LA GRAN FAMILIA

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domingo, 26 de octubre de 2014

¿QUÉ SON FRANQUICIAS DE “PARADORES DE TURISMO": PARA QUÉ, PARA QUIEN?

(Publicado el 16 de enero de 2014)

Escuchaba ayer por la mañana mientras me afeitaba las palabras del presidente del Gobierno de España, señor Rajoy, en su escapada a los EE.UU. Decía:
"Estamos de nuevo en la dirección correcta y los resultados empiezan a ser visibles para todos. Hoy tenemos un ganado derecho a la esperanza", sin referirse a Aguirre, sino a la virtud teologal que me impartieron en clase de religión durante todo el Bachillerato.
"…y ahora estamos saliendo de la crisis económica con una nueva tendencia de crecimiento basado en la flexibilidad, competitividad y una mayor apertura".
"España ha pasado por momentos de enorme dificultad, pero reitero que estamos de vuelta a la dirección correcta de la recuperación, pero queda mucho por hacer y aún hay muchos españoles que quieren trabajar y aún no pueden conseguir un empleo".
Sin querer profundizar en la estupefacción e indignación que me producían tan falaces, y vergonzantes desde mi punto de vista, palabras, tan faltas de realidad y decoro (no hay más que mirarse a uno mismo o alrededor), y el miedo horroroso a lo que, según Rajoy, “queda por hacer”, pensaba en el tremendo parecido que esas palabras tenían con las que, habitualmente, en los últimos meses venimos oyendo en boca de la dirección de PARADORES, y muy especialmente en los últimos días de su director general, señor Zaballa.
De hecho, yo mismo iba cambiando en mi mente mientras oía, simplemente la palabra España por Paradores, y españoles por trabajadores, y me quedaba así:
"Estamos de nuevo en la dirección correcta y los resultados empiezan a ser visibles para todos. Hoy tenemos un ganado derecho a la esperanza"
"…y ahora estamos saliendo de la crisis económica con una nueva tendencia de crecimiento basado en la flexibilidad, competitividad y una mayor apertura" (en este caso no podría ser de Comedores Restaurante, claro).
"Paradores ha pasado por momentos de enorme dificultad, pero reitero que estamos de vuelta a la dirección correcta de la recuperación, pero queda mucho por hacer y aún hay muchos trabajadores que quieren trabajar y aún no pueden conseguir un empleo".
¿A que “encaja bien” esta mínima, y personal, sustitución? No podría extrañarle a nadie.
Si no hubiesen querido en el Gobierno de España que estas palabras encajaran como guante de camarero en los discursos de los máximos directivos y directivas de Paradores, no habrían elegido al señor Soria como Ministro de INdustria, Energía y Turismo, el d ela luz, que milita en las filas del Partido Popular de Canarias, del que es Presidente regional desde 1999.

