De niño fui a unas colonias en Ávila para párvulos delgaduchos.
Volviendo de bañarnos en el río, vi en la puerta de una Casa preciosa, una armadura que me asustó y me atrajo. Me quedé embobado mirándola.
Me contó mi maestro qué Palacio era, le llamó Parador. Nació en mi una ilusión. Desde entonces soy amigo íntimo de la armadura de la entrada, me hago llamar "raimundo de borgoña", vivo enamorado de ese tesoro español llamado "PARADORES", y para compartirlos con vosotros estoy aquí...
LA GRAN FAMILIA
lunes, 8 de septiembre de 2014
MENÚS “ESTRELLADOS” EN PARADORES, O DESAGUISADO EN LA COCINA…
“Hoy
quiero homenajear a unos compañeros muy especiales. Ellos son los trabajadores
de Paradores Nacionales de Turismo, a todos aquellos con los que compartí
trabajo al igual que mucha diversión por toda la amplia y fantástica geografía
española allá por la década de los 70-80…
Mi incorporación a tan importante Red hotelera
tuvo lugar un 16 de septiembre de 1973, por lo que este año serán 40 de los 54
que cumpliré una semana antes, los años que llevaré cotizados. Cuarenta años
cotizando para que como me descuide tenga que abonar una “tirita” que necesite
en Urgencias...
Llegado
el momento, a diferencia de la actualidad que se ingresa directamente en una
Escuela de Hostelería y tras un periodo de tiempo se sale con la titulación de
Ayudante de Cocina, en la Red de Paradores Nacionales cuando el Jefe de Cocina
-no el Chef, ya que por esos entonces no estábamos tan “extranjerizados”-
consideraba a un pinche de cocina lo suficientemente preparado, este era
enviado al desaparecido Albergue Escuela de La Bañeza en León, allí durante
seis meses en grupos de 16 cocineros y otras tantas Camareras, éramos
preparados, perfeccionados para continuar nuestra carrera en la Red de la mano
de un experto Jefe de Cocina llamado Luís Benavides Monje, el cual una vez
cerrado el Albergue Escuela pasó a prestar sus servicios en el Parador de
Segovia y ahí le perdí la pista…
Muchos
amigos, muchos compañeros, con los que aún mantengo relación, muchos de ellos
Jefes de Cocina en importantes establecimientos de esta prestigiosa Red que en
la actualidad, como tantas otros Patrimonios, quieren en parte fulminar…
Suerte
para todos estos trabajadores que empezaron siendo niños en esta prestigiosa
Red de Paradores Nacionales de España, dieron su vida y su juventud trabajando
y hoy por motivos que todos sabemos, los mismos de siempre, algunos puedan
verse donde muchos de los que ordenan y disponen deberían verse.”
(José Cisneros, en su blog “De catafalco y oro”)
Cocineros de la Red de Paradores.Promoción de 1978
MENÚS
“ESTRELLADOS” EN PARADORES, O DESAGUISADO EN LA COCINA…
Opino
que para que a uno le guste algo, basta con probarlo, pero para llegarlo a
amar, como a mí me ha sucedido con la Gastronomía de PARADORES, y con la “gran
familia” que a lo largo de los tiempos se ha dedicado a ella, es preciso
conocerlo un poco más en profundidad. Y eso es lo que, humildemente, he
intentado desde hace ya bastante tiempo.
Igual
me ocurre al comenzar a escribir un artículo sobre lo que amo;
independientemente de que conozca lo que siento y deseo expresar me pongo en
duda, y trato de documentarme por si, con suerte, encuentro algo que me
contradiga, y deba reflexionarlo de nuevo, e incluso me haga desestimar la
idea.
