LA GRAN FAMILIA

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lunes, 1 de mayo de 2017

"¿NO HAS PENSADO NUNCA EN COMER EN PARADORES?”… O AVISO A CLIENTES CONFUNDIDOS, QUIZÁ DESESPERADOS, O QUE YA PASAN DE LARGO”



Daría risa… si no fuese porque es penoso y muy contraproducente:

Hace unos días dentro de una recién renovada campaña de marketing que he creído observar en algunos medios leímos justo eso: “¿No ha pensado nunca en comer en Paradores?”. Como frase no está mal si no fuera porque estoy seguro de que bastantes personas, incluso muchos clientes después de pensarlo habrán desistido ante el, en mi opinión, galimatías de bandazos y confusiones de la nefasta y errática etapa culinaria de la señora Alarcó Canosa, todavía presidenta de la Red de Turismo de Paradores de España.

También en mi opinión, después del mayor de los daños causados a Paradores en esta etapa que estamos deseando poder olvidar, y que es el trato que se ha venido dando a su capital humano, la merma del mismo, de sus derechos, sueldos, el ERE y el ERTE, y la lógica, y mala, repercusión que eso ha tenido en el servicio y en la calidad, lo más perjudicado con mucho de la Red ha sido su gastronomía.

Prácticamente nada más irrumpir, la señora Alarcó y su equipo arremetieron contra la línea de flotación de una Red que había venido siendo orgullo por su gastronomía. Suprimió el “Menú de Paradores”, que hasta ese momento había sido uno de los mayores atractivos de la Red, y que hoy sigue siendo motivo de nostalgia. Y en no pocos casos, como el mío, de indignación.

Dejó las cocinas al mínimo (siempre con honrosas y agraviantes excepciones, claro está), cerró comedores, otros los dejó medio cerrados a base de tapas “enxebrizadas” -lo de Galicia (siempre con honrosas excepciones...) fue tremendo-.

Los clientes ya no sabíamos, y muchos de ellos todavía no saben, en qué Paradores tienen Comedor a su disposición o en cuáles no. Qué se podía tomar en los que había abiertos, y donde no tenían que ir si querían comer o cenar en Paradores, o si no querían que les saliesen tentáculos de tanto comer pulpo.

Con lo cual, y ante esa situación, (ya se sabe que el elemento humano, de no ser muy apasionados por algo somos cómodos), pasamos de largo. Y los que nos pasábamos teníamos que tragarnos junto al menú minimalista de turno que “los clientes no eran dados a utilizar los Comedores de la Red”.

En algunos casos sería así no lo dudo, pero en muchos, muchísimos otros, es que tenían eso que se suele decir y no voy a hacer yo aquí, ese órgano corporal hecho un lío. No sabían, ni creo que aún lo sepan del todo, cuándo estaban abiertos o cerrados los Paradores, y si estaban abiertos, no sabían si también lo estaban sus comedores. Y si lo estaban si  podrían comer en ellos algo que fuera un poco más que unas tapas sin mantel.

Cuando a base de mucho esfuerzo y de agrupación para la información entre nosotros -los clientes- y los trabajadores, nos íbamos informando, va la señora “Gela” y sus ingeniosos “expertos” y se nos descuelgan con unas extrañas y exiguas cartas menú a las que bautizan con los ininteligibles nombres de “Especia”, “Marmitia”, y “Tamizia” -y de paso sigue haciendo sesgos entre los Paradores ahondando en el agravio de convertirlos gastronómicamente en establecimientos de supuesta primera, supuesta segunda y supuesta tercera. Ya que después de hacer una tesis para comprender la genialidad de las exiguas cartas, se trataba de que la “Especia” era lo fetén, la “Marmitia” lo un poco menos y más casero, y la “Tamizia” tapas sin más y sin mantel (aquí el “enxebre” ya quedó más perdido y solo que un pulpo en Parador).