Ni a la señora Borrego, diputada del PP por Baleares, esposa del diputado nacional del PP por Murcia, Martínez Pujalte como Secretaria de Estado de Turismo.
Si no hubiesen pretendido tal uniformidad, tampoco, supongo, habrían elegido a la señora Alarcó, ex directora general de Turismo del gobierno del PP en Madrid, ex esposa del señor Rodrigo Rato, como presidenta de Paradores.
Ni, consecuentemente, hubiesen decidido que el señor Zaballa, llegado a Paradores tras cesar, según informa la prensa, como responsable de la Fundación Empresa y Crecimiento, dedicada a la creación y gestión de fondos de capital riesgo en América Latina.; antes de ello presidente de la sociedad estatal Cofides, para el fomento de las inversiones en el exterior de empresas españolas (siendo Montoro secretario de Estado de Hacienda durante el primer Gobierno de Aznar) y subdirector general de Fomento Financiero a las Exportaciones, fuera nombrado actual director general de Paradores.
Parece todo coherente, todo parece ir en el mismo sentido.
Precisamente este director general de Paradores, Juan José Zaballa, ha sido, según puede leerse en la prensa, quien ha dicho en las últimas horas en el Parador de Lorca (Murcia) que, para la Red de Paradores, 2013 ha sido un año de "grandes ajustes internos, porque la compañía tenía serios problemas de gestión" y ha anunciado que en 2014 comenzará a desarrollarse una nueva línea de negocio basada en las franquicias de “Paradores de Turismo”.
Ha expuesto que en 2014 Paradores acometerá "toda una serie de reformas estratégicas que van a enfocar lo que será el “Paradores” del futuro, un proyecto en el que tendrá un protagonismo importante el desarrollo de una nueva línea de negocio a través de franquicias de Paradores y eso nos obligará a una profunda labor de introspección y reforma interior".
Zaballa sostiene que esa nueva estrategia "nos tiene que empezar a dibujar el futuro de Paradores", un producto que ha calificado como "aspiracional para todos los españoles, todos aspiramos a consumir Paradores".
Según ha expuesto, su deseo al frente de la compañía es que "con una gestión marcada por la seriedad y por el rigor esa aspiración de los españoles de consumir Paradores sea posible en un futuro próximo".
¡Más o menos lo mismo que Rajoy pero con “otros españoles”!
Y yo, desde esas trascendentales declaraciones, no dejo de preguntarme, y preguntar, qué serán esas “franquicias de Paradores” que, al parecer, son el “modelo aspiracional (esto suena un poco desagradable, como de tarde en el dentista…) de todos los españoles”. Todos, no lo olvides, también tú, amigo o amiga que os dignáis a leer este artículo. ¿Cómo, que no sabías que tenías un modelo aspiracional para consumir Paradores, y que preferías un trabajo para poder comer, o pagar el piso? ¡Es que la ciudadanía no sabemos lo que queremos, y los españoles menos aún, ya es sabido!
He pensado que no puede referirse el señor Zaballa a esa “colaboración público privada” que ha consistido en dejarle a un coctelero bastante poco implantado y conocido en el país, algunos terrenos y dependencias de Paradores, para que fuese él quien, utilizando infraestructura pública (creo que todavía lo sigue haciendo en el Parador de Artíes), pusiera copas de mucha menos amabilidad, calidad y leyenda que las de Paradores, pero más caras y más privadas.
O que le hayan encargado de celebrar nada menos que el 85 Aniversario de Paradores, ¡se dice pronto!, con un cóctel totalmente prescibdible que ni tan siquiera prepara él, sino que se lo han endosado a los pocos camareros y camareras de Paradores que van quedando, acompañado de una receta de “Patatas revolconas” que yo creo que ya debía llevar en el bolsillo Don Alfonso XIII el día que inauguró el Parador de Gredos, preparadas naturalmente por los solitarios cocineros de Paradores. ¡Menos mal que este cóctel celebración, la clientela lo pedimos poquísimo o nada, habiendo otras cosas! Pero supongo que no importará, que el negocio ya estará hecho. En definitiva que esto no es franquicia, esto es otra cosa.
Me preguntaba, por tanto, si se trataría de que, cuando salgamos con los niños a los cines de la periferia, al entrar en la tienda de “los chuches” -¿os acordáis?- tengamos que buscarlos de “Paradores”, o sea hechos en Japón, Taiwan… donde sea, pero con el logo del tejadillo de Paradores, que les haya cedido-vendido esta dirección actual.
O quizá, vamos al futbol, se nos apetece una hamburguesa, y llamamos al joven expendedor o expendedora, que las lleva en una bandeja con el logo de Paradores. La carne y la preparación, naturalmente no ha salido de la cocina de Parador alguno, pero ¡es de Paradores!
