(Reedición)
Es decir que cualquier cosa que yo
pueda deciros aquí sobre el es pálida, incapaz; el Parador de Arcos de la
Frontera es puramente Paradores, en lo mejor de su esencia, en lo mejor de la
Red, y eso solo se percibe cuando se está dentro, y solo cuando se está dentro
de Paradores como el de Arcos se sabe los que es ese lujo de la Historia de
España que se llama ¡PARADORES! Y que ha generado una forma de trabajar, una
forma de ser, una forma de estar, una familia hostelera, que la navidad pasada
me hizo pasar, no ellos sino su revés, una de las navidades más amargas de mivida.
A Encarna Serrano no se la puede
describir, hay que verla en acción… ¡y es mucha la acción! En mis sueños
imposibles, en ese juego tonto que, supongo alguna vez habremos hecho casi
todos de ¡Si yo fuera el que mandara más en la vida por un día! Yo pondría a
Encarna Serrano por ese día de presidenta de Paradores. No le haría falta más
para contagiar, para dejar marcadas las líneas maestras ¡maestras como ella! de
lo que debe ser Paradores, que no es ni más ¡ni menos! que lo que fue.
No
hay mejor ni peor cuando algo es incomparable, irrepetible, único...
Desde muy temprana edad me gusta el
ballet, el baile; el español, mal llamado flamenco, no tanto, pero cuando aún
no contaba veinte años, ver a Antonio, aquel mítico bailarín español sin parangón
en el mundo, dando preciosos, precisos, estudiados, inigualables saltos sobre
las casas blancas de Arcos de la Frontera, al compás nada menos que de la
música de D. Manuel de Falla, nacido a menos de 80 kilómetros, se escapa de
cualquier canon del baile para instalársele a uno en la memoria para siempre.
No dejéis de ver la filmación, existe, la dirigió Valerio Lazarov para la
Televisión Española.
Faltaban tres años para la muerte de
Franco y también a Antonio se le quedó en la memoria la grabación en Arcos para
toda su vida, pues perfeccionista, exigente e impaciente y ¿por qué no? divo,
como fue, en un momento de ella, en la Plaza del Cabildo, ante un
inconveniente, contrariado, soltó un “me c… en los clavos de Cristo”, fue
denunciado por un cabo de la policía municipal, le acusaron de blasfemo, y las
fuerzas vivas, vivamente religiosas al parecer, le mandaron a la mazmorra allí
mismo, hasta que Franco -de quien era bailarín predilecto- le indultó,
convirtiendo así la propia grabación, desde mi punto de vista, en algo más
truculento e irreal que la propia historia del corregidor y la molinera que
Antonio bailó como nadie. Estábamos en 1972, parece mentira pero no, fue así.
Bueno, ahora, en 2013, cuarenta y nueve años después también parecen mentira otras
cosas similares ¡Y vaya si son verdad!
Desde entonces, desde aquella
filmación en1972 de “El Sombrero de tres picos” en Arcos de la Frontera me
impactó la localidad, y quise ir a ella. Deberían pasar, a decir verdad, muchos
acontecimientos y muchos años en mi vida, hasta que el día de Navidad del año
pasado, 2012, me condujera mi querido Jesús, ascendiendo por sus estrechísimas calles,
empinadas, blanquísimas, hasta llegar a la Plaza del Cabildo donde,
precisamente, se encuentra una incomparable casa blanca, antigua Casa del
Corregidor, privilegiado balcón al Guadalete, que es nada menos que el PARADORDE TURISMO DE ARCOS DE LA FRONTERA, inaugurado en 1966, seis años antes de la blasfemia
antoniana.
No soy dado en absoluto a esas listas,
subjetivas siempre, interesadas desde luego, solamente “justificadas” en un
marketing para mi indeseable, de “los 10 primeros/mejores/brillantes, etc.
Paradores”.