En
esta actitud, antes de ponerme a escribir este artículo que quería hacer desde
que leí aquella noticia del Menú público-privado de Paradores de “El Greco”,
pero que esperé a ver si “la cosa” se arreglaba, me he adentrado por la red (en
este caso no la de Paradores), y entre otras cosas, he encontrado el blog de un
hombre, un cocinero, José Cisneros, en el que cuida su gran pasión (y dedicación
en este tiempo), la tauromaquia; y evoca otra gran pasión: el recuerdo y
homenaje a su “otra familia”, la de PARADORES, y me he permitido extraer para
el prólogo de mi artículo, algunas frases de su “post” “Paradores Nacionales; Mi
otra familia” (http://decatafalcoyoro.blogspot.com.es/2013/01/normal-0-21-false-false-false-es-x-none_6.html),
así como compartir alguna de las fotos que ilustran este artículo que comienzo
donde el lo deja: “Muchos amigos, muchos
compañeros, con los que aún mantengo relación, muchos de ellos Jefes de Cocina
en importantes establecimientos de esta prestigiosa Red que en la actualidad…
quieren en parte fulminar.”
Plantilla del Parador Año 1974. José Cismeros en el centro.
Y así ha sido. De mi relación en el pasado con
PARADORES, aquel espectáculo gastronómico español, uno de los más sólidos
pilares en los que se sustentaba la Red, que dejaba anonadados a nacionales y
extranjeros; de mi exhaustivo paso por la práctica totalidad de los Comedores
Restaurantes de la Casa (tengo los canarios en el corazón, pendiente de
sentarme en ellos lo antes posible), y la repetición de no pocos, desde el mes
de agosto de 2009 hasta el último, hace unas semanas en Ávila; y con la llegada
de esa nueva dirección de PARADORES que amparada por sus mentores del PP,
desembarcó en la Red en el mes de febrero de 2012, he podido ir asistiendo a
ese acoso y derribo feroz, a ese empobrecimiento, incluso ese espolvoreo de
“caspa y casta”, que han acometido con la que para mí y para muchísimos otros
venía siendo la mejor gastronomía de España, y una de las mejores del mundo. Y desde
luego la que contaba, y aunque diezmados, mal tratados, aún cuenta) con la
plantilla más numerosa, brillante y profesionalizada de la gastronomía mundial.
Pero,
al parecer (yo es que no termino de entender este catecismo neoliberal,
neoconservador, neocom, que no comparto claro; a la vista están sus resultados)
había que destrozarla, hundirla, humillarla; y con ella a sus profesionales, y
¿por qué no? desfidelizar, ningunear, horrorizar, echar, a parte de los
clientes de la más prestigiosa Red pública hostelera del mundo, que venía
haciendo a España marca de calidad en el mismo.
Señoras Alarcú y Cospedal presentando sus "megamenús"
Y,
eso sí, convertir la Red de PARADORES en PARABODAS. Supongo que con el regocijo
del ex cardenal Roucco Varela, que ansiaba también el milagro de ver a toda
España casada. Convertir muchos de los salones de los castillo, los Palacios,
los Conventos, etc. en una prolongación de aquellos otros privados, que no sé
ya si existen, que hemos conocido casi todos, en los que sus camareros se
disfrazaban de algo, tocaban las fanfarrias y bajaban las tartas del techo, o
los más aguerridos de ellos, a la voz de ya y palmada del jefe de comedor
entraban en tropel (bueno en PARADORES, en tropel, ya no puede ser, los ha
echado esta última Dirección) con el cordero humeando en las cazuelas de barro.
No
he visto jamás más destrozo hostelero en menos tiempo. Aún no habían puesto las
posaderas en la suculenta poltrona, y ya perpetraban un ERE y un ERTE, que,
además de contra los trabajadores y trabajadoras de derechos consolidados, en
pisos, comedores, etc. iban como dardos dirigidos contra las prestigiosas e
históricas Cocinas de la Red de Paradores de Turismo de España.
Era
lógico, pues es el paso siguiente fue poner el candado, cerrar, chapar como
dicen ahora, no pocos Restaurantes Comedores de la mundialmente prestigiosa
Red, y dejar en la más triste de las soledades a uno o dos cocineros,
desasistidos en su mayoría, para preparar uno empobrecidos y exiguos menús, que
en la jerga de lo “guay” decidieron llamar “propuestas”, y que si no fuese
porque no cuentan entre los exiguos platos con tan inolvidable leguminosa, yo
llamaría ¡lentejas, o las coges o las dejas!
