LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

sábado, 21 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD EN EL PARADOR DE ARCOS DE LA FRONTERA; ¡ENCARNADAMENTE PARADORES!

(Reedición)

No hay mejor ni peor cuando algo es incomparable, irrepetible, único...

Desde muy temprana edad me gusta el ballet, el baile; el español, mal llamado flamenco, no tanto, pero cuando aún no contaba veinte años, ver a Antonio, aquel mítico bailarín español sin parangón en el mundo, dando preciosos, precisos, estudiados, inigualables saltos sobre las casas blancas de Arcos de la Frontera, al compás nada menos que de la música de D. Manuel de Falla, nacido a menos de 80 kilómetros, se escapa de cualquier canon del baile para instalársele a uno en la memoria para siempre. No dejéis de ver la filmación, existe, la dirigió Valerio Lazarov para la Televisión Española.
 
Faltaban tres años para la muerte de Franco y también a Antonio se le quedó en la memoria la grabación en Arcos para toda su vida, pues perfeccionista, exigente e impaciente y ¿por qué no? divo, como fue, en un momento de ella, en la Plaza del Cabildo, ante un inconveniente, contrariado, soltó un “me c… en los clavos de Cristo”, fue denunciado por un cabo de la policía municipal, le acusaron de blasfemo, y las fuerzas vivas, vivamente religiosas al parecer, le mandaron a la mazmorra allí mismo, hasta que Franco -de quien era bailarín predilecto- le indultó, convirtiendo así la propia grabación, desde mi punto de vista, en algo más truculento e irreal que la propia historia del corregidor y la molinera que Antonio bailó como nadie. Estábamos en 1972, parece mentira pero no, fue así. Bueno, ahora, en 2013, cuarenta y nueve años después también parecen mentira otras cosas similares ¡Y vaya si son verdad!
Desde entonces, desde aquella filmación en1972 de “El Sombrero de tres picos” en Arcos de la Frontera me impactó la localidad, y quise ir a ella. Deberían pasar, a decir verdad, muchos acontecimientos y muchos años en mi vida, hasta que el día de Navidad del año pasado, 2012, me condujera mi querido Jesús, ascendiendo por sus estrechísimas calles, empinadas, blanquísimas, hasta llegar a la Plaza del Cabildo donde, precisamente, se encuentra una incomparable casa blanca, antigua Casa del Corregidor, privilegiado balcón al Guadalete, que es nada menos que el PARADORDE TURISMO DE ARCOS DE LA FRONTERA, inaugurado en 1966, seis años antes de la blasfemia antoniana.
No soy dado en absoluto a esas listas, subjetivas siempre, interesadas desde luego, solamente “justificadas” en un marketing para mi indeseable, de “los 10 primeros/mejores/brillantes, etc. Paradores”.
PARADORES fue concebido, construido, imaginado, creado de tal forma que su esencia se encuentra en la singularidad, en lo incomparable, en lo privilegiado del emplazamiento, en lo único, en lo que no podía hacer nadie más que no fuese el estado español. Y si hubiese alguna duda de ello, no hay más que ir al Parador de Arcos y asomarse a sus balcones…
No hay mejor ni peor cuando algo es incomparable, irrepetible, único. PARADORES siempre ha llevado adjunta la palabra “red”, que, además de para enredarme a mí y a muchos más para toda la vida, significa conjunto inseparable. Están entrelazados unos con otros, de tal forma que “el mejor o peor” lo hace la red junta, y si Andalucía brilla, por ejemplo, sale el sol en Galicia, porque donde los usuarios, los clientes, los amigos, los amantes… de Paradores queremos ir es a la RED DE PARADORES, completa, no rota ni deshilachada ¡Coleccionarla, amarla! Y cuando cierran uno, por ejemplo Puerto Lumbreras, cortan un trozo de la red y por ahí se escapa el pescado, y se escapan los clientes, que aborrecemos que nos hagan heridas en la Historia, en lo nuestro, en España.
