LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

sábado, 20 de febrero de 2021

““PILLOS” DE PARADORES”

 

"Calla, sobrino, que algún día te dará éste que en la mano tengo alguna mala comida y cena…".

“El Lazarillo de Tormes” (Anónimo).





En los últimos tiempos he escrito bastante sobre las estrategias de Paradores para atraer personas –no me atrevería a llamarles clientes- a “mogollón” y a costa de lo que fuera, o más bien a poco costo. Pero nunca he escrito un artículo sobre mi colectivo, sobre lo que soy desde hace más de cincuenta años, yo sí: cliente. Y dentro de este colectivo de “fijos” a una “especialidad”, a un tipo de ellos al que no he pertenecido nunca, pero sí he observado mucho. He tenido cientos de ocasiones de hacerlo, y las muestras podrían ser numerosísimas, aunque tan zafias y simples que se pueden resumir bastante. A excepción de una a la que yo llamo “historiadores de Paradores”.

Me he preguntado mucho, y averiguado por qué se pueden dar en una red hostelera pública de forma tan frecuente este tipo de conductas a diferencia del resto de las cadenas hoteleras, y especialmente alguna conducta tan sofisticada y trabajosa como la de “historiador”. Y es que si bien es cierto que en todas las cadenas tratan de conseguir la satisfacción del “cliente”, incluso aunque no siempre -ni mucho menos- éste lleve razón, no padecen ni utilizan ese, en mi opinión, verticalismo histórico que permanece en Paradores desde 1928, y que es, reitero que en mi opinión, como si en un manual de prácticas, estrategias y mandatos de la empresa, empujaran al personal a confundir el servicio con la servidumbre y a veces con el servilismo. Eso no tiene nada que ver con la calidad, la amabilidad y la leyenda: cualquier cosa por evitar una mala crítica en una red social.

Esto se lo aprenden enseguida “los pillos” y lo ponen en práctica, máxime si encuentran tanta facilidad para ello.


Voy a agrupar, por no extenderme, a los que he conocido, y conozco, en tres grupos: “Los  básicos más o menos”, “los palmeros”, y el sofisticado “historiadores de Paradores”. Para los dos últimos necesitan de la colaboración –no digo de la complicidad- de las categorías más destacadas de los establecimientos.

“Los básicos más o menos”

Me he quedado alucinado decenas y decenas de veces, viendo mientras desayunaba, las infinitas idas y venidas al bufet de personas que, paseo a paseo (incluso mandando a niños) iban llenado el bolso (o las bolsas “ad hoc”) de productos, preferiblemente envasados. A veces ante las miradas atónitas de camareros y camareras que no se atrevían a decirles nada, por miedo a lo que luego pudiera pasarles a ellos en la empresa.

He visto personas que hacían lo imposible por dar esquinazo a las camareras de piso, siempre desbordadas de trabajo, para en un descuido, y al acecho del carrito, expoliarles cuantas más “amenities” mejor, e incluso alguna toalla o albornoz.


He presenciado en Comedores más veces de las que podría recordar, e incluso oído, cómo planificaban “piojos en limpio” (como mi madre llama a  determinadas personas que en su casa comen de lo peor y más barato, pero se disfrazan de “marqueses” para ir a Paradores y adoptan unos modales tan confusos como insoportables con el personal), la forma en que iban a protestar de “lo horrible de la comida”, “el mal servicio del camarero o camarera víctima, hacer salir al Cocinero para recriminarle, y hasta ya en el colmo, practicar lo del “pelo” que ellos mismo ponían para que el solícito director o directora de turno les “compensara el disgusto” con la gratuidad de la comida o cena, e incluso el alojamiento si estaban “más profesionalizados” en la estrategia y chillaban más alto.

En fin, han sido muchas las indigestiones ante el silencio (excepto una de estas veces,  flagrante contra una camarera, en la que tuve que “sacar de dudas” al director ante “los pillos”) de cliente de verdad, respetuoso, que he tenido que guardar mientras veía a “los pillos” tratar mal a “la gran familia de Paradores”.

“Los palmeros”

Estos me son “más próximos”; pues suelen contar con tarjetas de Amigos “distinguidas” (van más veces a Paradores), y con ellas se consideran “accionistas de la Red y jefes de los trabajadores y trabajadoras”.


