellos. “VERANEADORES” no estaba incluida, claro, en ninguna de las 12 hojas de su calendario 2020.

En este punto deseo expresar que la orientación estrictamente comercial de la cuestión no merece otra cosa distinta que la enhorabuena dado el resultado, y que intentando abstraernos de todo lo que ha sucedido en PARADORES en estos meses, y lo que quede, a base de tirar las tarifas,etc. ayudada por lo que yo considero una campaña de publicidad tan engañosa como innoble, ha conseguido el resultado planificado por el Estado con sus propios hoteles (esos que dice el presidente de Paradores que son nuestros, de los mayores también).

Desgraciadamente los hoteleros privados que se han atrevido a abrir, no han conseguido más que pérdidas. Pero ya es sabido: el que tiene la sartén por el mango y las cocinas también y a quienes tienen que dejarse el pellejo en ellas, o en estos momentos algo más, y en cualquier otro departamento de la Red, hace lo que quiere. Más allá, reitero, de que el fin no justifique los medios (pocos).

(Procedimiento de limpieza de una habitación similar a las de Paradores, en un mes de julio de año sin Coronavirus. Solo lo expongo por el tiempo de trabajo de la camarera).


Creo, estoy seguro, de que hubiese sido ese un buen momento para que el presidente de la Red y su cuerpo directivo alrededor, en el ejercicio de la nobleza, hubiese dicho algo así como vamos a abrir la Red de Paradores al completo aunque más allá de la economía, los momentos sanitarios son muy difíciles, peligrosos y confusos, y precisamente por eso, les advertimos de que el turismo seguro no existe con una pandemia y España a la cabeza de ella.

Que nosotros vamos a adoptar las medidas que podamos con una plantilla con 1000 miembros menos; que nuestra consigna es no contratar personal o contratar lo menos posible pues la mayoría de nuestros trabajadores también tienen derecho a vacaciones que, lógicamente, no nos han “regalado”. Que, como saben nuestros clientes fieles (que es distinto a “fidelizados” por una tarjeta que les han hecho probablemente la única vez que han estado y vayan a estar, pero que, claro, les viene de perlas al marketing para las estadísticas, el bulto y la posverdad) una gran parte de nuestros establecimientos están muy necesitados de reformas profundas en instalaciones fundamentales.

Que nuestra excelente plantilla, aunque es el valor que nos saca adelante siempre, está compuesta en gran parte de trabajadores y trabajadoras que reúne una media de edad alta, arriesgada, que todos, jóvenes y mayores, son muy pocos y pocas para los que necesitaríamos siempre para atenderles, pero ahora son muchos menos con lo que se debe hacer. Que les garantizamos que lo van a intentar dejándose si es preciso la salud física y psíquica en ello, si es que, desafortunadamente, no se dejan algo más.

Que vamos a comprar todo lo que haga falta (Paradores compradores. En Paradores comprar es una palabra y una actitud que parece, por lo demostrado en su historia, gustar mucho en las alturas), y que van a encontrar ustedes unas pequeñas mamparas en las recepciones, mascarillas y gel hidroalcohólico a placer. Y que trataremos de mantener la mayor pulcritud posible con el escaso personal de que contamos en relación con el que necesitaríamos.

Que las distancias y las medidas de seguridad que nos han informado a todos, deberán mantenerlas ustedes con lo poco que podremos ayudar nosotros, pues PARADORES no fue construida ni organizada pensando en una pandemia, ni tan siquiera en la de la mal llamada, (pues fue de Kansas) Gripe Española que sucedió 10 años antes de su creación, ni en la superpoblación que actualmente tiene España.

Que, por tanto, PARADORES no es un turismo más seguro ni menos que otros, si acaso, dependiendo de dónde se encuentren estarán más o menos expuestos ustedes al virus. Pero nosotros estamos deseando que vengan, y que sean obedientes con nuestras instrucciones, y les proporcionaremos la estancia más feliz posible…

Por ejemplo podría haber dicho eso o algo similar, pero cierto.