Me resulta por tanto muy difícil escribir lo que sigue, pero quiero dejarlo muy claro, pues muy oscuro lo vi las Navidades pasadas. Tanto que por si no llegaba a ver el Parador de Arcos de la Frontera en Cádiz en vida, cambié mi ruta navideña a última hora ante el miedo, el terror que producían las noticias diarias emanadas de la Dirección de Paradores, de que el Parador de Arcos de la Frontera podía a ser uno de los que amenazaban con cerrar para siempre ¡Así como suena, cerrar Arcos!
No hacía falta haber ido para lo que ya sabía, pero después de hacerlo, y después de haberme hecho prácticamente la Red de Paradores completa  desde agosto de 2009, en una ruta que dejé interrumpida en 1987, podría decir que si me pusieran un puñal a la espalda –de otra forma no suelo yo decir qué Parador me gusta más o menos- para que declarara en qué lugar pondría yo en la Red de Paradores de Turismo de España al de Arcos de la Frontera, y en mi vida, diría que sin duda entre los cinco primeros. Y entre ellos, miles de dudas sobre en qué lugar situarlo.
Es decir que cualquier cosa que yo pueda deciros aquí sobre el es pálida, incapaz; el Parador de Arcos de la Frontera es puramente Paradores, en lo mejor de su esencia, en lo mejor de la Red, y eso solo se percibe cuando se está dentro, y solo cuando se está dentro de Paradores como el de Arcos se sabe los que es ese lujo de la Historia de España que se llama ¡PARADORES! Y que ha generado una forma de trabajar, una forma de ser, una forma de estar, una familia hostelera, que la navidad pasada me hizo pasar, no ellos sino su revés, una de las navidades más amargas de mivida.
Precisamente por eso he tardado un año entero en poder escribir este artículo, en poder ver estas fotos, porque la sola sospecha de que alguna vez en mi vida, en lo que dure esta, no pudiera volver a entrar en el Parador de Arcos, a ser acunado, envuelto, por todo lo que viví en esos días de navidad pasados, me haría querer irme despegando de la Red por no sufrir más, como me empeñé en no volverá querer a ninguna otra persona cuando perdí a mi primera pareja, hace 26 años, hasta que apareció Jesús hace dieciocho, de quien me resistí como gato panza arriba, hasta el momento que me di cuenta de que era el único hombre sobre la tierra con el que quería volver a Paradores ¡Y vaya si me devolvió a ellos!
Y fue Jesús por tanto quien me situó el 25 de diciembre pasado en la Plaza del Cabildo de Arcos de la Frontera.
Siempre he pensado que la Red de Paradores debería elegir uno de ellos para, sin cerrarlo al público naturalmente, hacer de el un Museo de Paradores. No me refiero a un Parador-Museo, que eso ya está inventado, y muy bien por cierto, y me gusta mucho recorrerlos así. No, me refiero a un lugar que fuera como el perfume, el extracto, la esencia, de todo aquello que no hay palabras para describirlo; en el que las cafeteras, por ejemplo, fuesen las de alguna época pasada, los uniformes fuesen variando para hacer vivos los que ya no lo están, incluso las costumbres… donde los clientes, los estudiosos, los amantes de Paradores, el público en general, pudiera revivir, como una tarde en el teatro, PARADORES. Igual que la Casa Loewe, o Dior, o Chanel hacen reediciones conmemorativas de sus fragancias míticas en tiradas pequeñas, o Cola-Cao vuelve a presumir de su lata de posguerra…
Que un gran “director o directora de escena” de esos que Paradores alberga tantos entre sus plantillas, incluso un “doctor o doctora honoris causa” ya jubilados, recrease ese MUSEO PERMANENTE DE DE PARADORES. Y siempre que lo sueño, que lo proyecto, tiene, invariablemente, dos lugares posibles: El Parador Nacional de Gredos y el Parador Nacional de Arcos. Si algún día alguien recoge la idea, me presto al atrezo de cliente sempiterno.