Pero aún así, salvo en los Paradores de “campanillas”, los “súmmum”, (lógiamente para una presidenta de tal trayectoria siempre han existido las clases, no podría ser de otra manera) los “Esentia” con “Especia” y otras cosas, no teníamos claro dónde estaban los Comedores abiertos o entornados. Y nos debatíamos en el geroglífico gastronómico de si sería “Esentia” con “Especia” o “Marmitia”, “Civia” con “Marmitia” o Especia”” y “Tamizia”, “Naturia” con “Especia” o “Marmitia” y “Tamizia” complementaria… o viceversa ¡Qué se yo¡ Y en realidad todo ello eran/son una pocas decenas de menús, pocas, y algunas tapas (¡Claro, tampoco habían dejado mucho cocinero para tanto nombre estúpido y confuso¡).

Pero entonces entró el “lujo de la degustación”, en Paradores seleccionados claro. Unos menús largos, caros y en no pocas ocasiones pesados. ¡Todo un despliegue de coherencia¡ Quito el “menú de Paradores” con el que todos los clientes están encantados y se entienden, y luego pongo lo que han leído hasta aquí.

Por supuesto en el camino, lamentablemente, se habían, y se han quedado ya muchos clientes fuera de los comedores aunque estuviesen abiertos (por no hablar de la brillante idea de la implantación -y luego desimplantación claro- del aperitivo en mesa, de patatas de bolsa y aceitunas).

Y cuando en esas nos encontrábamos (un poco más centrados ya, eso sí, en qué comedores estaban abiertos y cómo) la señora Alarcó decide que hay “sandovalizar” Paradores, (siempre por supuesto con contratos suculentos que bien podrían haberse empleado para no quitar cocineros, hacer más suculentos los menús, y para no “enxebritamimarmitiar” nada.

Todo ello para que este profesional contra el que no tengo nada naturalmente, pero que por edad y otros aspectos (ya sabemos que las “estrellas” que conceden determinadas organizaciones, a menudo responden a distintos criterios añadidos a lo que encontramos en los platos) se queda cortísimo ante la profesión y “la mano” de muchos de los cocineros, y algunas cocineras (porque hay menos, no por otra cosa) de Paradores, les enseñe a “innovar” para que la clientela –que al parecer era lo que veníamos gritando en la puerta de los Paradores- (vivo muy cerca del pueblo madrileño donde se encuentra el restaurante del chef al que tan popular ha hecho Paradores, y sinceramente no vemos colas de clientes de Paradores en su puerta).

Y ya por último, después de desubicar lo que había sido el centro, el eje, la esencia, esta sí, de la gastronomía de Paradores desde 1928, como era promocionar y ofrecer en cada entorno la gastronomía más acercada a él, y con productos de la zona, el señor Sandoval siguiendo instrucciones suponemos de la errática presidenta y sus “expertos”, va a retornar la tradición a Paradores haciendo que en cada sitio se sirva lo suyo ¡Toma patatas revolconas que no las conocíamos!

En fin, no voy a cansarles más, ni perder más tiempo con toda esta serie de graves perjuicios, bandazos, y diccionario de palabras tontas, y paso al AVISO que deseo dar a todos los que hayan pensado y piensen, o no, ir a comer alguna vez a PARADORES:

Vayan ustedes a cualquiera de ellos, pues gracias a los trabajadores y las trabajadoras, a su desvivencia, su pundonor, y su estrés, salvo los poquitos cierres de temporada que aún quedan, ESTÁN TODOS LOS RESTAURANTES COMEDORES DE PARADORES ABIERTOS Y ESPERÁNDOLES. Y PUEDEN USTEDES COMER EN TODOS. Y además en casi todos hay manteles, y si no los hay se los ponen. Y si les hubiesen impuesto por decreto la “Tamizia” seguro que el cocinero o la cocinera de turno, de acuerdo con la dirección del Parador tienen previsto poder servirles algunos menús más –no muchos, pero buenos- hasta que esta señora y sus “expertos” decidan “quitarse los mandiles”, salir de lascocinas, y , por favor, también de PARADORES y dejarnos comer en paz.

(Dedicado especialmente a Dolña Isabel Felipe, Directota de Restauración de Paradores, que según declara en algunos medios parece gustarle nucho esta "nueva" gastronomía en Paradores).

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