PARADORES fue concebido, construido,
imaginado, creado de tal forma que su esencia se encuentra en la singularidad,
en lo incomparable, en lo privilegiado del emplazamiento, en lo único, en lo
que no podía hacer nadie más que no fuese el estado español. Y si hubiese
alguna duda de ello, no hay más que ir al Parador de Arcos y asomarse a sus
balcones…
No hay mejor ni peor cuando algo es
incomparable, irrepetible, único. PARADORES siempre ha llevado adjunta la
palabra “red”, que, además de para enredarme a mí y a muchos más para toda la
vida, significa conjunto inseparable. Están entrelazados unos con otros, de tal
forma que “el mejor o peor” lo hace la red junta, y si Andalucía brilla, por
ejemplo, sale el sol en Galicia, porque donde los usuarios, los clientes, los
amigos, los amantes… de Paradores queremos ir es a la RED DE PARADORES, completa,
no rota ni deshilachada ¡Coleccionarla, amarla! Y cuando cierran uno, por
ejemplo Puerto Lumbreras, cortan un trozo de la red y por ahí se escapa el
pescado, y se escapan los clientes, que aborrecemos que nos hagan heridas en la
Historia, en lo nuestro, en España.
Me resulta por tanto muy difícil
escribir lo que sigue, pero quiero dejarlo muy claro, pues muy oscuro lo vi las
Navidades pasadas. Tanto que por si no llegaba a ver el Parador de Arcos de la
Frontera en Cádiz en vida, cambié mi ruta navideña a última hora ante el miedo,
el terror que producían las noticias diarias emanadas de la Dirección de
Paradores, de que el Parador de Arcos de la Frontera podía a ser uno de los que
amenazaban con cerrar para siempre ¡Así como suena, cerrar Arcos!
No hacía falta haber ido para lo que
ya sabía, pero después de hacerlo, y después de haberme hecho prácticamente la
Red de Paradores completa desde agosto
de 2009, en una ruta que dejé interrumpida en 1987, podría decir que si me
pusieran un puñal a la espalda –de otra forma no suelo yo decir qué Parador me
gusta más o menos- para que declarara en qué lugar pondría yo en la Red de
Paradores de Turismo de España al de Arcos de la Frontera, y en mi vida, diría
que sin duda entre los cinco primeros. Y entre ellos, miles de dudas sobre en
qué lugar situarlo.
Precisamente por eso he tardado un año
entero en poder escribir este artículo, en poder ver estas fotos, porque la
sola sospecha de que alguna vez en mi vida, en lo que dure esta, no pudiera volver
a entrar en el Parador de Arcos, a ser acunado, envuelto, por todo lo que viví
en esos días de navidad pasados, me haría querer irme despegando de la Red por
no sufrir más, como me empeñé en no volverá querer a ninguna otra persona
cuando perdí a mi primera pareja, hace 26 años, hasta que apareció Jesús hace
dieciocho, de quien me resistí como gato panza arriba, hasta el momento que me
di cuenta de que era el único hombre sobre la tierra con el que quería volver a
Paradores ¡Y vaya si me devolvió a ellos!
Y fue Jesús por tanto quien me situó el
25 de diciembre pasado en la Plaza del Cabildo de Arcos de la Frontera.
Siempre he pensado que la Red de
Paradores debería elegir uno de ellos para, sin cerrarlo al público naturalmente,
hacer de el un Museo de Paradores. No me refiero a un Parador-Museo, que eso ya
está inventado, y muy bien por cierto, y me gusta mucho recorrerlos así. No, me
refiero a un lugar que fuera como el perfume, el extracto, la esencia, de todo
aquello que no hay palabras para describirlo; en el que las cafeteras, por
ejemplo, fuesen las de alguna época pasada, los uniformes fuesen variando para
hacer vivos los que ya no lo están, incluso las costumbres… donde los clientes,
los estudiosos, los amantes de Paradores, el público en general, pudiera
revivir, como una tarde en el teatro, PARADORES. Igual que la Casa Loewe, o
Dior, o Chanel hacen reediciones conmemorativas de sus fragancias míticas en tiradas
pequeñas, o Cola-Cao vuelve a presumir de su lata de posguerra…
Que un gran “director o directora de
escena” de esos que Paradores alberga tantos entre sus plantillas, incluso un
“doctor o doctora honoris causa” ya jubilados, recrease ese MUSEO PERMANENTE DE
DE PARADORES. Y siempre que lo sueño, que lo proyecto, tiene, invariablemente, dos
lugares posibles: El Parador Nacional de Gredos y el Parador Nacional de Arcos.