A diferencia de los anteriores, y aunque puedan ser tan mindundis como ellos, no se reconocen así, y cuentan con el reconocimiento, no solo institucional sino hasta facial, de la mayoría de directores y directoras de la Red. La mayoría de estos últimos y últimas profesionales, les tratan como la Casa les indica, con un determinado y establecido “tratamiento Vip” y ya está. Pero, como en todo en la vida, existen los y las que se extralimitan en búsqueda de halagos y diferenciaciones en las redes sociales, que a su vez, les diferencien a ellas o ellos de sus compañeros directores y les posicionen mejor en la Casa incluso, y esto suele ser frecuente, aunque sean peores profesionales de los suyo.

Al respecto, y por no alargarme en todo el tipo de “mejoras” relataré una historia que nos dejó perplejos a Jesús y a mí en una determinada celebración en un Parador al que invitaban a este tipo de clientes “reconocidos”. Entre ellos nosotros. No solemos ir nunca (de hecho solo lo hemos hecho en dos ocasiones en todas nuestra larga trayectoria en la Red, precisamente para no “homologarnos” a determinadas personas -nunca se debe generalizar- de tanta “distinción”). Además yo, como realmente sí quiero a esta gran familia, y escribo bastante sobre ella, y me he hecho toda la Red más de una vez, desafortunadamente soy más identificable para “los palmeros” (siempre éstos al lado del jamón en las fiestas), que, lógicamente entre ellos, nos imaginan como unos “palmeros” más (cosa que no he comprendido nunca teniendo en cuenta que ellos solo “aplauden” y piden, y mi conducta, como es obvia, aunque solo fuera por este mismo artículo, es muy distinta. Pero es que además no se reduce a este artículo.


Pues bien, en la fiesta se quedaron patidifusos cuando exhibiendo algunos verbal y bochornosamente la cantidad de cosas y detalles que percibían en tal o cual Parador, y cuáles eran “sus directores y directoras favoritos” a los y las que precisamente evaluaban por esto (¡qué horror!), vieron cómo nos quedábamos atónitos, y les respondíamos “que no, que nunca, ni lo hubiésemos aceptado…” cuando contaban maravillas de una directora que “les aplicaba tarifa de trabajadores cuando se alojaban en el parador”. No nos hacía mucha falta tal declaración para entender los halagos, las calificaciones, “el palmeo” en las redes sociales a la señora que citaban, pero nos amplíó la información. Nos inventamos una excusa, y nos fuimos a otro lugar de la fiesta más cómodo y “menos distinguido”.

“LOS HiSTORIADORES DE PARADORES”

Estos son punto y aparte. Son tan aislados y exclusivos como falsos. Pero mucho más promiscuos en su labor que los anteriores.

Y siempre, y es lo triste y vergonzante, en pos de alguna o varias prebendas, mejoras, y el “reconocimiento” necesario, y a veces genuflexión del director o directora a los que engañan. Y jamás para aportar nada de la historia de la Red que no se sepa o que beneficie a la Casa o a su “gran familia” a la que también engañan cuanto y cuando pueden.

Sus trampas son tan grandes como una catedral, como la de Salamanca por ejemplo, o cualquier otra grande. Y lo curioso es que ni tan siquiera hace falta que posean “tarjetas distinguidas”, pues aunque se proclamen “buenos clientes” no frecuentan mucho Paradores. Van poco. Por eso trabajan denodadamente para que las pocas veces que van les traten como a reyes por el mínimo dinero, pues se autoproclaman “historiadores de Paradores”.

Desgraciadamente si de algo adolece PARADORES es de HISTORIADORES DE VERDAD. Más allá del MARQUÉS LA VEGA INCLÁN, LUIS FERNÁNDEZ FUSTER, el gran JOSÉ  LUIS PICARDO CASTELLÓN, si se quiere incluso MANUEL FRAGA IRIBARNE, y ya más en nuestros días MARÍA JOSÉ RODRÍGUEZ PÉREZ, nada de nada. Es una asignatura pendiente con una institución de casi un siglo de historia.

Por ello estos otros “exclusivos” que se presentan como (falsos) historiadores en los establecimientos, no solo no tienen publicación alguna al respecto, sino que su “modus operandi” es deleznable. Se acercan en principio a algún director que por su conocimiento y afecto a la Casa y el tiempo de servicios prestados en ella, es presa fácil y les cuenta con entusiasmo cosas de su historia que, lógicamente ellos no conocen.

Esa misma “cercanía” con un “cargo importante” les acerca a bastantes trabajadores y trabajadoras de distintos establecimientos, generalmente directores, directoras, jefes de recepción, jefes de cocina, jefes de comedor, camareras de planta, y en definitiva personal que se los creen y al que engañan.