Y si es imposible elegir un Parador no entre 100 sino entre 5 ¡Cómo podría elegir un solo miembro de su “gran familia”! ¡He visto tantos por los que firmaría ya para que fuesen familia mía de verdad! Pero sí estoy seguro de no equivocarme si, precisamente en el Parador de Arcos de la Frontera elijo una trabajadora en representación de todos; que al mirarla, al escucharla, al ver sus formas y maneras, al oírla hablar del Parador, de la red, al presenciarla callar lo que, seguramente, le gustaría decir, gritar probablemente, pero por respeto, por esa discreción que les es común a los portadores de la “P” calla; a esa andaluza, lorquiana podría decir, madre coraje para mí, esa “Bernarda Alba” de Paradores como yo la he situado en mi escenografía vital, llamada Encarna Serrano.
Encarna es “bailenera”, no podría ser de otro lugar para representar en mi geografía de Paradores lo que representa. Bailén es cuna de ellos, y Encarna es esencia, perfume de todo aquella familia que por edad no he podido llegar a conocer desde sus principios, pero que conozco plenamente porque en Paradores todavía quedan muchas, muchos como ella, y porque  muchos de los que han legado después, han sido “encarnados”, “alberguizados”, “paradorizados”.
A Encarna Serrano no se la puede describir, hay que verla en acción… ¡y es mucha la acción! En mis sueños imposibles, en ese juego tonto que, supongo alguna vez habremos hecho casi todos de ¡Si yo fuera el que mandara más en la vida por un día! Yo pondría a Encarna Serrano por ese día de presidenta de Paradores. No le haría falta más para contagiar, para dejar marcadas las líneas maestras ¡maestras como ella! de lo que debe ser Paradores, que no es ni más ¡ni menos! que lo que fue.
Gracias Encarna, he tardado un año en decírtelo, pero es que ha sido un año muy malo para Paradores y no me salía porque me fui llorando de miedo de Arcos.
Llegados a este punto me siento tan incapaz como al principio de poder transmitiros lo que es Arcos de la Frontera como lugar, y como tierra de Paradores, como. Estoy completamente seguro de que la visión de los videos que acompañan este artículo, nacido de mi cámara, por tanto de mi visión personal, y de mi corazón, lo van a hacer mejor que mis palabras, y a ello colabora definitivamente la música de D. Manuel de Falla ¡Seguro que vais a ir a Arcos si no los habéis hecho ya!
No quería despedirme sin escribir de algo, que de alguna manera ya he apuntado antes, y que he visto escrito estos días de atrás en la prensa:
Paradores de Turismo acometerá en breve la división de los 94 hoteles que posee en España en dos categorías. Solo 27 serán de primera, y los 67 restantes, de segunda..” (http://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2013/11/17/solo-baiona-hostal-santo-estevo-seran-paradores-primera/0003_201311G17P12991.htm)
Recordé una canción de cuando iba de excursión, de niño, comenzaba así, y voy a permitirme añadir Parador a conductor:
“Para ser conductor (Parador) de primera
Acelera, acelera.
Para ser conductor (Parador) de segunda
Ten cuidado con las curvas…”
Realmente no nos termina de encajar la cancioncilla como banda sonora de la noticia, pues si a Paradores se les aplican las curvas, generalmente, cuanto más curvas, al final de ellas, nos encontramos con un establecimiento más incomparable, de categoría única, en un lugar privilegiado e irrepetible como, queda dicho, es Arcos de la Frontera, por ejemplo.
Si existe una palabra, un calificativo que jamás en mi vida pondría a continuación de un Parador es…”de segunda”. Eso vale para el futbol, o para los chorizos (embutidos digo), pero Paradores nacieron de primera, y de primera llevan ochenta y cinco años siendo, (ahora tratan de conmemorarlos), y no me refiero al lujo, que tampoco les falta, sino a su irrepetibilidad, a su singularidad, a su incomparabilidad, y su leyenda.