Leí
hace algún tiempo en “La Voz de Vigo” que Ángeles Alarcó Canosa, la exmujer del
ex vicepresidente de Aznar, Rodrigo Rato, que desde febrero de 2012 ostenta el
cargo de Presidenta y consejera delegada de Paradores de Turismo de España, es
de Lugo, y que continúa vinculada a
Viveiro en períodos vacacionales, y que es nieta de Ramón Canosa, que fue ministro
del Tribunal de Cuentas, etc. Y pensé si es que le habría quedado alguna cuenta
sin saldar con los Paradores de su tierra, alguna rabia, alguna manía, cuando
les impuso, o dejó que les impusieran, la propuesta “Enxebre”.
A
unos Paradores excelentes que realmente eran “enxebres” pero por ellos mismo, y
su personal, les cerró los comedores, los quiso convertir en una especie de
“taberna”, fracasada, pues ahora no son ni “chicha ni limoná”, quitaron los
manteles de las mesas, y empezaron a servir pulpo y paratas, y poco más. Rico,
pues sigue siendo hecho por trabajadores de Paradores, pero indigno de la
historia de la Cocina más grande España, indigno para unos profesionales formados
espléndidamente para la misma, que se ven obligado a cortar empanada todo el
día, y poco más.
Además
de para la profesión y para la Red de Paradores, también resulta indigno para
unos clientes que llevan amando y respetando su patrimonio desde 1928. Clientes
que si pasan más de dos días en uno de los Paradores que tanto cuidase el
correligionario y paisano de la señora Alarcó, señor Fraga Iribarne (que, a diferencia de
ella, tanto cuidó Paradores), o pretende hacer una ruta por ellos, acaba del
sota, caballo y pulpo hasta las madreñas. Por tanto eligen otros
establecimientos, o, en algunos casos que conozco muy bien, se ponen de acuerdo
con el pseudocomedor, o la psudotaberna, para que se hagan con alguna merluza,
etc. y les levanten el castigo.
El
“Enxebre” es una solución excelente para los dos Paradores gallegos que, además
de unos comedores magníficos, como son los de Baiona y Santiago, cuentan con
esa otra posibilidad, pero no como “Enxebre” a la fuerza a toda hora. Esto fomenta
esta terrible desigualdad, este agravio, al que esta nefasta Dirección de
Paradores actual, sin duda la peor de la época moderna, ha sometido a muchos
establecimientos ¡Para unos “premium” y para otros “castigum” ¡Nada más lejos
de una Red coherente, unida y cohesionada! Pero claro es que no parece eso lo
que esta perjudicial Dirección ha venido pretendiendo, sino algo que saben
hacer mucho mejor: ¡Divide y vencerás!
En
otros Paradores no gallegos (y en alguno gallego como el Ferrol), pero también
perjudicados, ni tan siquiera han “propuesto” el “Enxebre”, sino que uno va a
ellos, y en el mejor de los casos, el Comedor que presuponía por la información
cerrado, está abierto, pero eso sí, con un camarero o camarera al borde del
colapso, ayudando al único cocinero que existe en la cocina, y algún contratado
(de los que, en teoría, no podrían hacerse después del ERE) de cuatro horas,
que tiene que estar cuatrocientas por solidaridad con sus compañeros. ¡Ya
sabemos, cuestión de flexibilidad! Yo la aprendí en tiempos de Franco.
Empanada de la "Propuesta Enxebre"
Pues
bien, en este desolador marco, nos encontramos un buen día del pasado mes de
febrero en el Parador de Sigüenza (uno de sus feudos) a la omnipresente (y
parece que de momento, y si no ya se encargará ella, omnipotente) doña María
Dolores de Cospedal, acompañada de su correligionaria señora Alarcó, presidenta
de Paradores, intentándonos colocar un “megamenu” de no sé cuantos platos que
llamaban “Menú del Greco en Paradores”, pero que había sido hecho por “chefs”
de restaurantes toledanos, totalmente ajenos a la Red pública de Paradores de
España; bueno creo que la tapa del menú (una croqueta, rica imagino, pero
croqueta), supongo que por aquello de tapar con la tapa, había sido encargada a uno de los nuestros, de
los de Paradores.