Estos falsos historiadores ni tan siquiera se molestan en leer mucho a los verdaderos historiadores, porque su objetivo estratega es elaborar “cuatro líneas”, cualquier tipo de esquema o estampita con lo que han ido entresacando de “la gran familia”, y: aquí viene el verdadero trabajo: se dedican a mandar periódicamente esas pequeñas cosas copiadas; es decir, lo que antes les han contado a quienes incluso se lo han dicho, en decenas y decenas de correos electrónicos dirigidos a directoras, directores, jefes de cocina, jefes de recepción. Etc. Etc. Etc. Preferentemente del Parador en el que se van a alojar más próximamente. Pero también a los demás.


Y aún más: se aprovechan de las redes sociales, y crean –en connivencia con algún “palmero” o “palmera”- algún grupo en una red social, o las que pueden, para exponer su miseria copiada.

Estos llegan más lejos que los dos grupos anteriores. Hacen incluso salir a jefes de cocina para darles su veredicto “gourmet”, y agradecimiento ante el trato “supervip” que les ha llenado la tripa en la mesa en el Parador que corresponda (para eso antes se habían dirigido a él y/o director correspondiente “con su historia).

También les facilita contratar habitaciones estándar y obtener otras muy distintas, y las inclinaciones de cabeza de quienes las hagan. Sinceramente sería de no creérselo si no fuese porque existen, y porque muchos más que uno o una saben de lo que escribo. Es decir que "QUOD NATURA NON DAT, SALMANTICA NON PRAESTAT", como dice, con gracia, un jefe de recepción amigo... mío.

Y así se escribe la historia por “pillos”. Y lo malo es que esto no difiere mucho de la historia política que pasa fuera de Paradores también:

Nos hablan de unas cifras en una pandemia, y a base de repetirlas las hacen ciertas. Nos cuentan sobre unas vacunas que no llegan, pero generan una esperanza falsa, a personas muy necesitadas y muy vulnerables, mientras en lo que en mi opinión se está produciendo en nuestro país turísticamente en “un Bolsonaro” en toda regla. Para eso prefiero a Bolsonaro que ya te avisa de la historia que te va a suceder, y no te haces ilusiones. 

En fin, si logro sobrevivir de esta mala historia, aunque desde luego no soy historiador de Paradores ni de nada, a los mejor un día me propongo contar más historias como estas de la Red pública, y peores incluso, que conozco muy bien. Y no porque las haya preguntado, sino porque, desgraciadamente, las he visto yo mismo.

martes, 2 de febrero de 2021

PARADORES; GENEROSIDAD PELIGROSA… “MAROTO SIEMBRA LA TIERRA QUE NO ES UN COTO…”

 “La ministra Reyes Maroto asegura que los viajes nacionales podrían volver en Semana Santa. Reyes Maroto apunta que la inmunidad de rebaño frente al coronavirus se espera en España para verano…  César Carballo (Adjunto de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal) estalla por las palabras de la ministra Maroto: "Hay que tener poca vergüenza para vender como un éxito la gestión de la pandemia… El médico ha cargado contra las palabras de la titular de Turismo e Industria, recordando que aún estamos sufriendo lo peor de la tercera ola, y ha pedido pensar ya en la cuarta ola… Hay que ver si la ministra (Maroto) ha venido a otra cosa que no sea calentar el sillón y empieza a tomar decisiones estratégicas que pueden cambiar el curso para que en Semana Santa no tengamos la cuarta ola", ha reclamado, asegurando que "estos mensajes de que vamos a empezar de forma segura hacen mucho daño"."

 

PARADORES; GENEROSIDAD PELIGROSA… “MAROTO SIEMBRA LA TIERRA QUE NO ES UN COTO…”


Hace muchos años y han sido muchos también los que he sentido contento e ilusión porque PARADORES fuese una empresa pública, del Estado, que sirviera para preservar patrimonio nacional, proporcionar numerosos puestos de trabajo (no funcionarios, no confundir), fomentar el turismo y la imagen del país, y hacer bastante felices a quienes han y hemos podido colaborar aojándonos en sus establecimientos.

A los que más nos hemos alojado; es decir a quien más dinero hemos gastado en ellos nos llaman “Clientes Círculo”, y nos “distinguen” por una Tarjeta de Amigos de color distinto, y descontándonos de la cuenta los desayunos, y el garaje cubierto cuando lo hay.

Y hace algo menos de un año (lo va a hacer nuy pronto), que personalmente siento vergüenza, indignación y una tremenda desconfianza por la gestión política de esta empresa pública. Y cuando digo gestión política, no me refiero a la que pueda emanar de su presidente (o equipo inmediato) que, personalmente, tengo la sensación, la intuición, o quizá algo más, de que si por él fuera, en este momento una enormidad (casi 100) de establecimientos prácticamente vacíos de clientes, y no suponiendo por tanto más que riesgo sin ganancia, estarían cerrados, en lugar de tener a las plantillas, en su mayoría, mano sobre mano, y arriesgándolas a lo que, nadie dudará ya, lleva tiempo produciéndose.