Quien dice el fútbol, puede decir un tendido de sombra de la Plaza de Toros de las Ventas en Madrid, la Maestranza en Sevilla, la Plaza de Ronda en las Goyescas, etc. Uno llama entre toro y toro a la chavala o el chaval, y le pide un “bocata de Paradores”, que o bien acaban de sacar ellos mismos del microondas, o se los terminan de llevar a cientos de una fábrica industrial, eso sí, envueltos en plástico blanco y negro cuajado de tejadillos. No sé si a esto podrán referirse con las “franquicias de Paradores”.
Quizá pueda ser que en la fachada de cualquier hotel, hostal, etc., de España o del mundo que lo solicite (tipo externalizaciones de limpiezas, análisis, pruebas médicas, etc.), con un mínimo de condiciones (con o sin pliego), se les ceda-venda la posibilidad de exhibir el tejadillo de Paradores en su puerta, y luego ya veremos.
O que alguien esté en su casa, o vaya a reunirse en uno de los miles de botellones que pueblan el país, pero éste con “glamour”, decida pedir por el móvil una pizza “de autor” ¡naturalmente de Paradores! Quizá hecha por tiendapizza, correpizza, o cualquier otro comercio pizza del ramo, pero con el tejado de Paardores, y su actualmente maltrecha amabilidad, calidad y leyenda.
No sé, la verdad. No se me ocurre nada de Paradores que los españoles queramos encontrar fuera de Paradores, dado que son los Paradores y lo que hay dentro (personal incluido) lo único que a muchos españoles y españolas nos interesa de Paradores, y que solo mejorando éstos con una buena gestión encontrarían forma de animar a que entren, de “empujar”, a otros muchos españoles que, sinceramente, pasan del “modelo aspiracional” de Paradores y del señor Zaballa, pero que, lejos de las almenas, las torres, los claustros, los patios, los monasterios, etc.,  Paradores les importa, y les importará un pito.
Muy al contrario, me parece que es alejar a los clientes, a los Amigos de Paradores, de Paradores. Y que, lógicamente, nos gustaría ser muchísimos más, llenar los Paradore de cleintes, pero nunca ver cómo se pisotean 85 años de esfuerzo e historia, de tradición, de calidad, amabilidad y leyenda, poniendo un tejadillo en cualquier rincón oscuro.
A mí esto, y es una opinión persona naturalmente, más bien me parecería el invento de diseño, tras el otro de la conseguida “viabilidad”, de una necesidad “aspiracional de todos los españoles", ¡pobres de nosotros, con la que nos ha caído!, para justificar poder llevar a cabo algo que todavía no ha sido conseguido en la medida que parecía desear este gobierno neoliberal, tanto el de España como el de Paradores, que nos lleva afectando desde hace algún tiempo, y que incluso en algunas Comunidades como la de Madrid con la Sanidad, está siendo muy virulento,  y es la privatización. Adjudicar bienes e ingresos del erario público, a empresarios, fundaciones, etc., que, desafortunadamente, según vamos viendo, no pocas veces no están muy alejadas de quienes adjudican.
Quizá en la actual dirección de Paradores, no afirmo que sea así, ante la imposibilidad de vender los castillos, y la dificultad de la colaboración público-privada masiva, intenten vender algo más “barato”, y más rápido, y les quieran llamar franquicias; no sé. Pero es difícil olvidar que, al fin y al cabo, son menos de dos años los que les falta a este gobierno del PP para someterse al veredicto del pueblo engañado. Y es difícil dejar de desear que toda esa escabechina, también muy de marca, ocasione que “el pueblo aspiracional”  despertemos y les mandemos a descansar, incluso en los Paradores donde han diezmado a sus plantillas, entristecido a sus pueblos, y empobrecido a sus establecimientos, completando "espléndidamente" una "tarea" que ya sembró la anterior dirección de la Red.
A mí, ante esta fiebre franquiciadora (que es una palabra que nunca me ha gustado, no sé si es porque deviene de la palabra franco, y esta me recuerda a su vez otro tiempo horrible), no se me ocurren muchas más cosas más que escribir este artículo para expresar mi opinión, animaros al debate, a que expreséis la vuestra, pues no debe caberle duda a nadie, empleado o no en Paradores, que vencer el miedo a opinar y a las posibles represalias, siempre es mejor a que te acaben quitando lo tuyo por no defenderlo para dárselo a otros.
Declarar, de la misma manera que antes dijimos que para nosotros, los que amamos Paradores y nuestro patrimonio nacional, cualquier Parador privatizado será un Parador tachado, que ¡No quereremos nada de Paradores fuera de Paradores!
Y, si acaso, aunque ya lo he hecho alguna vez antes, recordar aquellas palabras que ponían fin al artículo “Las mil y una una noches de Paradores”, del periodista y escritor (crítico de hoteles) Fernando Gallardo, en su blog “La Ruina Habitada”, que decían: “Quitad, por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo”.
Yo, por ahora y hasta más ver, voy a omitir el adjetivo calificativo que hace mención a la falta de limpieza, pero sí que deseo volver a pedir, a exigir lo mismo:
¡Por favor quiten sus manos de nuestros Paradores ya! y dejenlos abiertos al público, con sus Comedores y sus demás servicios, de forma pública. Gracias!



