LA GRAN FAMILIA

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miércoles, 31 de enero de 2018

“UNA ARMADURA CON ANTENA”…




Portada libro
(Ahora que se comienza a conmemorar el 90 Aniversario de Paradores, que yo comencé a amar hace casi medio siglo en Ávila, deseo compartir con vosotros este micro-relato de mi autoría que ha sido seleccionado para incluirlo en el libro “Ávila 2069, recientemente editado, y que recoge una serie de relatos autores premiados en el “III Concurso de Microrrelatos Ávila Abierta” que tenían que ofrecer una imagen de la Ciudad Patrimonio de la Humanidad en el año 2069.

Mi relato (como para mí no podría haber sido de otra forma) habla de la armadura que me ancló a Paradores en la puerta del “Raimundo de Borgoña” cuando esta tenga 101 un años, que sin duda los cumplirá… porque Paradores y nuestro Patrimonio tiene que sobrevivirnos a todos. Deseo que os guste):
 


“UNA ARMADURA CON ANTENA”…

“De niño, en los años 60, me llevaron a Ávila a unas colonias veraniegas para hijos de gente humilde.

Un día, a la vuelta de bañarnos en el río Adaja vi una casa muy grande y bonita y una armadura en su puerta. Escapé de la fila para mirarla, me había impactado. Un maestro fue a buscarme y me dijo que ese era un palacio para ricos, que se llama Parador Raimundo de Borgoña. Desde entonces, en cuanto tuve edad y posibilidad de alojarme, he vuelto año tras año durante más de cincuenta, para ver mi armadura.

Anoche me dormí pensando en ello, y tuve una pesadilla:

Por la ciudad, con las murallas intactas, con una extraña y extemporánea antena que salía de su casco, paseaba mi armadura entre una ingente multitud de personas inertes apostadas en las murallas, sentadas por todas partes, suelos, escalones, amontonadas, mirando todas hacia abajo, hacia sus manos, con una luz espectral que partía de ellas y les confería un aspecto sepulcral en los rostros sin expresión, casi carentes de rasgos. Había pasado mucho tiempo, yo era centenario y volvía un año más al Palacio de Piedras Albas al encuentro de mi armadura… Pero ella andaba, erguida y sonora, por el Paseo del Rastro con una extraña antena que sobresalía de su parte superior.
Inolvidable mensaje de "mi armadura" en 2015

Ante mi desasosiego e incomprensión habló de verdad por primera vez: “He tenido que salir del Parador a buscar alguien que me quiera mirar”. “¿Y la antena?” balbuceaba yo tras mi mirada catarática: “Es lo que puede conectarme a ellos; sin la antena no me encuentran…”.

No había coches, no existían tiendas ni árboles, no se oían campanas… solo el ruido metálico de la armadura y el eco sordo de una ingente multitud mirando hacia abajo, hacia sus manos, con una luz espectral que partía de ellas y les confería un aspecto sepulcral en los rostros sin expresión, casi carentes de rasgos.”


(Dedicado a toda la gran familia del Parador de Ávila “Raimundo de Borgoña” desde su inauguración hasta nuestros días con total agradecimiento).
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