Siempre he pensado que hay alguien –que se muestra muy poco o no se muestra- por encima de él que debe pensar que lo que no se cierra, no se tiene que abrir y así ¡vamos tirando, nadie se da cuenta y en la Semana Santa, nos montamos otro “verano del 20” en plena pandemia…, oleando que es gerundio!

Y mira por dónde con el tremendo sufrimiento del país y unos 90.000 muertos en la cuenta, se materializa la ministra de Industria, Comercio y Turismo de España; es decir la “súper jefa” de PARADORES por debajo solo del presidente Sánchez, y a los cuatro vientos “asegura que los viajes nacionales podrían volver en SemanaSanta…”. Y que “…espera reanudar los viajes del IMSERSO a partir de septiembre…”.


Leyendo y escuchando éstas, desde mi punto de vista también, desvergonzadas y vergonzantesdeclaraciones, es lógico y fácil comprender la trayectoria de la empresa pública PARADORES desde que reabrió en junio pasado en una precipitada, errática y forzada desescalada gubernamental que nos ha traído en muchos aspectos, y por supuesto en el sanitario, a donde estamos. Una verdadera vergüenza para un cliente de PARADORES, una verdadera tragedia para un ciudadano. La muerte y el negocio no son una buena asociación salvo paras las funerarias, y, desde mi punto de vista, la señora Maroto con sus declaraciones nos da un susto de muerte cuando nos habla de negocio.

Tampoco resultan en este durísimo momento de la pandemia para trabajadores y trabajadoras que no llegan en su inmensa mayoría a cobrar 1.000 euros al mes, a los que deben atrasos, a los que no han aplicado aún la subida del 2%, sin poder cobrar prima de producción, tener que leer cosas y cifras como estas: "Pardores pagó 185.000 euros en dietas a sus consejeros, entre ellos el ex jefe de Rede Sociales del PSOE", o Jaime Díez Bermejo, asesor parlamentario de la propia Maroto. Después de los neoliberalismos de la anterior presidenta, Ángeles Alarcó, ex mujer de Rodrigo Rato, muchos trabajadores y muchos clientes esperábamos ansiosos un cambio de rumbo de un Gobierno que se dice progresista.

Mientras en China, que ya saben muchísimo de cómo parar la pandemia, y lo han demostrado, empiezana realizar test anales para detectar la COVID-19 y alegan que son más precisosque los nasales, (pues aseguran que los rastros del virus que se encuentran en el ano pueden durar más que en el tracto respiratorio), en una España sin las vacunas imprescindibles, sin saber cuándo o si las va a haber, intentando hacer el “milagro” de los panes y los peces”, dividiendo dosis, y sin saber si protegen bien y si no qué le vamos a hacer, con comunidades pidiendo que se vacunen antes a los taxistas y a los camareros -tengan la edad que tengan- que a los mayores y personas de riesgo, en esta España de la desolación se “reincorpora” la señora Maroto, y comienza, en mi opinión, larvadamente, la campaña de Semana Santa 2021 con desahogo y sin peineta. Se habla mucho, y con razón, de la presidenta de la castigadísima Comunidad de Madrid, pero está claro que no pertenece a una escuela exclusiva.

Y yo me pregunto: ¿no sería mejor que la ministra Maroto hiciera unas declaraciones distintas, basadas en la realidad, que nos contara la verdad; que nos diera cifras de la cantidad de personas que están no yendo a Paradores desde que terminó el “infectado verano español”; cifras de cuántas bajas y contagios se han producido y están produciendo entre la “gran familia de Paradores” a cambio de tan poco?


¿No sería más noble que nos dijera por qué no hace una gestión digna con los trabajadores y trabajadoras para que puedan seguir viviendo con la ayuda del Gobierno, de la empresa pública, es decir del dinero de todos, de donde también cobra ella y no poco, hasta que PARADORES pueda realmente ser seguro?