lunes, 8 de septiembre de 2014

MENÚS “ESTRELLADOS” EN PARADORES, O DESAGUISADO EN LA COCINA…



“Hoy quiero homenajear a unos compañeros muy especiales. Ellos son los trabajadores de Paradores Nacionales de Turismo, a todos aquellos con los que compartí trabajo al igual que mucha diversión por toda la amplia y fantástica geografía española allá por la década de los 70-80…

 

 Mi incorporación a tan importante Red hotelera tuvo lugar un 16 de septiembre de 1973, por lo que este año serán 40 de los 54 que cumpliré una semana antes, los años que llevaré cotizados. Cuarenta años cotizando para que como me descuide tenga que abonar una “tirita” que necesite en Urgencias...

 

Llegado el momento, a diferencia de la actualidad que se ingresa directamente en una Escuela de Hostelería y tras un periodo de tiempo se sale con la titulación de Ayudante de Cocina, en la Red de Paradores Nacionales cuando el Jefe de Cocina -no el Chef, ya que por esos entonces no estábamos tan “extranjerizados”- consideraba a un pinche de cocina lo suficientemente preparado, este era enviado al desaparecido Albergue Escuela de La Bañeza en León, allí durante seis meses en grupos de 16 cocineros y otras tantas Camareras, éramos preparados, perfeccionados para continuar nuestra carrera en la Red de la mano de un experto Jefe de Cocina llamado Luís Benavides Monje, el cual una vez cerrado el Albergue Escuela pasó a prestar sus servicios en el Parador de Segovia y ahí le perdí la pista…

 

Muchos amigos, muchos compañeros, con los que aún mantengo relación, muchos de ellos Jefes de Cocina en importantes establecimientos de esta prestigiosa Red que en la actualidad, como tantas otros Patrimonios, quieren en parte fulminar…

 

Suerte para todos estos trabajadores que empezaron siendo niños en esta prestigiosa Red de Paradores Nacionales de España, dieron su vida y su juventud trabajando y hoy por motivos que todos sabemos, los mismos de siempre, algunos puedan verse donde muchos de los que ordenan y disponen  deberían verse.”

 

(José Cisneros, en su blog “De catafalco y oro”)

 Cocineros de la Red de Paradores. Promoción de 1978




MENÚS “ESTRELLADOS” EN PARADORES, O DESAGUISADO EN LA COCINA…


Opino que para que a uno le guste algo, basta con probarlo, pero para llegarlo a amar, como a mí me ha sucedido con la Gastronomía de PARADORES, y con la “gran familia” que a lo largo de los tiempos se ha dedicado a ella, es preciso conocerlo un poco más en profundidad. Y eso es lo que, humildemente, he intentado desde hace ya bastante tiempo.



Igual me ocurre al comenzar a escribir un artículo sobre lo que amo; independientemente de que conozca lo que siento y deseo expresar me pongo en duda, y trato de documentarme por si, con suerte, encuentro algo que me contradiga, y deba reflexionarlo de nuevo, e incluso me haga desestimar la idea.