Desgraciadamente, muy por el contrario se empiezan a utilizar titulares como “Paradores más seguros que nunca”. Es decir que quienes llevan toda una vida veraneando, hibernando, "puenteando" etc. en Paradores han estado más inseguros que en la macabra pandemia en la que vivimos y no lo sabíamos ¡Pues vaya “know-how”! Menos mal que hemos sobrevivido.

 Se expanden hasta la saciedad videos publicitarios imposibles, incluso donde se comprometen (en estos tiempos en Paradores una imagen debería ser un compromiso) a que, supongo que un miembro de recepción enguantado, sale a la puerta del Parador cuando se llega, y pone una alfombrilla (supongo que pretendidamente desinfectante) para que las ruedas de nuestro equipaje no contaminen el interior. Pero, por dios, si en gran parte de los casos cuando no hay avalancha (que ha sido frecuentísima según en qué Paradores, muchas veces completos al 100% de su alojamiento) tienen que sustituir a la única persona que se halla en Recepción durante media hora para que pueda comer o cenar. Cuando todo aquello que se iba a evitar en los trámites en las recepciones se ha quedado en la mitad de la mitad, y cuando justo por la mitad de las minipantallas protectoras y sin guardar distancia alguna es por donde asoman la cabeza los numerosísimos clientes que acuden al reclamo de la “minitarifa” y el “agradecimiento sanitario”, incluso entendiendo por sanitario dentistas y ópticos, muy respetables, pero no desde luego del estrés proclive a la primera línea de aguante. En el video, claro, nos muestran una maravillosa parejita joven a dos metros de la recepción y solos…
 

Nos enseñan distancias imposibles y “tempos” de hace medio siglo, cuando la realidad es que una inmensa cantidad de personas que llegan lo hacen a las diez de la mañana o antes, porque la clientela de cualquier lugar también necesita su propio “know-how”, su propio saber hacer y estar, y eso, a menudo se adquiere por costumbre. Y no comprenden unos, otros no están dispuestos a hacerlo, si van por primera vez a hoteles “lujosos” por qué no pueden usar la piscina cuando quieran, y muchos no lo respetan, y se producen aglomeraciones. Tampoco por qué tienen que desayunar en turnos tan reducidos como media hora, y muchos, claro está, no lo respetan, y discuten, y para discutir se acercan, claro, etc. Y además no se resuelven bien estas circunstancias (sálvese quien pueda, ya que hablamos de casi 100 Paradores, y aquí es preciso no generalizar)  pues el Manual… de Paradores repite hasta la saciedad que ante todo y sobre todo el cliente tiene que irse contento ¿incluso a riesgo de contagiar a quien sea? me pregunto yo. O de hacerlo con un trabajador o trabajadora que se arriesgue a reprimirles?
Y nos enseñan en el video las habitaciones, haciéndose por dos camareras de pisos echando humo viricida por todas partes, y pegando etiquetas por doquier con una parsimonia como de ballet clásico. Eso personalmente me resulta insultante cuando hace décadas que, sin dejar de ir a Paradores, no he visto más que a una camarera de piso haciendo la habitación, y además muchas habitaciones para la misma, y en muchísimos casos bastante mayores, maltrechas, deslomadas, pues son muchos los miles de camas que llevan a sus espaldas.

Y ahora una sola igualmente –y porque no se puede poner ante la escasez, media- debería hacer lo mismo de siempre pero con todo ese supuesto protocolo anticovid añadido. No sale la ecuación. Y Ya no digamos con el improvisado tipo de cliente que, dada la situación, utiliza Paradores como un resort, que no sale prácticamente de las instalaciones, y cuando llega, antes de las diez en muchos casos, reitero, pide su habitación, y claro, generalmente no se ha ido el cliente anterior, y si se ha ido, el compañero o compañera de recepción, supongo que lo más amablemente que pueden pues ya se conocen “la tostada” les urgen a las camareras que hagan la habitación, y naturalmente la que echa humo es la destrozada trabajadora, pues es absolutamente imposible dar para más. Y luego “la ceremonia de “etiqueteo”, que naturalmente habrá costado lo suyo…las etiquetas me refiero, y que lleva su tiempo...