Si algún día alguien recoge la idea, me presto al atrezo de cliente sempiterno.
Y si es imposible elegir un Parador no
entre 100 sino entre 5 ¡Cómo podría elegir un solo miembro de su “gran
familia”! ¡He visto tantos por los que firmaría ya para que fuesen familia mía
de verdad! Pero sí estoy seguro de no equivocarme si, precisamente en el
Parador de Arcos de la Frontera elijo una trabajadora en representación de
todos; que al mirarla, al escucharla, al ver sus formas y maneras, al oírla
hablar del Parador, de la red, al presenciarla callar lo que, seguramente, le
gustaría decir, gritar probablemente, pero por respeto, por esa discreción que
les es común a los portadores de la “P” calla; a esa andaluza, lorquiana podría
decir, madre coraje para mí, esa “Bernarda Alba” de Paradores como yo la he
situado en mi escenografía vital, llamada Encarna Serrano.
Encarna es “bailenera”, no podría ser
de otro lugar para representar en mi geografía de Paradores lo que representa. Bailén
es cuna de ellos, y Encarna es esencia, perfume de todo aquella familia que por
edad no he podido llegar a conocer desde sus principios, pero que conozco
plenamente porque en Paradores todavía quedan muchas, muchos como ella, y
porque muchos de los que han legado
después, han sido “encarnados”, “alberguizados”, “paradorizados”.
Gracias Encarna, he tardado un año en
decírtelo, pero es que ha sido un año muy malo para Paradores y no me salía
porque me fui llorando de miedo de Arcos.
Llegados a este punto me siento tan
incapaz como al principio de poder transmitiros lo que es Arcos de la Frontera
como lugar, y como tierra de Paradores, como. Estoy completamente seguro de que
la visión de los videos que acompañan este artículo, nacido de mi cámara, por
tanto de mi visión personal, y de mi corazón, lo van a hacer mejor que mis
palabras, y a ello colabora definitivamente la música de D. Manuel de Falla
¡Seguro que vais a ir a Arcos si no los habéis hecho ya!
No quería despedirme sin escribir de
algo, que de alguna manera ya he apuntado antes, y que he visto escrito estos
días de atrás en la prensa:
“Paradores
de Turismo acometerá en breve la división de los 94 hoteles que posee en España
en dos categorías. Solo 27 serán de primera, y los 67 restantes, de segunda..” (http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2013/11/17/solo-baiona-hostal-santo-estevo-seran-paradores-primera/0003_201311G17P12991.htm)
Recordé una canción de cuando iba de
excursión, de niño, comenzaba así, y voy a permitirme añadir Parador a
conductor:
“Para ser conductor (Parador) de
primera
Acelera, acelera.
Para ser conductor (Parador) de
segunda
Ten cuidado con las curvas…”
Realmente no nos termina de encajar la
cancioncilla como banda sonora de la noticia, pues si a Paradores se les
aplican las curvas, generalmente, cuanto más curvas, al final de ellas, nos
encontramos con un establecimiento más incomparable, de categoría única, en un
lugar privilegiado e irrepetible como, queda dicho, es Arcos de la Frontera,
por ejemplo.
Si existe una palabra, un calificativo
que jamás en mi vida pondría a continuación de un Parador es…”de segunda”. Eso
vale para el futbol, o para los chorizos (embutidos digo), pero Paradores
nacieron de primera, y de primera llevan ochenta y cinco años siendo, (ahora tratan
de conmemorarlos), y no me refiero al lujo, que tampoco les falta, sino a su
irrepetibilidad, a su singularidad, a su incomparabilidad, y su leyenda.