En esta actitud, antes de ponerme a escribir este artículo que quería hacer desde que leí aquella noticia del Menú público-privado de Paradores de “El Greco”, pero que esperé a ver si “la cosa” se arreglaba, me he adentrado por la red (en este caso no la de Paradores), y entre otras cosas, he encontrado el blog de un hombre, un cocinero, José Cisneros, en el que cuida su gran pasión (y dedicación en este tiempo), la tauromaquia; y evoca otra gran pasión: el recuerdo y homenaje a su “otra familia”, la de PARADORES, y me he permitido extraer para el prólogo de mi artículo, algunas frases de su “post” “Paradores Nacionales; Mi otra familia” (http://decatafalcoyoro.blogspot.com.es/2013/01/normal-0-21-false-false-false-es-x-none_6.html), así como compartir alguna de las fotos que ilustran este artículo que comienzo donde el lo deja: “Muchos amigos, muchos compañeros, con los que aún mantengo relación, muchos de ellos Jefes de Cocina en importantes establecimientos de esta prestigiosa Red que en la actualidad… quieren en parte fulminar.”

Plantilla del Parador Año 1974. José Cismeros en el centro.



Y así ha sido. De mi relación en el pasado con PARADORES, aquel espectáculo gastronómico español, uno de los más sólidos pilares en los que se sustentaba la Red, que dejaba anonadados a nacionales y extranjeros; de mi exhaustivo paso por la práctica totalidad de los Comedores Restaurantes de la Casa (tengo los canarios en el corazón, pendiente de sentarme en ellos lo antes posible), y la repetición de no pocos, desde el mes de agosto de 2009 hasta el último, hace unas semanas en Ávila; y con la llegada de esa nueva dirección de PARADORES que amparada por sus mentores del PP, desembarcó en la Red en el mes de febrero de 2012, he podido ir asistiendo a ese acoso y derribo feroz, a ese empobrecimiento, incluso ese espolvoreo de “caspa y casta”, que han acometido con la que para mí y para muchísimos otros venía siendo la mejor gastronomía de España, y una de las mejores del mundo. Y desde luego la que contaba, y aunque diezmados, mal tratados, aún cuenta) con la plantilla más numerosa, brillante y profesionalizada de la gastronomía mundial.



Pero, al parecer (yo es que no termino de entender este catecismo neoliberal, neoconservador, neocom, que no comparto claro; a la vista están sus resultados) había que destrozarla, hundirla, humillarla; y con ella a sus profesionales, y ¿por qué no? desfidelizar, ningunear, horrorizar, echar, a parte de los clientes de la más prestigiosa Red pública hostelera del mundo, que venía haciendo a España marca de calidad en el mismo.




Señoras Alarcú y Cospedal presentando sus "megamenús"

Y, eso sí, convertir la Red de PARADORES en PARABODAS. Supongo que con el regocijo del ex cardenal Roucco Varela, que ansiaba también el milagro de ver a toda España casada. Convertir muchos de los salones de los castillo, los Palacios, los Conventos, etc. en una prolongación de aquellos otros privados, que no sé ya si existen, que hemos conocido casi todos, en los que sus camareros se disfrazaban de algo, tocaban las fanfarrias y bajaban las tartas del techo, o los más aguerridos de ellos, a la voz de ya y palmada del jefe de comedor entraban en tropel (bueno en PARADORES, en tropel, ya no puede ser, los ha echado esta última Dirección) con el cordero humeando en las cazuelas de barro.



No he visto jamás más destrozo hostelero en menos tiempo. Aún no habían puesto las posaderas en la suculenta poltrona, y ya perpetraban un ERE y un ERTE, que, además de contra los trabajadores y trabajadoras de derechos consolidados, en pisos, comedores, etc. iban como dardos dirigidos contra las prestigiosas e históricas Cocinas de la Red de Paradores de Turismo de España.


Era lógico, pues es el paso siguiente fue poner el candado, cerrar, chapar como dicen ahora, no pocos Restaurantes Comedores de la mundialmente prestigiosa Red, y dejar en la más triste de las soledades a uno o dos cocineros, desasistidos en su mayoría, para preparar uno empobrecidos y exiguos menús, que en la jerga de lo “guay” decidieron llamar “propuestas”, y que si no fuese porque no cuentan entre los exiguos platos con tan inolvidable leguminosa, yo llamaría ¡lentejas, o las coges o las dejas!