El video termina con las palabras del más alto mandatario de Paradores diciendo que están preparados para ofrecernos la misma calidad y excelencia que les caracteriza desde 1928. Eso desafortunadamente tampoco es cierto porque no puede serlo, y me temo que ya no lo volverá a ser nunca más.

Desgraciadamente, este apartado de las camareras de piso (sin querer decir, ni mucho menos, -imagínense las imposibles distancias de los camareros y camareras de comedor que nos promete el video, o los más de 40 grados que se pueden alcanzar frecuentemente en las cocinas… etc-, que el resto de plantilla no haya sufrido y esté sufriendo este, en mi opinión "intracaos"), es el que más me hace sufrir, el que me parece más flagrante y menos “VERANEADORES”.

También parece resultarles así a las organizaciones sindicales como UGT o CSIF que aunque ya muy tarde, muy avanzado el verano se han hecho eco de ello. Imagino que también lo habrá hecho en los medios CC.OO., otra fuerza sindical con representación en Paradores, pero esa no lo aseguro porque no deseo exponer aspectos que no haya comprobado. Me pregunto también en este punto si, aunque hubiera sido por una vez –una vez tan grave y necesitada- no se podrían haber cohesionado fuertemente todas las organizaciones sindicales con representación en Paradores, más allá de otros intereses, para conseguir inmediatamente la máxima protección de la plantilla y su descanso, en lugar de verse obligados en tantas ocasiones a alargar sus jornadas ante el exceso de trabajo y la falta de personal.

Y nos han continuado hablando de distancias seguras en la hostelería, mientras nos proponen “eventos para clientes selectos y exclusivos” con compra de entradas en El Corte Inglés, y con “aforos muy reducidos”, y luego lo que vemos son algunos comedores con una gran cantidad de personas cenando sentadas de dos en dos con las espaldas prácticamente pegadas a los comensales de la mesa  contigua. O actuaciones musicales en algún ático abarrotado de personas, simplemente porque están al aire libre. O bodas “altamente seguras” con varias mesas de 16 personas hombro con hombro, etc. Naturalmente no en todos los paradores, sino “a demanda”.


En fin, para qué continuar con esta descripción de temerarios despropósitos en mi opinión, que realmente los trabajadores y trabajadoras sufren y conocen mejor que nadie.

Mi pregunta sería ¿por qué en una plantilla de unos 3.000 trabajadores y trabajadoras estas cosas solo son conocidas por quienes realmente tienen interés en dar un paso más allá y por afecto a ellos y su historia y esfuerzo estamos más atentos? ¿por qué la mayoría de los clientes se van, unos más contentos otros menos, viendo como los trabajadores están exprimidos, (¿podríamos crear también Paradores Explotadores para un futuro calendario?) insuficientes, extenuados en casos, sin reflexionar en esto que en una situación como ésta es tan evidente?

Opino que hay aspectos en la vida que solo pueden silenciarse con sobornos o con miedo. Lo primero queda para mí totalmente descartado en una plantilla en su mayoría tan precaria, tan necesitada, tan cerca del mileurismo. Sin embargo, opino que la palabra "miedo" debería haber sustituido a otras que “se han caído” del precioso escudo de bronce, verde, con las vides diseñadas por Alberto Corazón.

Considero que desde hace muchos años lo peor de Paradores es la gestión destalentada y enrevesada, lo que yo he llamado algunas veces “gestión guillotina” de su mayor valor, de sus recursos humanos (es necesario no incluir aquí a la recién nombrada Directora de Recursos Humanos y Gestión del Talento, María del Rosario Gálvez, a quien no ha dado tiempo a aplicar sus buenas prácticas, si las posee, si tiene intención, y la dejan). Una gestión, desde mi punto de vista opresiva y amedrentadora que en no pocas ocasiones ha puesto a quien sea de patitas en la calle, independientemente de que luego los tribunales lo considerasen improcedente y les obligase a dar altas cantidades indemnizatorias -es igual, paga el pueblo-, y luego todo sigue como si nada, y la abultada fila de directoras de recursos humanos (en su mayoría han sido mujeres) siguen en su sillón como si nada, para acabar desfilando una tras otra. Estos despidos a propio intento, quizá premeditados, con castigo judicial después, en la judicatura tienen un nombre cuando se hace con dinero público, que quizá debiera empezar a utilizarse ya.