Pero cuando la llaman al orden por sus infumables declaraciones, matiza: "si se dan las condiciones de seguridad". Ah¡ Pero ¿quién decide en España las “condiciones de seguridad” en PARADORES? ¿De qué va de nuevo? ¿De poner al alcance de la mano mascarillas quirúrgicas para que vaya cogiendo la gente, d unnas mascarillas reutilizables con una "P" para trabajadores, de unas mamparitas en recepciones, de algo más de distancia, y litros de gel hidroalcohólico, y mucho, mucho, mucho  “cartelito”, dibujitos a gogó, demagógicas y eternas tarifas por los suelos para que “se animen” determinados colectivos tan diezmados como mal tratados, y para que viajen los propios empleados… si pudieran? No, por dios, eso ya ha demostrado ser espantoso en la hostelería y en España; reitero van más de 90.000 “muertes… no oficiales”.

Nací en Madrid, desde hace ya años muy a mi pesar ¡quién me lo iba a decir! Y también conocí muy bien la Asamblea de Diputados y Diputadas de mi tierra, de la que fue diputada la señora Maroto desde junio de 2015 a junio de 2018: ¡tres añazos!

No nos ofendan más, por favor. No nos asusten más, que ya lo estamos bastante con los políticos y políticas que estamos sufriendo. No nos proporcionen más “Viernes de Dolores” pero de verdad. Si no van a hacer otra cosa por nosotros, por lo menos háganlo en silencio como tantas otras cosas que, seguramente, no nos cuentan cuando no necesitan nuestro dinero. Que no tengamos que soportar el descaro y el desahogo de estas declaraciones ministriles multiplicadas en los informativos Y, por cierto, que tampoco tenga yo que volver a soporttar, que van dos veces, que alguien que, si no es preciso, prtefiero no mencionar, de la Dirección de Comunicación, Marca y Sostenibilidad de Paradores con bastante descaro, falta de ingenio, y sobra de oportunismo, me pida que retire un tuit o un comentario en Instagram  cuando, en el uso correcto y bien educado de la libertad de expresión expongo, un poco, solo un poco, de la verdad que conozco.

Siempre he sido una persona muy agradecida, y por tanto agradezco que entre las tropecientas ofertas-cebo que realizan sin cesar desde la Red pública, como no hemos ido a PARADORES desde hace casi un año (la última vez fue el 14 de febrero al Parador de Zamora pues ya vimos en el país lo que, al parecer, no ve la señora Maroto), como “Cliente Círculo” nos prorroguen gentilmente el uso de la Tarjeta un año.

Pero yo, además de una persona coherente, prudente, y que trata de hacer una gestión lo más ética posible de su vida, he querido siempre a quienes verdaderamente me hicieron entrar hace más de cincuenta años en PARADORES y con su trabajo y vidas me han incentivado a volver vez tras vez; los y las que están a pie de Parador con la que está cayendo y les está cayendo y lo que no está entrando, y lo que sí. Y considero que mientras la Ministra de Industria, Comercio y TURISMO, y quien se lo consienta gestione desde la lejanía así la terrible pandemia en España, lo mejor que puedo hacer por ellos y ellas, es devolver la Tarjeta Círculo hasta que se vaya, si sobrevivimos.

Escribiendo y viviendo esto, recuerdo con mucha tristeza por su pérdida temprana a mi canatautor de cabecera, Calos Cano, que el pasado día 28 de enero hubiera cumplido 75 años. Pero también con el alivio de saber que no ha visto en que ha quedado su lucha.



Todo esto que parece no querer comprender la señora Maroto, ya  lo sabía bien una gran artista española ya fallecida que en 1983 y ante una aglomeración peligrosa y tremenda en un momento importante de su vida, pidió públicamente por todos los medios (incluidos los públicos) alto y claro a los imprudentes y pocos reflexivos que intentaban entrar: "¡Si me queréis irse!" .

Pues eso, sin que ellos y ellas, pobres, muchísimos por menos de 800 euros al mes, me lo estén pidiendo, es lo que “yo escucho” ahora. 

Igual también tendría que “escucharlo” Doña Reyes Maroto Llera, si es que su intención no es solo “calentar el sillón”, como ponen en duda por ahí, y pensar más en el negocio que en la vida. Los negocios cuanto más respetuoso se es con las vidas humanas y la pandemia, son recuperables. Las vidas que desaparecen no. ¡Con lo que me quejo de los negacionistas¡, yo desconozco si esto es "negacionista" como dice el Dr. Cesar Carballo, Adjunto de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal, pero igual es algún tipo de "ceguera que aún no ha sido descubierta".

Y, en todo caso, ya puestos a hacer negocio, que se cohexione YA con el resto de su Gobierno para que antes de Semana Santa estémos todos vacunados, y muy especialmente, enfermos crónicos y personas de alto riesgo y vulnerables. Ese, por lo menos es un negocio para todos, y a todos nos beneficiaría. No solo a unos pocos y pocas.

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