Leí hace algún tiempo en “La Voz de Vigo” que Ángeles Alarcó Canosa, la exmujer del ex vicepresidente de Aznar, Rodrigo Rato, que desde febrero de 2012 ostenta el cargo de Presidenta y consejera delegada de Paradores de Turismo de España, es de Lugo, y que   continúa vinculada a Viveiro en períodos vacacionales, y que es nieta de Ramón Canosa, que fue ministro del Tribunal de Cuentas, etc. Y pensé si es que le habría quedado alguna cuenta sin saldar con los Paradores de su tierra, alguna rabia, alguna manía, cuando les impuso, o dejó que les impusieran, la propuesta “Enxebre”.



A unos Paradores excelentes que realmente eran “enxebres” pero por ellos mismo, y su personal, les cerró los comedores, los quiso convertir en una especie de “taberna”, fracasada, pues ahora no son ni “chicha ni limoná”, quitaron los manteles de las mesas, y empezaron a servir pulpo y paratas, y poco más. Rico, pues sigue siendo hecho por trabajadores de Paradores, pero indigno de la historia de la Cocina más grande España, indigno para unos profesionales formados espléndidamente para la misma, que se ven obligado a cortar empanada todo el día, y poco más.



Además de para la profesión y para la Red de Paradores, también resulta indigno para unos clientes que llevan amando y respetando su patrimonio desde 1928. Clientes que si pasan más de dos días en uno de los Paradores que tanto cuidase el correligionario y paisano de la señora Alarcó,  señor Fraga Iribarne (que, a diferencia de ella, tanto cuidó Paradores), o pretende hacer una ruta por ellos, acaba del sota, caballo y pulpo hasta las madreñas. Por tanto eligen otros establecimientos, o, en algunos casos que conozco muy bien, se ponen de acuerdo con el pseudocomedor, o la psudotaberna, para que se hagan con alguna merluza, etc. y les levanten el castigo.

 



El “Enxebre” es una solución excelente para los dos Paradores gallegos que, además de unos comedores magníficos, como son los de Baiona y Santiago, cuentan con esa otra posibilidad, pero no como “Enxebre” a la fuerza a toda hora. Esto fomenta esta terrible desigualdad, este agravio, al que esta nefasta Dirección de Paradores actual, sin duda la peor de la época moderna, ha sometido a muchos establecimientos ¡Para unos “premium” y para otros “castigum” ¡Nada más lejos de una Red coherente, unida y cohesionada! Pero claro es que no parece eso lo que esta perjudicial Dirección ha venido pretendiendo, sino algo que saben hacer mucho mejor: ¡Divide y vencerás!



En otros Paradores no gallegos (y en alguno gallego como el Ferrol), pero también perjudicados, ni tan siquiera han “propuesto” el “Enxebre”, sino que uno va a ellos, y en el mejor de los casos, el Comedor que presuponía por la información cerrado, está abierto, pero eso sí, con un camarero o camarera al borde del colapso, ayudando al único cocinero que existe en la cocina, y algún contratado (de los que, en teoría, no podrían hacerse después del ERE) de cuatro horas, que tiene que estar cuatrocientas por solidaridad con sus compañeros. ¡Ya sabemos, cuestión de flexibilidad! Yo la aprendí en tiempos de Franco.

Empanada de la "Propuesta Enxebre"


Pues bien, en este desolador marco, nos encontramos un buen día del pasado mes de febrero en el Parador de Sigüenza (uno de sus feudos) a la omnipresente (y parece que de momento, y si no ya se encargará ella, omnipotente) doña María Dolores de Cospedal, acompañada de su correligionaria señora Alarcó, presidenta de Paradores, intentándonos colocar un “megamenu” de no sé cuantos platos que llamaban “Menú del Greco en Paradores”, pero que había sido hecho por “chefs” de restaurantes toledanos, totalmente ajenos a la Red pública de Paradores de España; bueno creo que la tapa del menú (una croqueta, rica imagino, pero croqueta), supongo que por aquello de tapar con la tapa,  había sido encargada a uno de los nuestros, de los de Paradores.