Para mí, en mi opinión, solo actitudes como estas, y la necesidad que tenemos casi todos de comer, pagar nuestros gastos más básicos, y sacar a nuestras familias adelante, es lo que puede haber hecho que una plantilla, que incluso no hace mucho era mucho más numerosa, en vez de unirse fuertemente contra lo que hayan padecido injusto para ellos y sus compañeros y compañeras, hayan optado por seguir desempeñando una amabilidad obligada, un silencio impuesto, un recuerdo de la que, en otro tiempo fue sonrisa, y hoy resulta una mueca congelada. Aunque es cierto que, a base supongo de mucho riesgo, y con valentía, cada vez pueden verse más expresiones de trabajadores y trabajadoras que explican como pueden en redes sociales el trato que reciben.

Y para finalizar la operación, llego al “éxito” del verano, y para mí a las inquietantes y desgraciadas preguntas que me hago.

Finalizado agosto (que realmente no pone fin al verano) el presidente de la Red nos informa de lo que ya esperábamos: “Paradores cierra el verano con una ocupación superior a la media de la última década…Paradores es la única gran cadena hotelera española que ha reabierto todos sus establecimientos tras la desescalada…llegándose a ocupar 276.527 estancias, lo que arroja un porcentaje del 77,15%.”... y da las gracias a los trabajadores. Aquí prefiero no escribir.

Como ya sabemos “singles” viajan muy pocos por Paradores, y más en verano y en pandemia, y lo que si lo hacen mucho son parejas, y en muchísimos casos –máxime en vacaciones- con muchos niños y niñas. Como estancias no es igual a personas, pongámosle un niño, por los que puedan haber llevado dos o tres (no olvidemos que es gratis) a las 276.527 estancias declaradas, y convirtámoslas en personas, en 829.581 aproximadamente. Naturalmente personas asintomáticas en cuanto a la Covid19, ya que de haber estado enfermas suponemos que no hubiesen ido o se habría percatado alguien (debemos tener en cuenta que en PARADORES no se ha tomado temperatura alguna a la entrada de sus clientes como, por ejemplo en el Museo del Prado u otros lugares de afluencia turística).

Dada la situación actual de España a la cabeza en Europa en contagios y noveno en la lista mundial, y teniendo en cuenta el objetivo de Paradores de hacerse con el turismo nacional, ¿cuánto pueden haber colaborado casi 100 hoteles repartidos por toda la geografía española y con tan alta ocupación a propagar el virus en personas que se han movido por todo el país?

          ¿Ningún trabajador o trabajadora se han visto afectados por esta gran cantidad de estancias? ¿No ha habido ningún incidente mayor ni confinamiento en ningún Parador? ¿El fin justifica los medios? ¿Es para estar orgullosos? Esas son preguntas que yo me hago, ya que el silencio ha sido total.

Por supuesto el verano no ha terminado´, pero la gente en su mayoría ha vuelto a casa, y lo que es peor, a los trabajos y los niños al colegio; los sanitarios, calculadamente supongo, pues empiezan a ser muy necesarios en sus puestos, han sido sustituidos por el otro objetivo: los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que también irán pero presupongo que en mucho menor número.

Ahora ofrecen “suites junior” a precios de saldo, “habitaciones únicas” a precios anecdóticos, ofrecen a clientes de siempre que tenemos puntos tan oxidados como las piernas de estar “encerrados”, Paradores a los que no han tenido ni tendrán, acceso Sanitarios ni Fuerzas, etc. Hasta sería posible, por suponer, que se acuerden de los clientes de toda la vida, bastante mayores muchos, y se produzca una especie de milagro como el de los panes y los peces, y se multiplique el valor de los puntos por mucho, para poder seguir llenando algunas habitaciones más y de paso la hucha.