Y
unos meses más tarde nos vuelven a sorprender, esta vez por Galicia (justo la
tierra de los Paradores castigados con la propuesta “Enxebre”) con el peregrino
“Menú del Peregrino” de Paradores. Otro
eufemismo con una extensísima lista de platos, de esas que son prácticamente imposible acabar
sin un hartazgo cerca de las “urgencias” de algún hospital (otro peligro ahora)
que te haga despreciar la comida para años; realizada, eso sí, por “ocho chefs
de restaurantes estrellas de Michelín” totalmente ajenos a Paradores;
naturalmente a excepción de la tapa encargada a un Jefe de Cocina de Paradores
que les gana en estrellas de verdad a todos. La tapa ¡ya saben!
O
sea, llego como llego, arraso con las cocinas, hecho a los cocineros, cierro
los comedores, y después pago (supongo que cantidades muy importantes) a
profesionales del papel cuché del “mundo ratatouille” privado, para que “creen”
unos menús para PARADORES, que para más escarnio, una vez “entregados” deben de
hacer los cocineros y cocineras de PARADORES en las cocinas casi vacías de PARADORES
¿Cómo se les queda el cuerpo? A mi como si me hubiese comido uno de esos dos menús
estrellados en Paradores que no he probado ni pienso hacerlo jamás: ¡Harto! ¡Al
borde del vómito!
Y
llegados a este punto, hay más: Los famosos “menús estrellado-privatizados” no
crean ustedes que se pueden pedir en los 94 Paradores de la Red ¡Quiá! Sólo en
los que la alta Dirección decide, y además con más agravio, si cabe, ya que en
todos los Paradores no cuestan lo mismo. Si el Parador es de más “campanillas”
y tienen más medios, te cuesta más, y si es un “Parador pobre” o empobrecido
por esta gente, de los olvidados de Paradores vamos, te cuesta menos. Eso sí la
calidad de la materia prima tiene que ser la misma. Es decir, una vez más,
¡leña al pobre! En este caso al Parador.
Comedor cerrado del Parador de Trujillo
Resultado;
pues un fracaso de menús que no he visto pedir en ningún Parador de los que he
estado y lo tenían, ni pobres ni ricos… Es lógico, en todos loscasos las cartas de PARADORES ofrecen unos
exquisitos platos, ideados y realizados por profesionales de PARADORES, que
componen unos menús mucho más racionales y mucho más asequibles.
Y
en el caso de los que yo llamo “Paradores pobres” si a algún cliente se le ocurriese
pedir el macromenú de turno a la hora de la comida o la cena, con dos camareros
o camareras en la sala en el mejor de los casos, y un cocinero, o con mucha
suerte dos en la cocina para poder montarlo, se produciría tal parón, tal
atasco en el Comedor con los menús normales, que de ahí no sale nadie hasta la
madrugada y cabreados. Además de tener que disponer la Cocina (cosa en este
momento harto infrecuente) de toda una serie de materia prima para un ”menú estrellado”
o dos que les pidan cada dos meses.
¡Y
todavía tiene uno que leer de vez en cuando que todas las Direcciones de
Paradores son iguales, no por dios! No seré yo quien defienda este bipartidomo,
este relevo castrador e indeseable que nos viene afectando en todas las instituciones
públicas, y por tanto también en PARADORES, pero cada cosa en su lugar, en la
etapa anterior uno, yo mismo lo hice, se podía recorrer España de Parador en
Parador, y en todos y cada uno de ellos, encontraba bajo los nombres, por
ejemplo de “Arte Breve de Cocina”, o “menú 20.11”, un ilusionante y excelente
menús, con una relación calidad precio incomparable, que con mantel en la mesa,
y ese montaje de mesa y atención que en Paradores ha hecho como nadie, ¡Y hasta
con una preciosa carta de mesa editada para que el cliente se llevase a casa!
le ofrecíana uno lo mejor de la Cocina
cercana, de siempre, exquisita, de cada lugar donde el Parador se hallase ubicado.