Y unos meses más tarde nos vuelven a sorprender, esta vez por Galicia (justo la tierra de los Paradores castigados con la propuesta “Enxebre”) con el peregrino “Menú del Peregrino” de Paradores.  Otro eufemismo con una extensísima lista de platos,  de esas que son prácticamente imposible acabar sin un hartazgo cerca de las “urgencias” de algún hospital (otro peligro ahora) que te haga despreciar la comida para años; realizada, eso sí, por “ocho chefs de restaurantes estrellas de Michelín” totalmente ajenos a Paradores; naturalmente a excepción de la tapa encargada a un Jefe de Cocina de Paradores que les gana en estrellas de verdad a todos. La tapa ¡ya saben!



O sea, llego como llego, arraso con las cocinas, hecho a los cocineros, cierro los comedores, y después pago (supongo que cantidades muy importantes) a profesionales del papel cuché del “mundo ratatouille” privado, para que “creen” unos menús para PARADORES, que para más escarnio, una vez “entregados” deben de hacer los cocineros y cocineras de PARADORES en las cocinas casi vacías de PARADORES ¿Cómo se les queda el cuerpo? A mi como si me hubiese comido uno de esos dos menús estrellados en Paradores que no he probado ni pienso hacerlo jamás: ¡Harto! ¡Al borde del vómito!



Y llegados a este punto, hay más: Los famosos “menús estrellado-privatizados” no crean ustedes que se pueden pedir en los 94 Paradores de la Red ¡Quiá! Sólo en los que la alta Dirección decide, y además con más agravio, si cabe, ya que en todos los Paradores no cuestan lo mismo. Si el Parador es de más “campanillas” y tienen más medios, te cuesta más, y si es un “Parador pobre” o empobrecido por esta gente, de los olvidados de Paradores vamos, te cuesta menos. Eso sí la calidad de la materia prima tiene que ser la misma. Es decir, una vez más, ¡leña al pobre! En este caso al Parador.



Comedor cerrado del Parador de Trujillo

Resultado; pues un fracaso de menús que no he visto pedir en ningún Parador de los que he estado y lo tenían, ni pobres ni ricos… Es lógico, en todos los  casos las cartas de PARADORES ofrecen unos exquisitos platos, ideados y realizados por profesionales de PARADORES, que componen unos menús mucho más racionales y mucho más asequibles.



Y en el caso de los que yo llamo “Paradores pobres” si a algún cliente se le ocurriese pedir el macromenú de turno a la hora de la comida o la cena, con dos camareros o camareras en la sala en el mejor de los casos, y un cocinero, o con mucha suerte dos en la cocina para poder montarlo, se produciría tal parón, tal atasco en el Comedor con los menús normales, que de ahí no sale nadie hasta la madrugada y cabreados. Además de tener que disponer la Cocina (cosa en este momento harto infrecuente) de toda una serie de materia prima para un ”menú estrellado” o dos que les pidan cada dos meses.



¡Y todavía tiene uno que leer de vez en cuando que todas las Direcciones de Paradores son iguales, no por dios! No seré yo quien defienda este bipartidomo, este relevo castrador e indeseable que nos viene afectando en todas las instituciones públicas, y por tanto también en PARADORES, pero cada cosa en su lugar, en la etapa anterior uno, yo mismo lo hice, se podía recorrer España de Parador en Parador, y en todos y cada uno de ellos, encontraba bajo los nombres, por ejemplo de “Arte Breve de Cocina”, o “menú 20.11”, un ilusionante y excelente menús, con una relación calidad precio incomparable, que con mantel en la mesa, y ese montaje de mesa y atención que en Paradores ha hecho como nadie, ¡Y hasta con una preciosa carta de mesa editada para que el cliente se llevase a casa! le ofrecían  a uno lo mejor de la Cocina cercana, de siempre, exquisita, de cada lugar donde el Parador se hallase ubicado.



Recuerdos en mi casa de un cercano pasado inmediato mejor

¡Cómo van a ser iguales dos menús “pijoguays” público privados en toda una legislatura, a noventa y cuatro exquisitas opciones ideadas y realizadas por los profesionales de Red pública de Paradores del Estado!



