LA GRAN FAMILIA

LA GRAN FAMILIA

jueves, 25 de junio de 2020

PARADORES, PÚBLICOS Y RED-UNIDOS ANTE CUALQUIER EPIDEMIA (O LA UNIÓN HACE LA FUERZA)

«Les doy la bienvenida a Paradores, una empresa pública al servicio del turismo español desde 1928. Casi un siglo de vida en el que ha cumplido con éxito su tarea de promocionar la mejor imagen de España, proteger el patrimonio histórico y cultural, y promover la economía local y el cuidado del medioambiente.

Paradores es hoy una empresa rentable económica y, sobre todo, socialmente… Cada euro que usted gasta en alguno de los casi cien establecimientos de la red, además de proporcionarle una experiencia única, sirve para colaborar en este gran proyecto de turismo sostenible del que pueden sentirse orgullosos sus accionistas, todos los españoles.”




Me resistía a escribir este artículo cuando empecé a ver hace algunas semanas cómo tras la reunión que mantuvo la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, y el consejero de la Gobernanza Pública y Autogobierno del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, en diferentes medios de comunicación nos comunicaran cosas como estas: “Paradores, Aena o CNMC: Canarias y Estadocomienzan a rumiar traspasos de poder” (“El economista”, 5 de marzo de 2020), o “Paradores, amenazada como hotelera decarácter nacional, Canarias y el País Vasco, que suman 7 de los 97 paradores dela red, pueden abrir un debate que aproveche Cataluña para reclamar los 8hoteles en su suelo. El PNV se escuda en que el Estatuto de Guernica alude a lacompetencia exclusiva del País Vasco en turismo y deporte…” (“Prferente.com”,20 de febrero de 2020), y otras muchas reseñas más descalificadoras con el Gobierno y con su propio presidente, que no añaden nada más constructivo a lo que realmente quiero expresar.

Tengo 66 años largos, y de ellos la inmensa mayoría he sabido y compartido lo que dice el presidente de Paradores en su carta de Bienvenida: “…Cada euro que usted gasta en alguno de los casi cien establecimientos de la red, además de proporcionarle una experiencia única, sirve para colaborar en este gran proyecto de turismo sostenible del que pueden sentirse orgullosos sus accionistas, todos los españoles.”. Yo, sin intención ni mucho menos de corregir al presidente, pondría lo de “accionistas” entre comillas, pero entiendo en qué sentido lo dice, el dinero va a parar al erario público y del erario público viene, y además se lo agradezco como cliente muy fidelizado a esa Red pública sin par, y como trabajador durante 48 años en lugres distintos a Paradores, pero que como trabajador no puede hacer otra cosa que  admirar y amar casi desde niño a “la gran familia” de trabajadores y trabajadoras que junto con los “accionistas-clientes”, pero ellas, ellos, “currando de lo lindo, y desempeñando la calidad y amabilidad que les han ido dejando en cada etapa, son los verdaderos artífices de la leyenda, de eso que también dice el presidente en cuanto a “…Paradores, una empresa pública al servicio del turismo español desde 1928. Casi un siglo de vida en el que ha cumplido con éxito su tarea de promocionar la mejor imagen de España, proteger el patrimonio histórico y cultural, y promover la economía local y el cuidado del medioambiente.”.

De la mayoría de los cambios de etapa política recuerdo cómo, de una forma u otra, se ha vuelto sobre el “sin dios” de que PARADORES dejase de ser una Red pública por entero o a cachos. Y todas las veces que lo he oído, leído, etc. con temor y seguridad he pensado que si sucedía tal cosa, supondría sin duda la muerte de PARADORES. Y muy especialmente durante la, en mi criterio, larga, neoliberalísima y larguísima (7 años) etapa de la ex presidenta Alarcó Canosa, de la que ya en esta ocasión me ahorro sus también ex familiaridades con alguien de quien se ha visto lo que se ha visto, y no sabemos si se verá más, pero que desde luego no ha sido beneficioso para lo público. Dejémoslo aquí.