Según apunta la noticia ¿debemos
entender, por ejemplo, que el Monasterio de San Vicente Do Pino, Parador deMonforte, o la Torre del Homenaje Parador de Vilalba, son “de segunda”, por no
mencionar otros como el de Arcos de la Frontera? ¡Por dios!
Yo opino al contrario del sentido de
la noticia (que espero no sea más que una confusión, un despiste, un bulo), que
si en vez de “empujar” a los 27 que ya son, al parecer, “super”, si en vez de
construir –y no seré yo precisamente quien no desee que “mi red” se amplíe,
pero quizá no es el momento- macro paradores, o establecimientos nuevos que, en
ocasiones, existen problemas hasta parta amueblarlos; si en lugar de ir tras la
franquicias en ellos, o las externalizaciones indeseables, en la Red de
Paradores de Turismo, en España, quienes deban hacerlo, invierten esos
capitales en Paradores que ya están construidos, muchos, preciosos,
irrepetibles, míticos, como, por ejemplo los de Arcos de la Frontera, Olite o
Tortosa, pongo por caso, u otros a los
que les hace tanta falta ese “empujón”, esa inversión, acabaríamos teniendo una
Red trenzada, sólida y duradera, sin agujeros…
Y de paso no nos convertirían a los
usuarios en “de primera” o “de segunda”, según donde queramos, o podamos ir y
lo que tengamos que soportar.
Y a los trabajadores tres cuartos de
los mismo. Todos han sido formados para atender lo mismo, homologada mente, en
red. Todos tienen los mismos requerimientos, pero unos a “primera” y otros a
“segunda”… y sin poder ascender ¡Hombre, por favor! Debe de estar equivocada la prensa sin duda.
No olvidemos que los clientes, y los
trabajadores somos el pasado, el presente y el futuro de Paradores. También la
oportunidad de que cada cuatro años vayan pasando por su máxima dirección una
serie de personas que dese luego no pueden marcharse con quejas de lo que han
obtenido en sus espléndidamente remunerados puestos, y de los que sería tan
deseable que estuvieran desvinculados de la política de turno.
Lo que me intranquiliza es el tufillo
que tiene la cosa a “gobierno de España” actual, donde, ya es sabido que en
educación si tienes dinero sigues en primera y te siguen ayudando, y si no ¡a
la cuneta! O en la sanidad, si te la puedes pagar ¡susto! y si no ¡muerte! O
eso otro que decía en el Parlamento aquella "hija ilustre" sobre losparados: “!Que se j….”!
Recuerdo de cuando niño la palizas que
me daba a estudiar porque a los “super” nos ponían en la primera fila (y yo ya era
bajo y veía mejor la pizarra ahí), y los que no a la cola, a segunda, y aún
había algo peor, a algunos les ponían orejas de burro ¡Menos mal que de eso no
habla la noticia de Paradores, que espero no sea cierta, sinceramente.
Por eso decía antes. Por estas
confusiones no suelo yo participar en votaciones como la reciente de “Los
Platos estrella de Paradores”, y muy al contrario opto por todos, y trato de
probar todos, porque es fácil siempre que se elija algo como “de primera” mandar
a todo lo demás que no sea eso a “segunda”.
Y lo que sería peor, que no fuese más
que el principio de dejar morir a los segundos, y convertir la Red en una redecilla rota, vieja,
agujereada ¡Decididamente no sería esta una buena celebración de los 85 años de
Paradores! Sería errático, un “tente mientras cobro” como decía mi madre; un
“pan para hoy y hambre para mañana” como decía mi abuelo.
Lo dicho, NO HAY MEJOR NI PEOR CUANDO
ALGO ES INCOMPARABLE, IRREPETIBLE, ÚNICO... ¡Como PARADORES! Como el Parador de
Arcos de la Frontera.
Espero y deseo que esta sí sea una ¡FELIZ
NAVIDAD¡
o - o - 0 - o - o
(Dedicado
a Encarna Serrano, a todo el personal de Paradores, y muy especialmente a quienes el ERE ha dejado fuera de la Casa pero nunca de nuestras
navidades, nuestras vidas, nuestro agradecimiento)

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