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Aquello
que nos gustaba tanto a sus clientes de la “Calidad, Amabilidad, Leyenda”, que
luego, gestores políticos en la cúpula de la dirección de la Red han escondido
con otros escudos y otras estrafalarias denominaciones que, desde mi punto de
vista, hasta el momento no han hecho más que mermar precisamente el valor y la
realidad de aquellas tres míticas palabras. Y que con equivocada y despegada
gestión han dado lugar a algunas Navidades muy tristes, que yo he podido
compartir, pues el año 2009, cuando las ausencias de los seres queridos eran ya
muchas, decidimos no solo tener en cuenta a Paradores para nuestras vacaciones
de Navidad, sino también para celebrar nuestra nochebuena en sus Casas; en
definitiva las nuestras, y además no dejábamos de estar en familia.
Así
en 2009 lo hicimos en el Parador de Alarcón, en el de Plasencia en 2010, 2011
fue en Nerja, 2012 (la amarga navidad del ERE) en el de Córdoba, en Aigüablava en 2013 con nuestros queridos
amigos Ana y José Luís, y en 2015, las navidades últimas en Cádiz. El paréntesis
de 2014 cené en casa con mi querido Jesús recién salido, aún no sabemos cómo, deestar 17 días en una UCI entre la vida y la muerte, y un mes en el hospital,
debido a la mala praxis de un cirujano del que, al que, de momento, vamos a
seguir manteniendo en el anonimato.
Desde
entonces cualquier navidad que pase con Jesús será para estar muy contento. Pero,
al parecer esta Navidad podemos estar más contentos en relación con Paradores
que la pasada de 2015, pues gracias al tremendo esfuerzo de su plantilla en
todos sus estamentos en los establecimientos, a la fidelidad de sus clientes, y
a unas suculentas inyecciones de capital público, según nos dicen desde Paradores comienza a remontar la Casa.
Desesperanzado
en cuanto a que la “moqueta”, la cúpula directiva de la empresa pública se
despolitice y deje paso a que sean quienes realmente entienden y quieren a la
empresa sean quienes la puedan sacar adelante con el conocimiento y el cariño de
ella que poseen, ahora lo que necesitamos es que esta vez la dirección de “la bomboneradel turismo español” no le toque como “premio” a algo parecido a lo que hemos
tenido, y seguimos teniendo en esta última etapa, y que realmente se den cuenta
de que el conocimiento y la profesión están dentro de la Red, que no lo busquen
fuera, que no lo externalicen, que no lo desprecien, que lo respeten, que lo impulsen,
y que vuelva a poner en valor de verdad aquellas tres famosas y verdaderas palabras
que podemos leer a la puerta de sus preciosos establecimientos junto a otras
placas ininteligibles.
Es
decir que los políticos no vean Paradores como una suculenta fuente de ingresos
personales, sino que trabajen codo con codo con la plantilla, que se lo suden
con ella, para que el año 2017 sea próspero… pero de verdad también para su “gran
familia”, sus clientes y el país.
Nosotros,
en un gesto que trata de ser mágico, si la salud, últimamente tan baqueteada,
no lo impide, volveremos, con nuestros queridos amigos, a compartir mesa en el
Parador donde nos tragamos el ERE con el turrón, y lo que es peor ante las lágrimas
de algunos de sus trabajadores afectados por la injusticia y en una noche como
esa, ahora, que lo que sí es seguro es que determinados cambios acaecidos en
ese mismo Parador lo hacen aún más entrañable e ilusionante para nosotros de lo
que ya lo ha venido siendo siempre.
Muchas
gracias de todo corazón a cuantas trabajadoras y trabajadores, de cualquier
estamento, en los establecimientos de esta querida Red han mantenido abiertas
sus puertas con dignidad, Y esperemos que en un acopio de la misma, la nueva
directiva que urge en la cúpula de Paradores, sea este el último año que cierre
a cal y canto temporalmente a clientes y trabajadores las de algunos como por
ejemplo el de Vic Sau, Cervera de Pisuerga, etc.
(La foto de portada nos la hizo hace unos días Jesús Vegas, Jefe de Recepción del Parador de Cuenca, luego la hemos "navideado" nosotros).
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