Esto ya lo reflejaba muy bien el periodista de “El País” Fernando Gallardo, especializado en hostelería en su artículo “Misión, visión y valores de los Paradores!” de su Blog “El Foro de la Ruina Habitada”: “El despido de un director de innovación y control de calidad como Emilio Gómez-Calcerrada, durante la actual legislatura presidida por Ángeles Alarcó, me dio la pista. Era la señal inequívoca de que la dirigencia de Paradores no apostaba ya por las innovaciones, por el futuro. Será que los castillos y conventos inspiran otras épocas, pero así Paradores carece de porvenir. Ni la marca, ni sus trabajadores, ni siquiera sus clientes tienen así futuro. Y lo peor es que las proclamas negativas de los sindicatos y sus reiterados anuncios de huelgas terminarán por hundir más a esta cadena de alojamientos turísticos que un día fueron el orgullo de todos los españoles, viajaran o soñaran con viajar de parador en parador.”



Y llegados a este punto yo me pregunto ¿Si estos “menús estrellados” que estrellan Paradores no son amortizados por su consumo, no los conoce la mayoría de los clientes que visitan PAARDORES, y desde luego tampoco sirven para engrosar con eficacia la paupérrima Memoria de actividades que va a poder hacer la actual Dirección de Paradores, por más que la lleguen a engordar artificialmente como a las ocas, quien gana con estos menús además de “las estrellas colaboradoras”? Quizá algún día, sin mucho tardar sepamos algo al respecto.

 

Voy a despedirme pues ya tengo mucha indigestión de estrategia culinaria no ideada para el bien de España, la marca PARADORES, sus trabajadores, ni sus clientes.

Señora Alarcó, señor Zaballa, señor Lesmes, señora Borrego, señor Soria, señor Rajoy… las estrellas de Paradores están dentro de PARADORES, y otras las han echado ustedes a la calle; son sus trabajadores y sus trabajadoras, y las estrella invitadas somos sus clientes, esos que pagamos, a los que no hay que pagarnos para que “prestemos” nuestro nombre, ni nuestra imagen. Les ha quedado muy feo, muy de ustedes,  eso de arrasar con la Casa para luego meter por la puerta de servicio a los extraños, ponerlos a hacer cócteles, regalarles los paisajes, etc. No los queremos, no nos gustan, no insistan ¡Váyanse todos, por favor!



Recurro de nuevo al periodista Fernando Gallardo, esta vez a lo contenido en su artículo “Las mil y un noche de Paradores” (http://laruinahabitada.org/2012/11/16/las-mil-y-una-noches-de-paradores/) en el que, entre otras cosas, y para finalizarlo pedía a la mueva Dirección de PARADORES:



 “En múltiples ocasiones, desde este y otros foros, hemos clamado contra el descuartizamiento de la red y la supervivencia de un modelo hotelero que hoy es admirado en el mundo entero. Porque con empleados arremangados que aseguran la cena a sus huéspedes y con clientes que celebran sus mil y una noches bajo las almenas hay futuro en esta casa de todos… Basta con que los profesionales de la política abran paso a los profesionales del turismo.

Quitad, por favor, vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.

 



Yo entonces, quizá más tontamente romántico en este aspecto que Fernando Gallardo, y desde luego mucho más desconocedor, pensé que quizá la petición era extemporánea, innecesaria, o llegaba demasiado pronto. Pero me equivoqué.



Ahora no solo pido yo lo mismo, sino que considero que si no están dispuestos a quitar sus manos, tendremos que defendernos con tenedor y cuchillo en las nuestras, ¡echarlos de una vez y para siempre de nuestros Paradores, poner otra vez el tejadillo, el logo de la Casa, boca arriba, y la “P” en su sitio!



Estoy seguro de que, juntos, ¡Podemos!




(Dedicado a todos aquellos cocineros y cocineras que hayan derramado alguna gota de sudor en alguna Cocina de PARADORES en cualquier momento de su Historia, y a Emilio Gómez-Calcerrada Gascón que, durante 30 años supo recogerlas).

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