Por ese miedo a que a algun “cráneo privilegiado”, como escribía mi admirado Valle Inclán, le diera por hacer por fin verdad del todo la “eterna amenaza” no quería, como decía al principio del artículo, ni escribirlo.

Pero en la vida, ya es sabido, la realidad es tozuda. Y no han tenido que pasar muchos días desde esas noticias para que la hostelería española, para que casi todo y todos y todas en España nos encontremos como nos encontramos hoy, y como nos vamos a encontrar los que tengamos, o tengan la posibilidad de verlo. No deseo entrar en más matices de la causa, y aún menos escribir yo también esa palabra que nos ha arruinado en nada y menos la alegría en general a todo el país.

Y ahora, lógicamente, no paramos de oír a altos mandatarios que debemos estar todos unidos, que debemos ser disciplinados, que debemos, esto lo digo yo, funcionar en red, abrazados (pero sin tocarnos), como única posibilidad de que podamos salir lo menos dañados posible y sobrevivir. Y coincido plenamente, y soy de los que obedecen.

Si en la etapa anterior de PARADORES, los siete años antes mencionados, la empresa pública no hubiese recibido hasta cinco (creo recordar) inyecciones de capital público, es decir de los Presupuestos Generales del Estado, de “casi todos los accionistas de España”, y la fidelidad y el esfuerzo  mal pagados de una plantilla que cuanto peor le iba a PARADORES más, y en peores condiciones luchaba por salvar “nuestra Casa”, mientras eran víctimas de un ERE, ERTES y otras muchas cosas desfavorables más ¿dónde estaría hoy PARADORES?

Si los hubiesen “vendido”, o entregado su gestión a cachos a las autonomías, quizá algunos, como “hoteles” privilegiados seguirían en pie, como alguna “Pousadas” portuguesas, pero ¿dónde estaría la Red pública sus trabajadores y trabajadoras, y eso que el presidente de Paradores cita, a mi juicio con buen y certero criterio en su carta de Bienvenida, de “una empresa pública al servicio del turismo español desde 1928. Casi un siglo de vida en el que ha cumplido con éxito su tarea de promocionar la mejor imagen de España, proteger el patrimonio histórico y cultural, y promover la economía local y el cuidado del medioambiente…”?

Conozco de la ambición y la corrupción humana, es muy fácil ver a diario hasta donde llega, y hasta prever que acabe con gran parte de la vida. Lo decía mi padre. “Quien escupe al cielo le cae en la cara”. Pero todavía no desisto a esperar que las cosas más desfavorables de la vida sirvan sino para eliminar a todos los que “escupan al cielo”, por lo menos conseguir que les caiga a ellos, a ellas, y no nos contagie a los demás... ¿Qué pasaría ahora, qué está pasando, si los hospitales públicosn que van quedando en la forma que quedan, no fueran públicos y asistidos por los Prespuestos de Estado y Autonomías. Y si sus entregados y multiplicados a pesar de su tremenda escasez y la pasada neoliberal trabajadores y trabajadoras no estuvieran arrimando el hombro y arriesgando la salud como lo están haciendo?

También me decía mi padre que la unión hace la fuerza, que es, precisamente, lo que nos están pidiendo ahora.

En esta ocasión lleno de tristeza, Y hasta que alguien suficientemente autorizado o autorizada haga el correspondiente desmentido oficial, si es que no va a ser verdad lo que no han parado de decirnos los medios, lo dejo aquí. Pero no sin dejar de recordar un periodo de nuestra Historia más oscura, negra, y que debería ser irrepetible, como fue nuestra guerra incivil; pues bien, precisamente porque eran eran públicos pudieron servir de hospitales y otras prestaciones públicas, para intentar colaborar en lo inabordable, acogiendo heridos y salvando vidas...

Gracias por la atención.

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