Según apunta la noticia ¿debemos entender, por ejemplo, que el Monasterio de San Vicente Do Pino, Parador deMonforte, o la Torre del Homenaje Parador de Vilalba, son “de segunda”, por no mencionar otros como el de Arcos de la Frontera? ¡Por dios!
Yo opino al contrario del sentido de la noticia (que espero no sea más que una confusión, un despiste, un bulo), que si en vez de “empujar” a los 27 que ya son, al parecer, “super”, si en vez de construir –y no seré yo precisamente quien no desee que “mi red” se amplíe, pero quizá no es el momento- macro paradores, o establecimientos nuevos que, en ocasiones, existen problemas hasta parta amueblarlos; si en lugar de ir tras la franquicias en ellos, o las externalizaciones indeseables, en la Red de Paradores de Turismo, en España, quienes deban hacerlo, invierten esos capitales en Paradores que ya están construidos, muchos, preciosos, irrepetibles, míticos, como, por ejemplo los de Arcos de la Frontera, Olite o Tortosa, pongo por caso, u  otros a los que les hace tanta falta ese “empujón”, esa inversión, acabaríamos teniendo una Red trenzada, sólida y duradera, sin agujeros…
Y de paso no nos convertirían a los usuarios en “de primera” o “de segunda”, según donde queramos, o podamos ir y lo que tengamos que soportar.
Y a los trabajadores tres cuartos de los mismo. Todos han sido formados para atender lo mismo, homologada mente, en red. Todos tienen los mismos requerimientos, pero unos a “primera” y otros a “segunda”… y sin poder ascender ¡Hombre, por favor! Debe de estar equivocada la prensa sin duda.
No olvidemos que los clientes, y los trabajadores somos el pasado, el presente y el futuro de Paradores. También la oportunidad de que cada cuatro años vayan pasando por su máxima dirección una serie de personas que dese luego no pueden marcharse con quejas de lo que han obtenido en sus espléndidamente remunerados puestos, y de los que sería tan deseable que estuvieran desvinculados de la política de turno.
Lo que me intranquiliza es el tufillo que tiene la cosa a “gobierno de España” actual, donde, ya es sabido que en educación si tienes dinero sigues en primera y te siguen ayudando, y si no ¡a la cuneta! O en la sanidad, si te la puedes pagar ¡susto! y si no ¡muerte! O eso otro que decía en el Parlamento aquella "hija ilustre" sobre losparados:  “!Que se j….”!
Recuerdo de cuando niño la palizas que me daba a estudiar porque a los “super” nos ponían en la primera fila (y yo ya era bajo y veía mejor la pizarra ahí), y los que no a la cola, a segunda, y aún había algo peor, a algunos les ponían orejas de burro ¡Menos mal que de eso no habla la noticia de Paradores, que espero no sea cierta, sinceramente.
Por eso decía antes. Por estas confusiones no suelo yo participar en votaciones como la reciente de “Los Platos estrella de Paradores”, y muy al contrario opto por todos, y trato de probar todos, porque es fácil siempre que se elija algo como “de primera” mandar a todo lo demás que no sea eso a “segunda”.
Y lo que sería peor, que no fuese más que el principio de dejar morir a los segundos, y convertir  la Red en una redecilla rota, vieja, agujereada ¡Decididamente no sería esta una buena celebración de los 85 años de Paradores! Sería errático, un “tente mientras cobro” como decía mi madre; un “pan para hoy y hambre para mañana” como decía mi abuelo.
Lo dicho, NO HAY MEJOR NI PEOR CUANDO ALGO ES INCOMPARABLE, IRREPETIBLE, ÚNICO... ¡Como PARADORES! Como el Parador de Arcos de la Frontera.
Espero y deseo que esta sí sea una ¡FELIZ NAVIDAD¡

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(Dedicado a Encarna Serrano, a todo el personal de Paradores, y muy especialmente a quienes el ERE ha dejado fuera de la Casa pero nunca de nuestras navidades, nuestras vidas, nuestro agradecimiento)
 







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