Recuerdos en mi casa de un cercano pasado inmediato mejor
¡Cómo
van a ser iguales dos menús “pijoguays” público privados en toda una legislatura,
a noventa y cuatro exquisitas opciones ideadas y realizadas por los
profesionales de Red pública de Paradores del Estado!
Esto
ya lo reflejaba muy bien el periodista de “El País” Fernando Gallardo,
especializado en hostelería en su artículo “Misión, visión y valores de los
Paradores!” de su Blog “El Foro de la Ruina Habitada”: “El despido de un director de innovación y control de calidad como
Emilio Gómez-Calcerrada, durante la actual legislatura presidida por Ángeles
Alarcó, me dio la pista. Era la señal inequívoca de que la dirigencia de
Paradores no apostaba ya por las innovaciones, por el futuro. Será que los
castillos y conventos inspiran otras épocas, pero así Paradores carece de
porvenir. Ni la marca, ni sus trabajadores, ni siquiera sus clientes tienen así
futuro. Y lo peor es que las proclamas negativas de los sindicatos y sus
reiterados anuncios de huelgas terminarán por hundir más a esta cadena de
alojamientos turísticos que un día fueron el orgullo de todos los españoles,
viajaran o soñaran con viajar de parador en parador.”
Y llegados a este punto yo me pregunto ¿Si
estos “menús estrellados” que estrellan Paradores no son amortizados por su
consumo, no los conoce la mayoría de los clientes que visitan PAARDORES, y
desde luego tampoco sirven para engrosar con eficacia la paupérrima Memoria de
actividades que va a poder hacer la actual Dirección de Paradores, por más que
la lleguen a engordar artificialmente como a las ocas, quien gana con estos menús
además de “las estrellas colaboradoras”? Quizá algún día, sin mucho tardar
sepamos algo al respecto.
Voy
a despedirme pues ya tengo mucha indigestión de estrategia culinaria no ideada
para el bien de España, la marca PARADORES, sus trabajadores, ni sus clientes.
Señora
Alarcó, señor Zaballa, señor Lesmes, señora Borrego, señor Soria, señor Rajoy…
las estrellas de Paradores están dentro de PARADORES, y otras las han echado
ustedes a la calle; son sus trabajadores y sus trabajadoras, y las estrella
invitadas somos sus clientes, esos que pagamos, a los que no hay que pagarnos
para que “prestemos” nuestro nombre, ni nuestra imagen. Les ha quedado muy feo,
muy de ustedes, eso de arrasar con la
Casa para luego meter por la puerta de servicio a los extraños, ponerlos a
hacer cócteles, regalarles los paisajes, etc. No los queremos, no nos gustan,
no insistan ¡Váyanse todos, por favor!
“En múltiples ocasiones, desde este y otros
foros, hemos clamado contra el descuartizamiento de la red y la supervivencia
de un modelo hotelero que hoy es admirado en el mundo entero. Porque con
empleados arremangados que aseguran la cena a sus huéspedes y con clientes que
celebran sus mil y una noches bajo las almenas hay futuro en esta casa de
todos… Basta con que los profesionales de la política abran paso a los
profesionales del turismo.
Quitad, por favor,
vuestras sucias manos de nuestros Paradores de Turismo.
Yo
entonces, quizá más tontamente romántico en este aspecto que Fernando Gallardo,
y desde luego mucho más desconocedor, pensé que quizá la petición era
extemporánea, innecesaria, o llegaba demasiado pronto. Pero me equivoqué.
Ahora
no solo pido yo lo mismo, sino que considero que si no están dispuestos a
quitar sus manos, tendremos que defendernos con tenedor y cuchillo en las
nuestras, ¡echarlos de una vez y para siempre de nuestros Paradores, poner otra
vez el tejadillo, el logo de la Casa, boca arriba, y la “P” en su sitio!
Estoy
seguro de que, juntos, ¡Podemos!
(Dedicado
a todos aquellos cocineros y cocineras que hayan derramado alguna gota de sudor
en alguna Cocina de PARADORES en cualquier momento de su Historia, y a Emilio Gómez-Calcerrada Gascón que, durante 30 años supo recogerlas).
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