E incluso es posible que “recuerden” algo que llevo clavado en el corazón: y es que existen multitud de cajeras (en su mayoría son mujeres) y cajeros de supermercados en todo el país que, también, o esos sí, han estado -y siguen- en primerísima fila de trinchera, a menos de medio metro, cuando la gente arrasaba día tras día las estanterías de sus establecimientos durante el confinamiento y después, y de las que no sé bien por qué se ha olvidado Paradores. Quizá hayan pensado que con sus míseros sueldos no llegaban ni a los 65 o 75 euros de la oferta hasta diciembre. Un gran y lamentable olvido desde mi punto de vista que se podría restañar ahora que les va a hacer falta... a Paradores.

Otra pregunta que me hago es si los sanitarios y las fuerzas y cuerpos de seguridad nos son tan necesarios siempre, y cada vez más mientras hay menos, ¿por qué no han implantado esta medida para tener más ocupados los establecimientos siempre? ¿Quizá porque ya estábamos otros, aunque fuésemos muchísimos menos, para pagar muchísimo más por las habitaciones? En todo caso una idea quizá podría ser dejar instauradas esas promociones corporativas ya de continuo. Incluyendo a las cajeras y otros olvidados. Ya sabemos que "Paradores es de todos".

Y me hago alguna pregunta preocupante más: ¿han llegado al límite ya con los trabajadores y trabajadoras de la Red contentos de las cifras que les han proporcionado a base de su tremenda exposición y la rebaja del Canon, o cuando decaiga el verano y las cifras volveremos a escuchar el sonsonete macabro amenazador de ERE o ERTE aduciendo que los clientes vamos poco por la pandemia?

Porque hay actuaciones que, desgraciadamente, pueden ser comunes a cualquier directiva de PARADORES, gobierne quien gobierne.

En fin, supongo que esta tragedia (la de la pandemis) algún día disminuirá, y los que estén o estemos vivos volveremos a ver como en Paradores nunca pasa nada… más que a sus trabajadores y trabajadoras. Y que como una especie de ceremonia ensayada, se seguirán cumpliendo los pasos eternos: llego, prometo una cosa u otra más acorde con la supuesta ideología del partido en el poder, cambiamos los carteles, los “amenitiés”, los vasos, los platos… y hasta los uniformes. En este caso, por ejemplo, porque haya que “desinfectarlos” ahora y cambiar la imagen después de lo visto.

Siento una gran tristeza. Las cosas pueden hacerse de una manera u otra y también pueden resultar bien, y esta, en mi criterio, ausencia de nobleza, este miedo, esta sonrisa congelada, me han provocado una herida que ya ha hecho cicatriz, y que duele y dolerá siempre.

 Y, lo que es peor, que, si la vida y el virus me lo permitieran, haría que me costara muchísimo volver a entrar en un Parador. Y que por supuesto, si volviera a hacerlo, sería por lo mismo que lo hice la primera vez, cuando era adolescente y no preveía bichos de este tipo ni de otros, lo haría por volver a ver, a estar con “la gran familia de Paradores”, o lo que de ella quede en esencia, por lo demás PARADORES como marca, seguirá siendo muy rentable para quienes lo sea, pero para mí ha desaparecido. Son una Leyenda.

No estaría mal que en un ataque de nobleza, visto lo visto con según qué clientes, y aún más tristemente, con todas esas trabajadoras y trabajadores que después de haber entregado su vida laboral completa a la Red, estén como locos por dejarla para siempre, debatiéndose en un sentimiento agridulce de sentir mucho alivio al mismo tiempo que pena, por tener que salir por última vez por la puerta de la Casa que han tratado como suya o mejor, sin un adiós institucional, un reconocimiento, una plaquita (debo hacer la excepción aquí de algunos directores de establecimiento que, muy al contrario, su máxima alegría es reengancharse. Debe ser que el trato de estos es distinto ¡enhorabuena para ellos o ellas!). No estaría mal decía, que a ese sin fin de placas vacuas Esentia, Civia, Naturia, Marmitia, Essentia, Tamizia...? que han ido dejando en sus fachadas los diferentes equipos directivos, después de este verano de 2020 añadieran una más que pusiera:

“PARADORES NO ES LUGAR PARA MAYORES”.  
Ayuda blogger